Por Itaí Cruz, Fotos: Cortesía/ ¿Quién no ha leído u oído hablar de Shakespeare? No importa que pase el tiempo, su obra continúa muy presente en los escenarios de todo el mundo que año con año, llevan a cabo representaciones de alguna de sus obras.

A pesar de la pandemia que sufrimos a nivel mundial, no podemos dejar de hablar del bardo de Avón y celebrar su existencia. Aquí te contamos sobre sus obras más representadas, que quizá te animes a leer y cuando se levante la suspensión, acudir a las salas.

Hamlet. Mientras vivía, ésta fue una de las obras más populares de Shakespeare incluso hoy en día es una de las más representadas tanto en el teatro como en el cine, quién no ha escuchado alguna vez la famosa frase “Ser o no ser esa es la cuestión”. Esta obra explora temas como la venganza, la traición, el incesto y la corrupción moral. Además es la obra de teatro más larga del escritor inglés y una de las más poderosas e influyentes tragedias de la literatura, que ha sido interpretada por los más grandes actores y actrices de sus generaciones.

Romeo y Julieta. Sin duda, ésta es una de las obras más famosas de la literatura universal. Todos hemos oído hablar de Romeo Montesco y Julieta Capuleto, y su trágica historia de amor. En esta obra obra, Shakespeare crea un mundo en el que la fuerza de las emociones y de los sentimientos fascina totalmente y engancha al espectador hasta atraparlo. La primera representación que conocemos ocurrió en 1595, a cargo de la compañía Lord Chamberlain´s Men, donde Richard Burgage fue Romeo y Robert Goffe, Julieta. Desde entonces, es posible ver año con año alguna versión de esta clásica tragedia amorosa.

Sueño de una noche de verano. Esta comedia romántica que cuenta las aventuras de 4 jóvenes amantes, está repleta de magia, amor y fantasía, evoca un mundo en el que el sueño y la vigilia se dan la mano. Escrita cuando Shakespeare tenía tan solo 21 años, mismo que se muestra en esta hilarante historia salpicada de contrastes. Su popularidad recae en los personajes fantásticos y mitológicos que se conjugan con la vida y las pasiones de los protagonistas, creando así una historia única y conflictiva que ha sido representada a lo largo y ancho de todo el mundo, convirtiéndose en éxito como Las Mil y una Noches o Los miserables.

Macbeth. A diferencia de Romeo y Julieta, esta obra es considerada como la tragedia más corta de Shakespeare, escrita en 106, fue publicada dos décadas más tarde. Esta obra nos habla del crimen y del castigo acompañada por elementos fantásticos y sobrenaturales que le aportan un toque único a esta pieza teatral. Existen muchas supersticiones alrededor de la obra, algunos dicen que ésta está maldita y muchos actores no mencionan el nombre de la obra en voz alta, por temor, y se refieren a ella como “la obra escocesa”. Es común ver representaciones tanto a nivel amateur como a nivel profesional en todo el mundo.

La fierecilla domada. Otra de las comedias más populares de Shakespeare, donde se mezclan la intriga, el engaño y las dobles identidades en situaciones y diálogos en los que el amor y el cortejo también hacen su aparición. Uno de los aspectos técnicos y más destacados en ella es su planteamiento inicial, pues se trata de una obra dentro de otra obra, dándole una dimensión meta teatral y un indudable doble distanciamiento del público. Sin embargo, los elementos ‘misóginos’ han convertido a la obra en objeto de controversia, especialmente entre las audiencias modernas. A pesar de esto, sigue siendo una de las obras favoritas del escritor, pues ha sido adaptada en numerosas ocasiones para teatro, cine, ópera, ballet y teatro musical.

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