Por Óscar Ramírez Maldonado, Fotos: Cortesía/ En el contexto de la pandemia celebramos el Día del Niño y la Niña. Después de más de un año hoy, con aforos acotados, los pequeños pueden ir regresando a los espacios teatrales para disfrutar, soñar e imaginar.

El teatro y las expresiones artísticas son fundamentales en el desarrollo de las niñas y los niños. Los beneficios son muchos y muy diversos. Incluso, se han encontrado que no solamente se relacionan con el desarrollo de habilidades intelectuales y sociales, sino que también con la salud.

En noviembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud publicó el informe, La evidencia de las artes en el mejoramiento de la salud y el bienestar. El reporte destaca los beneficios que el teatro y las artes tienen para los pequeños. El documento sostiene que entre más temprana sea la edad en la que una niña o un niño tengan contacto con el arte, mejor será el desarrollo de su salud a lo largo de la vida.

Para platicar de estos temas buscamos a cuatro creadores teatrales que, en distintos formatos, han dedicado buena parte de su carrera al teatro para las infancias: Amaranta Leyva, Mario Iván Martínez, Celina Acosta y Avelina Correa.

La importancia del teatro para las infancias

No importa que los sueños sean mentira,
ya que al cabo es verdad
que es venturoso el que soñando muere,
infeliz el que vive sin soñar.
-Rosalía de Castro-

El teatro para niños integra aspectos pedagógicos y lúdicos que, sin lugar a duda, se complementan. En este sentido, Mario Iván Martínez destaca que las niñas y los niños “sueñan a diario, sueñan despiertos con toda facilidad, y de eso se trata. Esa capacidad de sueño es más que compatible con el arte teatral”, nos dice.

Cuando los pequeños entran en contacto con el teatro, explica, es un momento muy importante en el que las representaciones artísticas les hablan del aspecto generoso y luminoso del ser humano, que es la creatividad. “Es importante que los niños vean reflejada su realidad en el escenario. Contribuye al enriquecimiento de su vocabulario, abre nuevas oportunidades en lo que atañe a conocer mundos, y literatura y dramaturgos y el arte de la magia escénica; de pronto, con un solo elemento ya puedes conjurar todo un universo”, señala el actor.

Por su parte, Avelina Correa, de la compañía Cuarto Rojo, destaca el aspecto comunicativo y de comunión del teatro. Una experiencia que le da al público infantil herramientas para “comprender esa realidad y regresar a su casa con imágenes que son otras que las que se ven en la tele y con esta experiencia directa, que es lo que es lo que brinda el teatro”.

Con esta perspectiva coincide Celina Acosta, de la compañía La Tetera, y agrega que las niñas y los niños “absorben todo, lo bueno y lo malo”. Por esta razón, pone el acento en que, cuando se hace teatro para las infancias, se debe ser muy cuidadoso con los mensajes que se quieren transmitir, con la manera en que se dirige y actúa.

Para Amaranta Leyva, directora artística de La Titería, la pregunta, más allá de la importancia del teatro para los niños, es “¿qué historias van a valer la pena contar, producir y escribir para estos niños?”. En este sentido, señala que se necesitarán historias que estén a la altura de ese deseo de comerse al mundo que hoy tienen las y los niños, a quienes la pandemia les arrancó de un día para otro la forma en que vivían.

Nuestros entrevistados coinciden en que existe en nuestro país una amplia oferta de espectáculos para niños, la cual, a lo largo de los últimos años se ha ido profesionalizando y buscando contenidos de calidad, pero todavía falta mucho por hacer.

En otros países, nos explica Mario Iván Martínez, “si tú quieres proponer algo para niños en cualquier disciplina, danza, teatro o música, antes de que te sea otorgada la autorización para hacerlo, tu trabajo debe ser sometido al escrutinio riguroso de un panel de pedagogos, representantes del gobierno, representantes del área en la que vas a trabajar para darte la anuencia, para evaluar la pertinencia de poner a consideración del público más importante de la sociedad tu trabajo”. Y agrega que, en algunos casos, aquí pareciera que es al revés, y advierte, “si tú tratas a tu público infantil con arrogancia, con indiferencia, con petulancia, precisamente por ser niños, te suicidas a los 10 minutos”.

