Por Mariana Mijares, Fotos: Cortesía PinPoint/ Para Eduardo (Juan Ríos) su mejor amigo, Alfredo (Pablo Perroni), es ‘insoportablemente feliz’. La realidad es que su vida al lado de su esposa Melinda (Yuriria del Valle) y su hija enferma está lejos de ser perfecta. Después de una cena en la que conocen a Eva -la nueva novia de Eduardo, (Regina Blandón / Ana González Bello)- las cosas se salen de lo ‘políticamente correcto’ y se evidencia que la felicidad es algo relativo.

En tiempos en los que vivimos, donde las redes sociales son una manera fácil de ‘construir’ una falsa felicidad, la directora Angélica Rogel y los cinco actores del montaje: Pablo Perroni, Yuriria del Valle, Juan Ríos Cantú, Regina Blandón y Ana González Bello (quienes alternan) nos dicen por qué a veces pretendemos; y  también lo que honestamente sí les hace felices en la vida real.

Happy se presenta de viernes a domingo, hasta abril en el Teatro Milán.

Angélica, ¿cómo ha sido incorporar a nuevos actores (Regina y Juan) a esta segunda temporada?

Angélica: ¿Sabes? Ha sido muy rico, porque siempre la llegada de nuevos actores le genera nuevas posibilidades a una obra. Aunque un texto está escrito y te da una serie de pistas de hacia dónde puede ir, cada interprete lo asume de manera diferente; entonces, que hayan llegado dos nuevos intérpretes ha ayudado a que crezca más la obra y a que encontremos más cosas dentro del proceso.

Para ti Pablo, que también ya habías estado la temporada pasada, y en una de tus mejores interpretaciones, ¿Cómo ha sido retomar a este personaje: Alfredo?

Pablo: ¡Gracias! Ha sido increíble, desde que trabajé en esta obra la primera vez, he dicho que el proceso ha sido de los más placentero. Al igual que trabajar con Angélica, y no porque esté aquí, sino porque realmente ha sido un regalo en mi carrera.

Este personaje, efectivamente, lo quiero mucho, es muy cercano a mi corazón. Cuando terminas una temporada piensas: ‘bueno, a lo mejor tendré una segunda oportunidad para ir todavía más a fondo’.

Además de que ahora integran a Regina y a Juan…

Pablo: Lo he dicho muchas veces, cuando yo leí esta obra, en mi cabeza siempre tuve a Regina Blandón en el papel de Eva…

Angélica: Desde la primera lectura.

Pablo: Desde la primera lectura, sí. De hecho, cuando se la di a leer Angélica, creo que hasta le dije: ‘Imagínate a Regina’, y aunque María (Penella) y Ana (González Bello) son Evas completamente maravillosas, Regina está espectacular.

Entonces, poder ver eso que leí la primera vez, como en mi primer enfrentamiento, poderlo ver, y poderlo vivir es increíble.

Con Juan tuvimos una experiencia muy extraña, muy veloz, pues vino a salvar definitivamente la temporada, cuando en la segunda función nuestro Eduardo no pudo llegar porque estaba atorado en Houston debido al mal clima… Él no se sabía la obra, no sabía ni de qué trataba porque no la había visto, pero le pusimos apuntador y lo lanzamos al ruedo e hizo un trabajo maravilloso.

Desde ese momento me quedé con ganas de que también viviera la obra. La energía que le imprime Juan, esta cosa que ‘Eduardo’ tiene es perfecta; Juan está pintado. Y el privilegio de poder compartir, otra vez la escena, con (mira a Yuriria) amo a esta mujer, con Yuri, es realmente divertido. La admiro muchísimo como actriz, como persona y nos la pasamos excelente. Es Melinda.

Para ti Ana, ¿te daba gusto poder retomar la obra?

Ana: Ha sido padre darme cuenta que no se me ha olvidado. Siento que he aprendido mucho desde que la hice la primera vez; así que me emociona traerle cosas padres al personaje. También me emociona que estos nuevos integrantes le van a dar un toque especial.

Regina, ¿cómo te has sentido al integrarte a esta compañía? ¿Y por qué no pudiste estar la temporada pasada, agenda?

