Tras la publicación del primer Diario de Producción de la obra Sola en la oscuridad escrito por el productor, Morris Gilbert, ahora toca el turno de conocer las palabras del reconocido escenógrafo mexicano, Adrián Martínez Frausto.

Martínez Frausto estudió arquitectura de diseño de interiores y se especializó en escenografía en Yale School of Drama. Ha diseñado los escenarios de obras internacionales como Hedda Gabler, Bird Fire Fly, Dutchman y Arcadia, entre otras. Gracias a su increíble trabajo formó parte de la construcción del teatro isabelino para Shakespeare Teatro en el Parque en 2018. En nuestro país ha diseñado la escenografía de Hello Dolly!, Después de Casa de Muñecas, La Sociedad de los Poetas Muertos, Macbeth, por mencionar algunas.

Aquí sus palabras:

Una estética interesante

El punto de inicio para diseñar el espacio escénico de Sola en la Oscuridad empezó con una lectura concienzuda del texto. Si bien los textos tienden a especificar ciertas funciones del espacio, esta obra tiene la particularidad de ser extremadamente detallada en sus acotaciones y en las necesidades planteadas por el autor.

Así que el primer paso fue hacer un trabajo de diseño “tal cual” lo pide el autor, de ahí fue más un proceso de depuración para saber qué de aquello que propone el texto es absolutamente determinante para la acción, y qué de aquellas acotaciones reflejan más bien la realidad espacial de la producción original.

Al mismo tiempo, se trabajó en hacer una investigación exhaustiva de los espacios y la época planteada; eso fue determinante para generar una estética que fuera interesante, pero que respetara la época y la situación.

Decidimos desde muy temprano, de la mano de nuestro director, que queríamos generar un espacio híper realista que tuviera una cualidad casi cinematográfica. Eso nos llevó a investigar absolutamente todos los elementos que habitan el espacio, desde los muebles hasta los cubiertos, cada pieza está cuidadosamente seleccionada para que la ilusión de realidad se mantenga en todo momento.

El trabajo del departamento de utilería fue extraordinario, peinaron absolutamente todos los mercados de viejo de la ciudad; cada pieza que está en escena es un objeto original de época que fue seleccionado cuidadosamente, cosa que da una sensación de verdad que nada más hubiera logrado.

Al ser un sótano, el plafón se convirtió en un elemento muy importante para que sintamos que estamos en un espacio encerrado y bajo tierra. Ese elemento se trabajó en conjunto con el departamento de iluminación para poder generar una pieza que da la ilusión de solidez, pero que permite el paso de luz de una manera discreta, que nos permite tener escenas bien esculpidas por la luz.

Es un privilegio para un diseñador trabajar en estas condiciones y con un equipo de producción así de profesional, poder generar un espacio así de detallado y con tantos elemento increíbles; solo sucede cuando hay un sistema de soporte que te permite llegar al bordado fino y que hace todo para que la visión planteada en una hoja o en una maqueta se convierta en realidad.

Por Adrián Martínez Frausto, Fotos: Cortesía Mejor Teatro

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