Fotos: Sergio Carreón Ireta
Por Roberto Sosa/De la “democracia”, de los intereses económicos…del orden establecido. Así ven al Dr. Luis Stockmann la gente del pueblo, así perciben su pensamiento; su ideología se contrapone con la opinión de los habitantes del lugar. Un balneario es la principal atracción turista y motor de la economía de la ciudad, Stockmann descubre que sus aguas están infectadas, lo cual pone en riesgo la salud de todos los habitantes; su propuesta es cerrarlo y remodelar.
Su proposición confronta los intereses de quienes representan el poder. Su hermano el alcalde Pedro Stockmann es su principal opositor, como lo es también Aslaksen, propietario y director del periódico “La voz del pueblo”. Para ambos, los intereses económicos son prioridad por sobre la salud del pueblo. Los firmes principios del Dr. son debatidos de igual forma por Amanda Stockmann y Petra Stockmann, su esposa e hija respectivamente. Las fuerzas sociales tratan de ocultar lo que sucede con las aguas del balneario.
Enemigo del pueblo versión y dirección de David Gaitán a partir de Un enemigo del pueblo de Henrik Ibsen. Escabrosa reescritura de Gaitán –mi perspectiva- sobre un clásico del escritor noruego. En esta adaptación Stockmann es un inexorable, rígido y misógino personaje con expresiones que rayan en la farsa, combate y expone todo aquello que se dice democracia que degenera en demagogia. Stockmann queda sólo y debe abandonar el lugar y enfrentar el juicio final ante la gente del pueblo.
El protagonista refleja el pensamiento de Ibsen, interesado en los problemas sociales de su tiempo que cuestionaba el modelo de familia y los fundamentos de una sociedad burguesa y dominante. Su teatro fue llamado realismo socio-crítico. En su época sus obras fueron consideradas escandalosas, no obstante, siguen vigentes hasta nuestros días. Es autor de obras como Casa de muñecas, El pato silvestre y Hedda Glaber (considerada el mayor éxito del dramaturgo noruego), entre otras.
Desde la perspectiva de David Gaitán, la obra le debe hablar al público de hoy. Su propuesta respeta en parte la versión original, sin embargo, utiliza diálogos y lenguaje como se expresan los jóvenes de hoy. En las primeras filas del teatro, se ponen frente al espectador pistolas de burbujas que los asistentes son convidados a disparar cuando consideren que el misógino Stockmann no es sensato con sus expresiones.
Este dispositivo se acrecienta al final de la obra. Las burbujas le sirven de marco para su retórico discurso frente al juicio de su gente. La metáfora de las pompas de jabón con el pensamiento del Dr. Luis Stockmann es, quizá, para Gaitán la forma de redimir al protagonista o deja que cada quien lo interprete, según su criterio. A mí, en lo particular, me parece algo intrascendente.
Con esta obra la Compañía Nacional de Teatro le da oportunidad a David Gaitán para dirigir. La primera temporada fue en el Teatro de las Artes del CENART. La escenografía es del maestro Alejandro Luna, quien además diseña la iluminación. El espacio se llena con un enorme mapa que sitúa al barrio de Coyoacán en la CDMX en el siglo XIX, época en que se sitúa la historia.
Las actuaciones están niveladas, cada quien con su personaje realiza un espléndido trabajo. El reparto lo integran: Miguel Cooper, Ana Paola Loaiza, Luis Rábago, Antonio Rojas, Amanda Schmelz y Alan Uribe Villarruel. Vestuario, Mario Marín del Río; diseño sonoro, Rodrigo Espinoza; multimedia, Kay Pérez.
Las funciones son en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque hasta el 19 de enero, consulta precios y horarios, aquí.