Regina: Sí, fue justo por tiempos. En ese entonces creo que estaba tomando clases y trabajos, etc, entonces no pude estar; pero sí la vi y se me hizo increíble. Es un texto padrísimo y siempre habíamos tenido muchas ganas de trabajar juntos, y qué mejor que ahora. Con Juan ya había trabajado, me había dirigido, con Yuri también (en Parásitos). Entonces de verdad venir a ensayos, es una gozada. Angélica es una directora padrísima, la admiro mucho.

¿Qué te gusta de Eva?

Regina: ¡Que está loca! Pero a la vez que es la más honesta y creo que eso nos hace muchísima falta en esta época: tratar de no ser tan falsos y de decir las cosas ‘neta’, como son. Y si algo no te parece, salirte de ahí si no estás de acuerdo.

Eva tiene eso, en una muy manera muy ‘distorsionada’ y a costa de los demás, pero es muy sincera y nada más está buscando sacar las verdades de los demás. Eso me gusta mucho.

Para ti, Yuriria, ¿cómo ha sido retomar esta obra y con nuevos compañeros?

Yuriria: Muy interesante. La lectura que yo le doy es totalmente distinta. Ahora entiendo cosas que antes no entendía o las veo desde otro ángulo. Descubro que es una obra muy triste y muy devastadora.

La primera vez que la hice, todo lo divertido que ocurre en escena de pronto me deslumbró y no fui tan consiente de la profundidad y de la tristeza que hay en cada uno de los personajes.

Y de mis compañeros, con Juan he trabajado miles de veces, con Angélica también, es un placer trabajar siempre con los dos, son muy divertidos; con Pablo también y con Regina, es un equipo soñado, la verdad.

Juan, ¿qué recuerdas de esa vez que ‘salvaste’ la función?

Juan: Aquella vez fue muy divertido; de verdad fue la sensación de que te avienten al ruedo, literal, y estar frente al toro con los cuernos demasiado puntiagudos. O sea, ¡ensayé un día! Obviamente ayuda el apuntador, pero quizás fue parte de lo interesante: asumir el riesgo. Estar ‘en el aquí y en el ahora’ y no cuestionarme tanto ni del pasado, ni de los porqués, resolver al momento.

Ahora el proceso es completamente distinto, los ensayos me han ayudado muchísimo darle más texturas a este personaje, que me parece muy complejo.

Justamente, ¿qué encuentras más interesante de Eduardo?

Es un hombre grande, que quizá vivió una perdida, un fracaso en su matrimonio y de alguna manera piensa recuperarlo a través de una mujer joven. Creo que eso también es un anhelo de seguir vivo, de estar completamente expuesto y de mantenerse, de alguna manera, joven a través de ella.

Yo hice primero la obra y después la vi; o sea la conocí primero por dentro y luego la pude observar. Cuando pude ver el trabajo me encantó, creo que es un trabajo muy complejo, una comedia con un humor muy ácido y muy inteligente. Puede haber puntos de identidad con el espectador muy fácilmente, porque en la vida todos tenemos el objetivo de ser felices, y de alguna manera, puede ser un gran lastre perseguir esa felicidad, insistir y mostrarla de acuerdo con las expectativas de los otros y no las propias.

Hablando justamente de ese tema, Angélica, ¿crees que la felicidad es un concepto relativo?

Angélica: Creo que es relativo, porque cada ser humano encuentra la felicidad en distintas cosas. Entonces, al no ser algo que es similar para toda la humanidad, se vuelve relativo, justo es lo que atrae.

La obra es un estudio sobre la felicidad, cómo hay seres humanos que pueden tener vidas miserables y son capaces de hacerlas más llevaderas, y cómo hay personas que podrían ser muy felices pero no quieren; o hay otros que asumen el día a día.

Entonces ver a todos estos personajes juntos, conviviendo, lo vuelve sumamente atractivo y por eso llama tanto la atención llevar a escena esta obra.

¿Por qué creen que a veces pretendemos, ante los demás y especialmente en redes sociales, que somos felices? cuando quizá no lo seamos…

Pablo: Esa pregunta está buena. Creo que tiene que ver con una presión social, con una expectativa, con lo que la sociedad espera que seas…

Regina: En esta época en la que todo el tiempo hay tanta información de todo el mundo, para todo el mundo, si tú de repente ves que alguien está muy feliz, dices: ‘Ay no, a mí me falta eso; no vayan a pensar que yo no soy feliz’. Entonces sí, todos tenemos esa necesidad estúpida.

