Por Arantxa Castillo, Fotos: Francisco Bravo y Paul Torres/ El director Sebastián Sánchez Amunátegui intenta preservar el diálogo entre el actor y el público, que teme podría perderse dentro de la virtualidad si los creadores escénicos no encuentran el lenguaje adecuado para transmitir esa esencia teatral.

Bajo esta idea, Sánchez Amunátegui dirige su más reciente proyecto Febrero 33, monólogo del dramaturgo guayaquileño Luis García Jaime, que protagoniza el actor ecuatoriano Victor Aráuz. El montaje llegará este mes a Teatrix México. “El problema de lo digital en el teatro es encontrar cómo establecer este diálogo espectador- actor y de regreso” afirma Amunátegui, en entrevista para Cartelera de Teatro.

“Lo que te puedo decir es que vienen años de descubrimiento, no creo que sea una cosa rápida. Creo que el teatro no va regresar a lo que era, estamos buscando el hilo negro, nadie lo ha encontrado, creo que cada quien está poniendo su granito de arena y en algún momento van aparecer cosas que nos entusiasmen a todos. El problema del teatro cuando se digitaliza, es que se vuelve un contenido más, porque se pierde el diálogo presente entre el actor y el espectador, no tengo respuestas, pero estamos en ese dilema, vamos hacia una unificación de las artes con una nueva forma de percibirlas”, comentó.

Al respecto, explicó lo retador que es dirigir un monólogo como Febrero 33, donde un actor en crisis económica al borde la locura, comienza a contar su historia entrelazando los fragmentos de Shakespeare, que tanto adora interpretar.

“La obra es de una actor hablando frente a un público, le pedí al actor que enfocara su mirada hacia alguien, le pedí que nunca mirara a la cámara, porque siempre pensé en el espectador anónimo. Traté de preservar que el actor estuviera viendo a alguien real y la cámara esté viendo este contacto entre un actor y un espectador, tácito, pero sin vernos a nosotros”, señaló.

Añadió que lo más interesante de la obra es: “La relación entre la locura y la cordura, es decir, que me hace a mí sentirme cuerdo y que me hace a mí sentirme loco, me parece muy bonito que un actor que su único punto de cercanía con la realidad sea cuando está recitando a Shakespeare, me parece muy mágico”.

El director de Estúpida historia de amor en Winnipeg, nominada al segundo período de los Premios del Público Cartelera 2020, compartió que de momento no tiene planes de llevar alguna obra suya al teatro presencial, prefiere esperar a que las salas funcionen con aforo normal, sin embargo optará por seguir experimentando en las artes escénicas desde la virtualidad.

“En mi caso, mis proyectos grandes que tenía se movieron al 2022, esperando que todos estén vacunados, porque tampoco es real que uno pueda hacer teatro con las salas al 30% […] hay mucha ineficiencia incluso al anunciar que se puede hacer teatro al aire libre, cuando ni siquiera hay una ley que lo permita realmente. Es absurdo que se quiten el problema diciendo que se puede, cuando ni siquiera la legislación es favorable para hacerlo, se podría hacer en una plaza, pero no te van a dar una plaza, son medidas muy contradictorias. La pandemia demostró que como sociedad somos bastante precarios”.

Asimismo, comentó que le gustaría llevar a formato presencial su más reciente trabajo: “La idea es llevar Febrero 33 al teatro cuando se pueda, y montar más textos de este autor, pero como es monólogo si necesito que ya esté al 100 la sala, pero tengo planeando con Un teatro más juegos entre la presencia y la virtualidad, es algo más experimental, no es negocio ni nada, lo que pasa es que uno se atrofia si no hace teatro”, concluyó.

Febrero 33 es una coproducción Sebastián Sánchez Amunátegui con el Teatro Sánchez Aguilar de Guayaquil, y se presentará el fin de semana del 4, 5 y 6 de marzo en el Festival de los monólogos de la plataforma de Teatrix México.

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