Por Itaí Cruz, Fotos: Cortesía/ El arte sigue siendo un lugar de encuentro y de reflexión y el teatro siempre ha sido un lugar que sirve para representar y hablar sobre la diversidad sexual, desde el drama, el cabaret, hasta el teatro infantil, porque en las artes escénicas hay cabida para todo tipo de temáticas.
Para conmemorar la lucha de la comunidad LGBT, hacemos un repaso por algunas de las obras que han pisado los escenarios en nuestro país, mismas que han roto los esquemas establecidos.
La Prietty Guoman. Su trama mordaz, plagada de escenas y situaciones de denuncia sobre los temas que aquejan a la comunidad trans en nuestro país, la han posicionado como una de las obras consentidas de la cartelera nacional.
Un corazón normal. Una pieza que permite asomarnos a un pasado reciente, la aparición del SIDA en Nueva York en los años 80 y cómo la ineficacia de las autoridades provocaron una crisis en la sociedad. Un hecho que sigue vigente en la actualidad y que nos hace recordar que la lucha tanto individual como colectiva, sigue más viva que nunca.
Príncipe y Príncipe. Concebida para enseñar sobre la diversidad y el amor a las niñas y niños, mediante una tierna historia de amor entre dos príncipes, porque nunca es demasiado temprano para educar sobre las distintas formas de amar, el respeto y la tolerancia al otro.
Los chicos de la banda. Gracias al amplio mosaico de temas que aborda, fue una de las primeras obras en dar una descripción más real de la vida gay, convirtiéndola en una obra de culto, por lograr romper estereotipos y paradigmas que eran impensables en los años 70.
The Shakespearean Tour. Un trabajo que defiende la reivindicación femenina, al mostrar que ser femenino o masculino son simples construcciones sociales y que nada tienen que ver con nuestros cuerpos, dando como resultado una reivindicación de lo queer.
Sabemos que aún falta mucho camino por recorrer, pero el teatro siempre será un punto de encuentro para levantar la voz y mostrar contenidos que nos inviten a la reflexión.
