Por Mariana Mijares/ Junto a Casa de Muñecas, Hedda Gabler es de los textos más conocidos de Henrik Ibsen. Cuando estrenó, a finales del siglo XIX, la historia sobre una mujer no conforme con su matrimonio y que manipula a todos a su alrededor resultó revolucionaria. Ahora, más de 100 años después, y gracias a una adaptación de Ana Mancera y Joseph Mustri, continúa siendo vigente.
El montaje, que se presenta actualmente los jueves en el Foro Lucerna, tiene lugar en la Ciudad de México, donde Hedda (Samantha Coronel), casada con Jorge Trejo (José Ramón Berganza), se aburre terriblemente. Ellos viven en un lujoso departamento que rebasa su capacidad económica, pero lo consiguieron gracias a la ayuda del tío Ju (Arnoldo Picazzo).
En la versión de Ibsen, George (aquí llamado Jorge) y Eliert (aquí Elías) parece que competirán por la misma cátedra universitaria, aunque en realidad al segundo más bien le interesa publicar un texto que considera su máxima obra y de la que solo tiene un manuscrito; aquí, ese conflicto se traslada a un ambicioso proyecto arquitectónico de un parque ecológico en el que los dos arquitectos, Jorge y Elías (Quetzalli Cortés), competirán por la licitación.
Todo se complica al revelarse que Elías tuvo en el pasado una relación con Hedda, quien entonces decide aprovechar su influencia sobre él para que las cosas jueguen a favor de su marido.
Dirigidos por Cristian Magaloni, este grupo de actores no deja el escenario casi en ningún momento. Cuando sus personajes salen, solo se sientan a la orilla para contemplar cómo se desenvuelven los acontecimientos; siguen existiendo en el mismo universo.
Apoyados de pocos elementos de escenografía, cada actor va teniendo momentos de lucimiento, como Bertha (Genoveva Mendoza) a quien Hedda continuamente pisotea; Thea (Ana Mancera), ex compañera de escuela de Hedda y ahora la socia de Elías, que busca evitar que éste pierda el rumbo; y Carlos Kuri (Roberto Beck), un amigo de la pareja, quien invita a Elías a la fiesta en la que todo se complica.
Sin duda, el peso de este clásico recaerá siempre en la protagonista, un personaje que ha sido equiparado con Hamlet. Aquí, Magaloni y Samantha dotan a Hedda de una locura muy particular; nos dejan claro que no es una mujer equilibrada, pero la actuación de Samantha resulta certera y atinada, lo suficientemente voluble para desconcertarnos, pero contenida y sin caer en exageraciones para alienarnos. Hedda es esa mezcla entre una mujer segura y seductora, pero con comportamientos caprichosos y pataletas que recuerdan a una mimada adolescente.
En conjunto, los actores demuestran que lo importante de este montaje es el retrato de esa mujer antes asfixiada por las costumbres sociales y sexuales de la época victoriana, y ahora, en la actualidad, sofocada por las limitaciones económicas y sus propias expectativas.
En Casa de Muñecas, Nora, la protagonista, logra dejar esa casita que parecía perfecta para buscar una vida mejor afuera; Hedda corre un destino muy distinto: su principal barrera siempre será ella misma.
Siendo Ibsen el dramaturgo más representado del mundo después de Shakespeare, resulta refrescante ver un montaje propositivo y que toma riesgos, que presenta a un grupo de seres humanos reconocibles, y que nos recuerda lo triste que será siempre ver a una mujer asfixiada en un matrimonio y una vida distinta a lo que había soñado.
Esto no es Hedda Gabler se presenta los jueves en el Foro Lucerna, consulta precios y horarios, aquí.
Una sugerencia, que los artículos se fechen, porque si uno no sabe puede uno creer que las obras están en cartelera porque los banners si son actuales pero alguna notas son de hace un año. Gracias