Por Roberto Sosa/ Otro DeFektuoso fin del mundo refleja la mirada de los jóvenes de hoy, conocidos como los millennials, generación del milenio o generación, y nacidos entre 1981 y 1999. Se hicieron mayores con el cambio de milenio, de ahí su nombre. La obra es una creación colectiva que amalgama el pensamiento, ideas y sentimientos de un grupo de millennials-chilangos. La historia se construye a partir de sus propias experiencias, carencias, sueños, deseos y frustraciones.
A los jóvenes de hoy las crisis económicas les han negado la posibilidad de incorporarse al mercado laboral, para muchos el futuro es poco esperanzador. “No tengo un trabajo chido, no me puedo titular….”. En su mundo las drogas, el alcohol y por supuesto el sexo, tienen preponderancia. El relato nos habla de seis amigos que se conocen desde su etapa estudiantil, se sitúa en la Ciudad de México, la más habitada de este planeta. El contexto son los problemas que afrontan con las generaciones que los anteceden. “Ponte buena, es la única forma de vencer al sistema…”
La dramaturgia y dirección es de Erick Guadarrama; crea un laboratorio escénico donde suscita, junto con los protagonistas, las vicisitudes propias de su generación. Representan escenas cotidianas como viajar en el metro, el antro y sitios de reunión. Tomar chelas, coger con su novia o novio y experimentar cosas distintas como una “mona” de guayaba, forman parte del lenguaje escénico.
Sin embargo, el texto no tiene fuerza, es superfluo; Guadarrama no profundiza en su escritura, los personajes encarnan conductas triviales, fútiles, si así pretende representar a los millennials lo consigue; de no ser así, no está bien logrado. En la dirección le falta armar mejor las escenas, significarlas, mayor creatividad. Todo está abordado desde una mirada frívola. La idea es buena, pero no está bien proyectada y concluida.
Las actuaciones son de Dalia Quinto, Rubén Casas, Valentina Guerrero, Mario Alberto Ramírez, Gissella Mejía y Edwin Aguilar su trabajo no está nivelado.
Otro DeFektuoso fin del mundo es el lenguaje de los millennials, los que han crecido en un mundo subyugado por la tecnología, no entienden la vida sin ella, viven inmersos en las redes sociales, tienen perfiles en Twitter, Facebook, Instagram, etc., lo que allí sucede para ellos es fundamental y determinante, quieren “vivir la vida”. Y todo lo quieren nombrar en inglés, en más chido, más cool.
Diseño de espacio escénico, Mauricio Baylón; música, Juan Fichtl; iluminación y vestuario, Caz Huerta. Las funciones son en el Centro Cultural El Hormiguero, hasta el 20 de febrero.
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