De igual forma, Avelina Correa subraya que el teatro para las infancias es una especialización, la cual se debe complementar con una formación en pedagogía del Teatro. La exigencia del público infantil requiere que se les ofrezca “un teatro muy riguroso, sobre todo estéticamente hablando, porque los niños son muy visuales [… ] Yo creo que el que un niño vaya a ver una obra de teatro, si es una buena obra de teatro, con todo este rigor, con un lenguaje hacia ellos, van a regresar al teatro. Es importante formar a los públicos”, nos dice.

Presencialidad

Sin lugar a duda, los niños han sido uno de los grupos más afectados -en términos de convivencia y desarrollo- por la emergencia sanitaria. Por otro lado, además del devastador impacto económico que para los creadores ha supuesto el cierre de teatros, la falta de retroalimentación es otro factor que los teatristas han sufrido.

Avelina Correa, apunta que “los niños han sido los más castigados en esta pandemia, porque como adulto puedes decir voy al súper o yo asumo la responsabilidad, voy a caminar. Se cerraron en un tiempo los parques, y un niño necesita estar al aire libre, necesita correr, necesita brincar, necesita jugar, necesita gritar”.

Mientras que, Amaranta Leyva nos cuenta que, a través de los talleres y sesiones que han impartido online, ha podido observar la falta que a los pequeños les hace la presencialidad. Esta situación, reflexiona, pone en perspectiva el trabajo de quienes hacen teatro para niños, “las niñas y los niños están muy abiertos en este momento si tenemos un momento para escucharlos realmente. Yo creo que eso es una gran ventaja que estamos teniendo y que espero de todo corazón que la podamos aprovechar bien”.

En este sentido, la directora de La Titería señala las historias que se cuenten pueden ayudar para borrar las huellas que hayan quedado, siempre que se tenga en mente que “los niños se volvieron mucho más sabios. Esta pandemia los volvió con una gran experiencia de vida”.

Con relación a este tema, Celina Acosta considera que ahora el niño está harto de las pantallas, pues “falta esa cercanía, esa emoción, de cuando sale el personaje y el niño lo ve, esa magia que podamos transmitir no es lo mismo en una pantalla. Yo entiendo, y tratamos de adaptarnos lo más posible, pero por supuesto que hace falta que los niños tengan esta presencia y que lo sientan, porque una vez que tú vas a l teatro desde la tercera llamada sientes la piel ‘chinita’, la música y demás”.

Asimismo, Mario Iván Martínez considera que la retroalimentación que las y los niños proporcionan genera para el creador una mayor exigencia. Si un niño se aburre lo va a decir sin empacho, nos dice, pero “si un niño se levanta de su asiento y te aplaude de manera espontánea tienes garantía al 100% de sinceridad destilada, pura”.

La falta de presencialidad necesariamente afecta a los pequeños, por lo cual, nos dice el histrión, “una de mis tareas desde el encierro ha sido colaborar con un granito de arena para transformar el agobio en templanza”. Desde hace un año, nos cuenta, con un Facebook Live semanal se conecta con los pequeños y les da contenidos distintos a través de la pantalla, “amén de poder tocar base con aquellos que te siguieron en el teatro y que vas a poder convocar más adelante”.

En este sentido, agrega, es una “obligación el diseñar desde la distancia estrategias para compensar esa falta de presencia escénica, ahora a través de las transmisiones en línea, reinventando nuestro oficio y tocando base”.

Los nuevos formatos

A lo largo de un año los creadores teatrales han aprendido nuevos lenguajes y distintas plataformas para mantenerse en contacto con sus públicos. Sobre esta experiencia, Avelina Correa considera que estas nuevas formas permiten explorar un medio que no es precisamente teatro, medios en los que “no estamos haciendo cine, no estamos haciendo tele, seguimos haciendo teatro, aunque un poco diferente”. Parte de este proceso, nos dice, es el ir conociendo estos medios, y cómo trabajar con ellos para ser muy honestos.

Un punto fundamental, señala Mario Iván Martínez, ha sido la capacidad de entender los formatos rápidamente: “había que irse profesionalizando e imprimiendo rigor a las transmisiones”. Lo más importante, dice, ha sido depurar el trabajo con la conciencia de que no es teatro filmado. “Tienes forzosamente que echar mano de la disciplina del cine y la televisión, pero teniendo claro que tampoco se está haciendo ninguno de los dos”, señala.

