Fotos: Roberto Sosa
Por Roberto Sosa/Deslealtad, es en lo que incurre el soldado español Don Fernando Saavedra al ser capturado por sus enemigos, encubre su verdadera identidad y se hace pasar por otra persona; el engaño le permite hacerse amigo de sus contrincantes. Situación que pone en duda su honradez e integridad. La historia es representada por obreros del Sindicato de Trabajadores de la Ficción, son los tiempos de la 4T; la austeridad republicana no les otorga recursos para el montaje, así que con sus propias herramientas de trabajo intentan construir la ficción.
Las diferencias y reglamentos dentro del Sindicato no les permiten concluir la obra. El destino de los personajes y los tres posibles finales, serán decisión del espectador. Don Fernando Saavedra es acusado de traición, por lo cual será llevado a juicio público. El trabajo se dará por concluido cuando el jurado -los asistentes- dictaminé si el acusado es culpable o inocente; el veredicto señalará si el soldado actúo de forma honorable o se comportó como un vil traidor.
La autoría y dirección son de Martín López Brie, adaptación a partir de El gallardo español, de Miguel de Cervantes Saavedra. El texto es interesante, dentro de una obra clásica del autor español, plantea un conflicto sindical adentro de un teatro en los tiempos de la Cuarta Transformación. Se trata de una comedia con la cual López Brie aborda esta otra perteneciente al Siglo de Oro, insertada al género de la comedia de cautivos –un subtipo de comedia española de los siglos XVI al XVIII- distintivo en la obra del novelista, poeta, dramaturgo y soldado español.
La obra se desarrolla sobre un espacio vacío, sin escenografía –acorde con la parca situación del teatro actual- solo se cuenta con las herramientas de trabajo: uniformes, cascos y una carretilla. Con estos elementos López Brie despliega la dramaturgia apoyándose en el trabajo de los actores. Su acierto es lograr que una ficción habite dentro de otra sin perder la índole del texto de Cervantes.
Las actuaciones son de José Carriedo, Gabriela Gallardo, Sofía Beatriz López y Martín Pérez. Su trabajo actoral está equilibrado, el talento fluye en cada uno y en cada una de sus actuaciones, matizan apropiadamente al encarnar personajes que están en su imaginación, los que representan la obra original, y son también los obreros que construyen la fábula. La comedia no es un género fácil, ellos la hacen viable.
Honor y traición, juicio público a un personaje imaginario es una puesta en escena que se hace con la convicción de que el teatro se logra con poco y propone mucho. Cuenta con un texto que se adapta a otro, cuenta con un buen director y dramaturgo, y un gran elenco. Solo falta que llegue el público y aprecie este producto bien realizado, que venga a consumir teatro, se divierta y lo recomiende.
La puesta en escena formó parte de la programación del Festival Internacional Cervantino 2016, dentro del ciclo Cervantes Off.
La Compañía Teatro de Quimeras la presenta ahora en el Teatro Helénico los miércoles hasta el 25 de marzo, consulta precios y horarios, aquí.
