Por Roberto Sosa/En conflicto, sin equilibrio, ni estabilidad, inquietud y violencia. La guerra es la ausencia de paz. En la mitología griega, Ismene, Eteocles, Polineces y Antígona son hijos de Edipo y Yocasta; Creonte es hermano de Yocasta. Eteocles y Polineces combaten constantemente por el trono de Tebas, la batalla concluye con la muerte de los dos hermanos, uno en manos del otro. Antígona decide enterrar a su hermano y realizar los ritos correspondientes rebelándose contra la decisión de Creonte.
El mito trasciende el tiempo y fronteras, y los personajes están aquí: Creonte hojea una revista, su hijo Hemón holgazanea, Ismene los contempla, ambos son cuidados por un guardia ciego (alegoría quizá con el rey Edipo). A este territorio llegan inconformes tres mujeres, tres hermanas…tres Antígonas. “Tú no sabes lo que es la paz. La próxima peste ha llegado. La realidad: niños violados, mujeres violadas…”. Demandas que son el día a día; no más muertos ni desaparecidos. “Queremos que caiga el gobierno asesino…” Anhelan un país libre…un lugar para la paz.
Darja Stocker (Zúrich, 1983), es una dramaturga alemana, su obra Sin lugar para la paz, Antígona, se estrenó el 11 de diciembre de 2015 en el Teatro Basilea. La obra reelabora un tema dramático, Antígona en la cultura de Occidente, el mito que trasciende el tiempo. Para el filósofo, crítico y teórico de la literatura George Steiner, el enfrentamiento entre Antígona y Creonte, es el conflicto entre hombres y mujeres, entre la sociedad y el individuo… entre el mundo de los vivos y muertos.
La dirección es de Isael Almanza, bajo su conducción la puesta en escena redobla el hartazgo del pueblo. El lenguaje escénico narra una historia que viene de un personaje mítico a la contemporaneidad. La protagonista aparece con tres rostros y tres voces distintas, todas son Antígonas: Antígona 1 abraza a su hermana y a su prometido Hemón. Almanza se apoya en el trabajo histriónico del elenco para trasladar el peso dramático del texto al espectador.
Actúan: Patricia Hernández (Antígona 1), Karen Alicia (Antígona 2), Dulce Mariel (Antígona 3), Ignacio Escárcega (Creonte), Roldán Ramírez (Hemón), Andrea Locord (Ismene) y Joaquín Herrera (Guardián). Las Antígonas actúan juntas, en el mismo nivel, hay fuerza en sus interpretaciones. Ramírez y Locord dan vida a sus personajes desde lo mitológico mirando hacia el presente. Herrera es notable su actuación, encarna a un invidente con guiños a la farsa. A Escárcega no lo veo en ritmo, no está junto a los demás, es un Creonte anodino
Sin lugar para la paz, Antígona es con el personaje mítico en el presente, es la mujer rebelde, contestataria, subversiva e inconforme. Antígona levanta la voz, no es una, ni dos, son tres. Es como el grito que escucha hoy en las calles: ¡¡todas somos…¡¡¡ Así ellas, todas las mujeres que salen a protestar, hartas de ser violentadas, que pintan monumentos, bardas, etc., todas son Antígonas y así seguirán en tanto no haya una lugar para la paz.
El diseño de escenografía, vestuario e iluminación es de Mauricio Ausencio; traducción, María G. Tellechea y Martina Fernández.
Las funciones son en el Teatro Sergio Magaña hasta 8 de septiembre y regresa del 24 de septiembre al 17 de diciembre en el Foro La Gruta, consulta precios y horarios, aquí.
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