Cuando la lluvia deje de caer, del dramaturgo australiano Andrew Bovell, se presenta en el Teatro Rafael Solana. Se trata de un drama, que bajo la dirección de Enrique Singer, funciona y funciona muy bien. A partir de la historia de cuatro generaciones de una familia, con una narración fragmentada y con capas que se superponen, esta obra nos habla de personajes que confrontan su pasado y así, casi sin darse cuenta, van construyendo o entendiendo –los más afortunados- su futuro.

Este es un drama que no tiene miedo de serlo, no cae en tentaciones de aligerar lo que en el escenario vemos: un mundo distópico en el que una familia explora el dolor, el abandono y la fragmentación, pero también el perdón y el amor para superar ese legado de atavismos.

Aquí te damos tres razones por las que debes ver este montaje:

1. El elenco: Cecilia Toussaint, Sophie Alexander-Katz, Tato Alexander, Verónica Terán, Víctor Weinstock, Misha Arias, Andrés Torres Orozco, Luis Fernando Mayagoitia y Efraín Félix conforman un elenco muy sólido. Logran crear la sensación del paso del tiempo y las transiciones emocionales de los personajes, la acumulación de experiencias que viven y que los van transformando a ellos y el rumbo de esta familia.

2. La dirección: Enrique Singer logra dar una visión singular a este montaje y llevar a su elenco de manera efectiva a través de 8 décadas para narrar esta historia. Singer da unidad al todo, pero también los matices que requieren los personajes que vemos en distintos momentos de su vida. Logra en el escenario una estética homogénea; crea un universo para que sus personajes transiten por esta historia.

3. La escenografía, iluminación y vestuario: David Molina, diseñador de escenografía e iluminación, y Emilio Vega, diseñador del vestuario, dan coherencia a un mundo distópico. No son necesarios elementos de época o dispositivos “tecnológicos” para colocarnos en el pasado o en un futuro que todavía no llega. Unos cuantos elementos bien seleccionados nos lleva llevar a Londres o Australia, al pasado al presente o al futuro. Entre ambos generan el espacio en el que estos seres cambiantes y que soportan los embates del destino existen y nos narran esta historia.

Cuando la lluvia deje de caer es una obra que, en un viaje a través del tiempo, nos deja la sensación de que por oscuro que sea el destino, si hay empatía, amor y esperanza, podemos encontrar un puerto seguro en el cual tocar tierra.

Ya sabes por qué debes ver este montaje que es, además de todo, uno de los elegidos para el mes de julio en los Premios del Público Cartelera de Teatro, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.

Por Óscar Ramírez Maldonado, Fotos: Roberto Sosa

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