Ya Instagram es pornografía. La neta, ves niñas de 17 años así de: ‘es el mejor día de mi vida, el mejor viaje del mundo, la mejor familia’. Claro, porque nadie va a poner: ‘Corté ayer, soy miserable’ con una cara horrible. Nos han obligado a que si no estás feliz en tus fotos, no está bien tu Instagram, y eso está muy cabrón. Además todos tenemos a fuerza las aplicaciones que te blanquean los dientes, que te hacen más flaca, y pues vivimos esclavos de eso…

Ana: Las redes son un reflejo de lo que quisiéramos que fuera nuestra vida. Está bien que las usemos para compartir cosas que nos están pasando; pero al estar ahí, es inevitable compararte con los demás, sobre todo si estás en un mal momento podría afectarte el decir: ¿Cómo le hace la gente para ser siempre tan guapa, feliz y perfecta?

Pero tomando el lado bueno, también ahí te enteras de lo bonito que le está pasando a la gente cercana y compartes sus éxitos.

En la vida real, ¿qué les hace feliz?

Regina: Suena a cliché, así de: ‘cállate y siéntate señora’, pero estar en un escenario me hace mucho muy feliz. También, me dijo un psicólogo, que me gusta el teatro porque ya sé qué va a pasar y a dónde va; entonces no tengo que resolver nada y por eso estoy tan feliz.

 ¿No te gusta improvisar en la vida?

Regina: A veces, estoy aprendiendo.

A ustedes, ¿qué los hace felices?

Pablo: ¿Qué me hace feliz? María (su hija), y definitivamente ¡el teatro! Me siento realmente privilegiado, bendecido, de poder hacer lo que amo, y pues sí, que ese sea mi trabajo. Poder contar historias y poderle dar vida a diferentes personajes, eso me entusiasma y me hace feliz. También me hace muy feliz encontrarme con personajes como éste.

Ana: ¡Muchas cosas! Mi familia, mis amigos, los animales, los perritos y los gatitos, la comida, ir a entrenar, mi trabajo. También me siento muy afortunada por dedicarme a lo que me apasiona.

Yuriria: El otro día pensaba justo en Instagram, y me he dado cuenta de que la mayoría de mis historias están relacionadas con la gente que veo, así de: Fui con Perroni y amo a Perroni. Estoy con Angélica, qué divertido. O sea, siempre son personas. Descubro que la gente que quiero me hace muy feliz. Viajar también me hace muy feliz, ¡y actuar!

Juan: Yo igual, definitivamente trabajar en el teatro, hacer tele o cine también… pero la plenitud que te otorga el teatro, la capacidad de conectar con el público en vivo, la capacidad y la fascinación por un personaje, enamorarte del personaje, contar el cuento juntos, encontrar esa armonía. Venir a ensayar me hace muy feliz, de verdad me pone de buenas. También escribir y dirigir, estar en el teatro: arriba, abajo, atrás, adelante, como espectador, como actor, o como director, me encanta.

 Y, finalmente, ¿por qué les gustaría que el público viniera al teatro a ver Happy?

Ana: Es una obra divertida y ácida que la gente va a disfrutar, pero también que te hará cuestionarte cosas como qué es la felicidad. Es padre que la gente reflexione sobre la felicidad, lo que nos hace felices y cómo manejar las cosas para llegar a ese lugar qué queremos.

Angélica: Me parece que es una obra necesaria. Hay obras que son divertimentos, y hay obras que son profundas. Hay distintos tipos de dramaturgias y esta obra es un espejo. ¿Dónde estoy yo en este juego social?, ¿cuál es el rol que estoy jugando?, ¿y lo estoy jugando conscientemente o me estoy vendiendo una historia que en lugar de hacerme mejor persona, me está encerrado en un círculo interior, en mis propios círculos del infierno? ¿Puedo construir un mundo que me guste? Donde sé que a veces voy a estar bien y a veces voy a estar mal, y a veces voy a ser feliz y a veces voy a ser inmensamente infeliz… De eso se trata este viaje que estamos haciendo en la vida, y hay que disfrutarlo.

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