Otro aspecto importante ha sido la creación de vínculos. En el caso de La Titería, nos comenta su directora, se establecieron a través de La Vaca Verde con una transmisión a la semana en Facebook Live y una sección dedicada a ella en la página web de La Titería. Este títere les permitió estar cerca de los pequeños de edad preescolar y abrir un canal para “trabajar con niños para que escribieran historias”.

En este sentido, Mario Iván destaca la utilidad de encontrar estrategias como, en su caso, el Facebook Live, “donde sí bien no es absolutamente presencial, puedes saber cómo está arribando tu trabajo, qué comentarios ponen, qué sugieren, qué quieren que hagamos la próxima semana o qué sección les gusta. Te das cuenta por qué camino debes irte y cuál pudiera ser tal vez prescindibles. No es lo mejor, pero en este caso no hay otra opción”.

Finalmente, un aspecto de este proceso, han sido factores que en ocasiones escapan del control de los creadores. Celina Acosta, explica que en un principio hubo diversos problemas, desde la calidad del Internet, que no se fuera la luz durante la transmisión, los ruidos urbanos que de pronto aparecen y se filtran.

Los hallazgos de la pandemia

El difícil proceso que ha significado la pandemia ha llevado a los creadores a encontrar nuevos espacios y a replantear su quehacer.

Para Mario Iván Martínez la pandemia se abrió la posibilidad de tener un espectro más amplio en su trabajo. En este sentido, explica, esta etapa ha sido una oportunidad para encontrar un nuevo lenguaje y ponerlo a favor de su oficio, si bien, puntualiza, “ese momento irrepetible del acto teatral, el contacto escénico donde ninguna función es igual, difícilmente va a ser reemplazable”.

Nos cuenta el actor y productor que también encontró un espacio para dedicarse más a la escritura: “me he podido dar el tiempo de terminar dos libros para niños, De nidos, estrellas y girasoles, el niño Vincent Van Gogh, que ya está desde hace tiempo disponible, y al cual quiero dar seguimiento con un texto que acabo de concluir, que se llama De niñas, disfraces y un soneto, explorando la infancia de Sor Juana Inés de la Cruz”, ambos con ilustraciones de Juan Gedovius. El actor nos comenta también que editó la dramaturgia de Vincent, girasoles contra el mundo, y a raíz eso le pidieron una biografía del pintor, “muy íntima, muy personal y salpicada de todas estas anécdotas”, la cual ya concretó.

El streaming y el video también han mostrado posibilidades creativas. Avelina Correa, a través de la versión para teatro de papel de La peor señora del mundo, encontró que estas plataformas la han movido a querer hacer más obras para niños en ese formato: “en la versión virtual, el teatro de papel, como viene de la gráfica, como es absolutamente colorido, ofrece una gran resolución a la hora de pasarlo por streaming o video, son muchas imágenes y es como un abanico de posibilidades”.

Por su parte, después de esta experiencia, Amaranta Leyva nos dice que su apuesta serán los textos que hablen de lo que viven y sienten los niños, que busquen la risa.

Celina Acosta nos cuenta que su compañía se ha estado reestructurando para, en paralelo con su trabajo presencial, tener más presencia en redes sociales y contenido digital, además de a través de YouTube apostar por los cuentos: “podemos seguir en ambas líneas y yo creo que vamos también a apostarle a eso”. Y más allá de esto, nos dice que ha aprendido a valorar las cosas más simples, y pide a los papás que nunca alejen a los niños del teatro, pues ahí sueñan, aprenden e imaginan, y les recuerda a los pequeños “que siempre se atrevan, porque las cosas salen y las cosas sí se pueden hacer y se pueden perseguir los sueños, entonces mi consejo es que nunca dejen de soñar”.

Cartelera de nuestros entrevistados para el Día del Niño

Mario Iván Martínez:
Sábado 1 de mayo a las 18 horas, transmisión en línea de Cuentos de oso, buenos y malosos.
Domingo 2 de mayo a las 18 horas, transmisión en línea de Aventuras de Cri-Cri en el reino de los cuentos.
Boletos en Boletia.com

Amaranta Leyva:
La Titería ofrecerá un maratón teatral este 30 de abril de manera gratuita, más información aquí.

Celina Acosta:
Funciones de Gum Gum, un cuento de-morado, información aquí.

Avelina Correa
Transmisión el 30 de abril de La peor señora del mundo en la plataforma VATRU ENTERTAINMENT, con box de lunch para los niños hasta su hogar.

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