Fotos: Roberto Sosa
Por Roberto Sosa/La puesta en escena no pretende explicar cómo sería un orgasmo entre planetas o el éxtasis del universo. Sobre el escenario dialogan la ciencia, el arte y el erotismo. La obra fusiona el producto de un trabajo de investigación, y como eje dramático centra el tema en la mecánica cuántica, disciplina de la física encargada de proveer una descripción fundamental de la naturaleza.
El escenario es un sitio ambiguo; están un músico que toca el piano, un hombre maduro sentado frente a una mesa y de entre las sombras aparece una mujer. El hombre explaya teorías e hipótesis sobre el Big Bang, la relatividad, los átomos y moléculas; la velocidad de la luz (300 mil kilómetros por segundo) y su interacción con el espacio-tiempo. La música del piano llena el lugar y la mujer nos muestra su arte, una performer que derrama sensualidad.
De forma abstracta la mujer sigue la narración del hombre, gravita como un satélite alrededor de un planeta; el hombre cimienta su elocución con datos científicos que llevan al espectador hacia una travesía a través de los sentidos. Música y danza se abrazan y acompañan el trabajo corporal de la artista para dar forma a un espectáculo con dos lenguajes, el científico y el artístico.
La analogía cosmos-arte-erotismo desglosada desde la perspectiva que da el estudio de los átomos, la física cuántica y el universo. Compagina el pensamiento de su creador, traducido al lenguaje teatral. El escenario es un vacío que se llena con cuerpos, sonidos y luz. Le faltó un mejor diseño de iluminación (Josafat Aguilar), la luz es la protagonista de la obra, se debió contar con una luminosidad mejor lograda.
Orgasmos del cosmos es autoría, dirección y actuación de Kaveh Parmas. Su mayor reto es convertir los principios de la ciencia que tienen que ver con el conocimiento del cosmos y el átomo (lo macro y micro), en un lenguaje teatral. El resultado es una puesta en escena interesante y original, con elementos que atrapan la atención por la manera en que dialogan sobre el escenario.
Cuenta con la participación –demás de Kaveh Parmas- de Itzhel Razo y Ernesto Gómez Santana. La formación de Itzhel es multidisciplinaria: danza, canta y actúa. Sensitiva labor que complementa con belleza y sensualidad. Gómez Santana es un artista virtuoso con el piano y la voz. Kaveh debió dejar su texto en manos de un director, hacer o querer hacer todo, no siempre es lo mejor.
¿Qué es la realidad…? ¿Cómo influyen en nuestra cotidianeidad las leyes que rigen el universo…? Son preguntas que surgen de la reflexión. No olvidemos que los humanos estamos formados con la misma materia que constituye al cosmos, somos un micro de un macro. Todo dentro de una puesta en escena, en el teatro todo cabe: la música y la danza, incluso, el universo infinito.
Las funciones son en el Teatro El Granero, Xavier Rojas hasta el 24 de febrero.
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