Por Ro Tierno; Foto Cortesía/ Apoyada por BECAR Cultura, la dramaturga argentina se encuentra realizando un trabajo de investigación sobre manifestaciones públicas en México y dictará el taller Encuentros de escritura a partir del territorio, en la Colonia Roma de la CDMX.

Entre Xalapa y la Ciudad de México, Giuliana Kiersz (Buenos Aires, 1991) transita y descubre un territorio desde una perspectiva particular: las manifestaciones públicas y artísticas en México. ¿Cómo nos organizamos, cómo nos pensamos y cuándo salimos a la calle? Se pregunta. Se trata de un trabajo in progress, apoyado por BECAR de la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina, que luego del trabajo in situ dará como resultado una pieza escrita, que hasta el momento la autora llama Manifestaciones.

“Me interesa pensar en cómo nos organizamos socialmente ante un montón de cosas que están sucediendo en el mundo, de qué forma protestamos. Las formas de organizarse fueron cambiando, pero no tan rápido como las estrategias neoliberales de derecha capitalistas, por ejemplo. Entonces el proyecto trabaja un poco sobre eso, cómo nos organizamos y también sobre qué relación tiene el arte en eso, una como artista qué hace, cómo trabaja su obra, sobre qué territorios”, explica.

Giuliana Kiersz es autora de obras como El fin, que obtuvo X Premio Germán Rozenmacher a la Nueva Dramaturgia organizado por el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas y el Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires; Isabel I, publicada por Editorial INTeatro; B, llevada a escena en el II Ciclo de Dramaturgia Contemporánea escrita y dirigida por Mujeres del INBAL; El día que ella dijo que había matado al perro agarré el auto, entre otras.

En su regreso a México para la segunda etapa de la investigación sobre manifestaciones, la dramaturga estará brindando el taller Encuentros de escritura a partir del territorio, los días 8, 9 y 10 de octubre, de 18 a 20 horas en We Are Todos, en la Colonia Roma de la Ciudad de México.

¿Cómo surge la idea de trabajar sobre el territorio?

GK: Cuando en México empecé a trabajar con Gabriela Román, que está en el Ciclo de Dramaturgia Contemporánea escrita y dirigida por Mujeres, hicimos una cartografía sobre nuestras vivencias como mujeres en Ciudad de México y en Buenos Aires, un mapa gigante con relatos de cosas que nos hubieran pasado, y empecé a trabajar en territorio, cosas que suceden ahí y cómo abordar un territorio. Me interesa escribir, no sólo desde lo que pasa adentro y las propias ideas, sino con lo que pasa afuera y el material que brinda lo real.

¿Qué antecedentes encontraste de este tipo de investigación?

GK: Hay muchas obras de artistas que se hicieron dentro de las manifestaciones y para manifestarse, como acá (Arg.) durante la dictadura por ejemplo. No me interesaba generar una obra en la manifestación sino ver cómo de repente alguien dice ‘bueno voy a dejar de estar en mi casa y voy a salir a la calle’, cuándo se activa ese algo de la responsabilidad social. Es una búsqueda totalmente poética, cero académica, voy haciendo entrevistas muy subjetivas, para ver desde dónde surge el deseo de salir a decir lo que piensas o a encontrarte con personas que piensan lo mismo, desde un lugar más individual pero en relación con el colectivo. Por eso fui a manifestaciones con las que concordaba y otras con las que no concordaba nada, pero me parecía llamativo, cómo alguien que durante muchísimos años no salía a manifestarse y de repente sucede y sale, ¿y por qué sale en ese momento?

¿Qué resultados has tenido hasta ahora?

GK: Ahora tengo un primer texto que llamo Manifestaciones, una mezcla entre lo que me decía la gente que entrevistaba, organizaciones políticas, personas que me encontraba, y cosas que me pasaban a mí. Quiero corregirlo y reescribirlo. Estoy en la búsqueda de respuestas, y a partir de lo que sucedió decidí hacer un recorte. Me encontré con personas muy diferentes, entonces ahora tengo ganas de ver sobre qué apunto, si en organizaciones que están hace muchos años o sobre manifestaciones efímeras, esto es más lo que me interesa, no tanto las organizaciones que están hace muchos años generando una estructura, sino esas manifestaciones que suceden de la nada, como fue acá (Arg.) el Ni una menos. Qué sucede cuando alguien se da cuenta lo que se está sintiendo, canaliza eso y sale a la calle.

Durante este proceso, Giuliana Kiersz también realizó un trabajo en conjunto con la directora mexicana Martha Rodríguez para el IV Ciclo de Dramaturgia Contemporánea escrita y dirigida por Mujeres, organizado por INBAL. La obra se llamó Antes que suban los mares y aborda el posible fin del mundo, en una pieza apocalíptica que emana de un sentimiento (y realidad) generacional que se anticipa y dice ‘no hay futuro’. Sobre esto, Kiersz destacó que hay una parte real y otra ilusoria, generada por las políticas capitalistas que nos contraen en una crisis constante. Sin embargo, en Chiapas, al conocer la comunidad zapatista, se dio cuenta que otro mundo es posible. Esta ampliación de la realidad, de la perspectiva, es lo que le interesa a la autora del trabajo en territorio.

¿Te interesa transmitir este mensaje a tu generación?

Me pasa mucho que quiero conocer otras formas, por eso trabajo mucho en territorio, me interesa ver qué otras formas existes más allá de las nuestras, de mi forma de pensar como argentina, joven de Buenos Aires, ver que hay un mundo afuera. Esto que sentimos, que no se puede cambiar la realidad, tiene que ver con ampliar la perspectiva, hay otras cosas, en México está pasando esto, en Berlín esto, en Buenos Aires están pasando otras cosas, muchas veces marginadas, no entran en el sistema del mercado del arte más conocido. Trabajar en territorio para ver qué otras cosas pueden pasar y ver otras formas de contar la realidad.

Y otras formas de construir la identidad…

Sí, la construcción es desde dónde hablas, porque pienso en algo como la literatura o el teatro y hay algo de como si fuera ‘universal’, y no hay nada universal ¿qué es lo universal? como si un extraterrestre pudiera entenderlo, como una pretensión ambiciosa de hablar desde la verdad, y ya sabemos que no existe una verdad, siento que hay algo de la posverdad que también nos atraviesa, que solo podes hablar desde tu lugar y desde lo que a vos te pasa, con el afuera también, podes hablar desde problemas internos sobre una realidad, que igual va a ser una construcción subjetiva. Hay algo de eso que es un acierto, me siento mucho más cerca cuando alguien me habla desde su lugar y no tanto de lo que ‘es’.

Para participar del taller Encuentros de escritura a partir del territorio pueden escribir a nat@wearetodos.com o dirigirse a We Are Todos, Tabasco 242, Col. Roma, CDMX.

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