Por: Ulises Sánchez, Fotos: Cortesía PinPoint/ Ciudad luminosa de Conor McPherson cuenta la historia de un hombre presa de sus miedos, inquietudes y prejuicios, busca la ayuda de un terapeuta para juntos desarrollar un diálogo introspectivo en donde las confrontaciones y deseos ocultos emergen para encarar la realidad de sus víctimas, cuestionarla y quizá modificarla.
Con nominaciones a dos premios Tony, incluida Mejor Obra en 2006 y acompañada de un texto cargado de reflexión y simbolismos, la obra dirigida y traducida por Miguel Septién con las actuaciones de Pablo Perroni, Alberto Lomnitz, Gloria Toba y Miguel Narro induce al espectador a incomodarse con los personajes y juntos comprender que tal vez está bien no estar bien.
1. Invita a no juzgar y aceptar los significados de la vida: La puesta, propone y confronta distintos puntos de vista, encontrando en cada realidad, razones y excusas, además de ejemplificar las señales que muchas veces da la vida y que por falta de valor o conocimiento propio, negamos y justificamos al permanecer en nuestra “zona de confort”.
2. Se construye una atmósfera íntimamente honesta: Pablo Perroni y Alberto Lomnitz entablan un diálogo cercano en donde cada catarsis se vive al interior de las paredes de un consultorio pequeño y modesto, pero lo más importante, cercano, permitiendo al espectador adentrarse en sus vivencias, recrear cada suceso y experimentar su agobiante angustia.
3. Encontrarás personajes como tú y como yo: Cada actor encarna a personajes de la vida cotidiana que son agobiados por los deseos oprimidos y los finales no resueltos que McPherson propone. Tenemos a un hombre de mediana edad víctima del miedo, un terapeuta descubriendo nuevas posibilidades, una esposa infeliz y un joven que cede el control a sus deseos, ¿te suena familiar?
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