Por Arantxa Castillo y Fotos Cortesía/ Uruguay se ha convertido en el primer país de América Latina en reabrir sus salas de teatro. La semana antepasada reabrió el Auditorio Sodre con un concierto coral, el fin de semana fue el turno del Teatro El Galpón y esta semana el Teatro Solís, la sala más emblemática del país, abrió el telón.

El país Sudamericano donde residen aproximadamente 3, 499 millones de habitantes vivió una situación completamente distinta a países como Brasil, El Salvador, Guatemala, Perú, Chile y México, donde el aumento de casos de Covid-19 sobrepasó al sistema de salud creando una fuerte crisis sanitaria. Uruguay logró mantener una tasa de contagios muy baja por lo cual su sector sanitario nunca llegó a verse colapsado.

Al día de hoy el número de contagios es de 1393 con 37 decesos, cifras afortunadas que han sido acompañadas de una cuarentena nada restrictiva, lo cual ha permitido la reapertura de los teatros.

La incertidumbre y la fortuna

La dramaturga, actriz, directora teatral, docente y Premio Nacional de Literatura, Raquel Diana relata que “ni la dictadura” le había impedido hacer teatro durante tantos meses: “Yo he pasado por casi todo, por mucha pobreza, por mucho trabajo, por unas situaciones tremendas a partir de la dictadura, pero nunca me había pasado esto de no poder actuar. Fue un golpe a algo muy esencial para mí”.

Raquel Diana habló de lo que representa esta reapertura, que agradece y al mismo tiempo teme por las dificultades de hacer teatro dentro de la nueva normalidad y los protocolos. “Tenemos la alegría de que por un lado vuelva la actividad teatral y al mismo tiempo la desazón de regresar en estas condiciones y con este protocolo. La crisis económica que se nos viene es aterradora y hay una gran incertidumbre al respecto de que tan dispuesta esté la gente de ir al teatro, supongo que debemos hacer un pacto con el público encontrar una forma de llegar a él”.

La artista multidisciplinaria explicó que el manejo de la crisis sanitaria en su país ha sido “excelente” aunque no opina lo mismo de la economía que asegura se ha visto muy afectado con el paro de actividades: “Creo que a diferencia de nuestros países vecinos de América estamos bien con una situación de control. El sistema de salud uruguayo es muy bueno, nadie en Uruguay carece del servicio de salud. También es un país chico que permite que las formas de organización sean más fluidas, hay control, no puedo decir lo mismo del tema económico, es un desastre, es enorme la cantidad de gente que ha perdido su empleo”.

La alegría de volver al teatro

La comunidad teatral, ávida de volver al escenario, celebró el anuncio que hizo el Ministerio de Educación (MEC) sobre la reapertura de museos y de teatros a partir del lunes 3 de agosto.

“Al principio nos preocupaba muchísimo que el protocolo no aprobaba la cercanía entre los actores”, comentó la actriz, dramaturga y directora Lorena Ronchón, quien actualmente se prepara para estrenar El Espejo de Mamá de Daniel Santos en el Teatro Bastión del Carmen y un espectáculo urbano en homenaje a los poetas Mario Benedetti e Idea Vilariño en el Departamento de Colonia.

Lorena, feliz de volver a los ensayos, considera a su país muy afortunado pues no hay un temor al incremento de contagios, tan solo en el Departamento de Colonia se registraron 14 casos de Covid-19, por lo que los actores no temen a contagiarse por estar en contacto, sin embargo asegura son muy disciplinados y se acoplan a las medidas.

“Se tomó el concepto de elenco de teatro como familia. Nosotros llevamos un mes ensayando, estamos conviviendo todos los días. Por supuesto entramos con cubrebocas, salimos con cubrebocas, usamos gel antibacterial, nos miden la temperatura, pero en la sala de ensayo y en el escenario, manteniendo una distancia importante con el público, podemos tener cercanía física. En eso no nos podemos quejar porque tenemos esa salvedad dentro del continente que nos permite retomar nuestras actividades sin miedo, lo hacemos tranquilos y responsables”, comentó vía Zoom a Cartelera de Teatro.

Por otro lado el actor Mauro Carracelas, quien participa en ambos montajes con Lorena Ronchón, asegura que volver a recuperar el espacio escénico después de esta pausa es un placer enorme, que extrañó durante la cuarentena. “No solo fue duro en el término económico sino el humano, el alma requiere estar en movimiento y en creatividad constante, de repente tener que quedarte en casa sin poder salir ni reunirte con tus compañeros, era muy frustrante, yo me salía a dar vueltas, extrañaba la posibilidad de estar en movimiento y crear en conjunto, por suerte logramos salir rápidamente”.

Carracelas lamenta mucho ver que esta pandemia ha afectado al sector teatral del mundo entero, demostrando que los gobiernos lo han relegado en su agenda de prioridades hasta el final, incluyendo el suyo, donde asegura que hasta los templos religiosos ya tenían permiso de abrir antes que los teatros. “Encuentro muchas contradicciones, la cultura siempre se ha dejado un poco de lado, por ejemplo las iglesias ya estaban abiertas antes que los teatros. El teatro es la magia de la comunicación donde uno puede salir completamente transformado. Yo creo que en algún punto no quieren que la gente reflexione, porque pensando razonas cosas que a muchos no les conviene”.

Un pacto con la incertidumbre

Otra historia es la de la joven productora Matilde López, quien trabaja con el reconocido dramaturgo franco uruguayo, Sergio Blanco. López habló de la precaución y la conciencia de incertidumbre en la cual el gremio teatral tiene que asumir sus proyectos de ahora en adelante.

“Es complejo porque el panorama de la producción independiente es riesgoso ya sin pandemia, sumado a esta situación es aún más riesgoso porque si bien ya tenemos fechas de estreno y la aprobación para usar las salas, la verdad es que no sabemos qué va a pasar porque si hubiera un rebrote hay la posibilidad de que todo se eche para atrás, pero también tira mucho el salir a trabajar”, comentó.

 

Actualmente Matilde se prepara para el estreno de Barbarie del autor Sergio Blanco que está programada para arrancar temporada en septiembre en el Auditorio Nelly Goitiño, consciente de la complejidad de los riesgos la productora asume el riesgo de producir una obra en un tiempo tan incierto para el mundo y por supuesto para el teatro independiente, que ahora se vuelve más difícil que nunca.

“Creo que todos estamos conscientes de que estamos haciendo una apuesta, ensayando para un espectáculo que podría ser cancelado. Es una decisión muy colectiva, en mi caso como productora con mi equipo, decidimos avanzar, gastando un poco menos, recurriendo a algunos apoyos, sin saber la fecha en la cual se abrirían los teatros, pero teníamos que hacerlo, aunque el estreno se veía tentativo, teníamos que avanzar”, señaló.

Sin duda, la baja tasa de contagios facilita la reactivación de la industria teatral sin comprometer de manera importante la salud de los ciudadanos. Los teatreros afrontan el aforo reducido entre el 27% y 28% como máximo según el foro, lo cual es muy complicado para las compañías, sin embargo la pasión por el escenario, la resiliencia y las ganas de volver al escenario, permite que directores, productores y actores asuman el riesgo convencidos de que el show debe continuar.

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