Por Arantxa Castillo, Fotos: Cortesía/ El terror y el horror no son tan explorados dentro del teatro mexicano, siendo que México es el primer  país consumidor de terror a nivel mundial al menos en el cine, de acuerdo al The Relative Popularity of Genres Around the World 2017,  demostrando que hay un público potencial para estos géneros, que difícilmente llegan a las tablas de nuestro país.

Acerca de estos géneros, platicamos con Rafael Perrín, director de La Dama de Negro de Susan Hill, obra con 26 años en la cartelera de nuestro país y Oscar Ortiz de Pinedo, productor de la obra,  El Fantasma en el Espejo de la misma autora.

Perrín y Ortiz de Pinedo reflexionan sobre este tipo de teatro en la industria y narran su experiencia personal, así como sus opiniones respecto a la ausencia de estos géneros en el teatro mexicano.

“No es el país, lo que pasa es que hacer teatro de terror es muy difícil. Es un género muy complicado porque mucha gente piensa que el susto es lo mismo que el terror y son completamente diferentes”, cuenta el director Rafael Perrín.

El también actor explica que con frecuencia la gente suele confundir el terror, lo que muestra un desconocimiento ante este género.

“El terror es una emoción interna que el público siente y empieza incomodar, le sudan las manos y hasta siente que algo malo va a pasar, porque sí yo apago la luz, la prendo y te pongo un monstruo, pues claro que te vas a asustar. Entonces la gente no es muy experta en este tipo de teatro, hay un público que busca ir al teatro para sentirse que la obra lo rete y le haga sentir algo más de lo que puede sentir al ver la televisión”.

Para el director de una de las puestas en escena más longevas dentro de la marquesina mexicana, para hacer teatro de terror se necesita “humildad” y sobre todo tener la capacidad de manejarlo.

“Tiene que ser un terror bien manejado, por azares del destino hace 26 años encontramos la fórmula con La Dama de Negro. Con base a ello comencé a buscar muchos textos, me llegaron obras e invitaciones para dirigir obras que al leerlas, para mí no eran terror, sino explotación de las emociones, no encontraba ninguno. Entonces llegó un momento en que dije tengo que crearlo y me puse a escribir uno con Mauricio Pichardo con base a lo aprendido en La Dama de Negro”,contó refiriéndose a su obra Esquizofrenia.

Por su parte, el productor, escritor, actor y fanático del terror y el horror, Óscar Ortiz de Pinedo cree que no es sencillo crear el ambiente de terror u horror para este género en el lenguaje teatral.

“Yo creo que sí es complicado generar una atmósfera de terror en el teatro, es muy difícil. Nosotros tuvimos que invertir una gran cantidad de dinero para crear esa atmósfera de terror que fuera creíble, desde que entraba el público ya había hielo seco, sonidos de cadena, teatro en penumbras. Todo iba en aumento para ir tensando un poco al público de tal manera para que cuando abriera el telón, la gente ya estuviera inmersa”.

El productor narró su propia experiencia al producir El Fantasma en el espejo, obra que tuvo dos exitosas temporadas y cuenta la historia de un hombre sin pasado que busca desesperadamente algún rastro de sus orígenes.

“Nosotros hicimos una investigación antes de montar El Fantasma en el espejo y nos dimos cuenta que su producción es muy complicada, incluso en otros países como Estados Unidos en Inglaterra. También fuimos a ver otras obras además de La Dama de Negro, que de verdad nos parecieron muy malas, por eso cuando juntamos al equipo creativo les dijimos, señores o nos garantizan un buen trabajo o mejor no se hace”,  explicó el también productor de La Dalia Negra.

Asimismo, Ortiz de Pinedo señaló que el terror es un sentimiento de miedo ante una causa generada por algo humano, mientras el horror es una emoción generada ante eventos sobrenaturales como presencias, fantasmas, criaturas.

Ortiz de Pinedo, a diferencia de Perrín, cree que la falta de estos géneros en el teatro se debe a la falta de profesionalismo al producir, a lo costoso del boleto y a que no a todo el público le gusta consumir el terror y el horror.

“Creo que hace falta mucho profesionalismo, de verdad la gente cree que con ensayar una obra 3 semanas es suficiente. Para una comedia ligera con 2 o 3 actores, tres semanas podría ser suficiente para arrancar en alfileres, pero una obra de terror no la puedes arrancar en alfileres, tienes que estrenar como si fuera la última función, no puede haber evolución, tiene que ser perfecto, para que el horror funcione, porque el horror es sonido, imagen, trama y jump scare, si esas 4 cosas no están presentes, la obra no va a funcionar”.

Finalmente, el también actor expresó:“El teatro en México es costoso, porque la gente lo compara con el cine, pero es imposible. Yo mismo me molesto con la comparación […] El terror y el horror son géneros de entrada más para adolescentes que para gente adulta, ellos tienen la fascinación de sentir la adrenalina de espantarse, mientras que a los adultos nos da más flojera”.

Tanto como para Perrín como para Ortiz de Pinedo, hacer teatro de horror y terror se ha vuelto un compromiso importante, ambos disfrutan de este género y están conscientes de que existen muy pocos referentes exitosos, por lo cual buscan seguir creando producciones de alto nivel que sigan sorprendiendo al público.

Hoy en día, Óscar Ortiz de Pinedo se encuentra planeando llevar el caso de Amityville, ocurrido a finales de los setenta, cuando un joven mató a su familia asegurando haber escuchado voces. El proyecto podría estrenarse a finales de 2021 o en 2022, adelantó el productor.

Mientras que Perrín, afirma que la escasez ante los “buenos” textos de terror, le permitió llevar a la escena la creación de Esquizofrenia en coautoría con Mauricio Pichardo, obra que se realizó en streaming y que está por participar en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Actualmente el productor ofrecerá funciones por Dpia de Muertos, de La Dama de Negro en el Teatro Ofelia y Teatro del Parque Interlomas, además arrancará temporada con Esquizofrenia en el Telón de Asfalto.

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