Fotos: Enrique Díaz
Por Saúl Campos/Nela siempre pensó que el amor no estaba hecho para ella, una mujer llena de inseguridades gracias a una marca de nacimiento que lleva en el rostro y que siente que no es más que la mujer más fea del mundo. Pero Pablo ha aparecido en su vida y para el no hay nadie más hermoso, a pesar de que su ceguera solo le permita verla tras sus manos. Sin embargo, eso puede cambiar ahora que una oftalmóloga ha aparecido en el pueblo diciéndole a Pablo que su ceguera es curable con una cirugía, pero ¿Nela quisiera realmente que su novio pudiera verla? O acaso¿ lo que ella ama de él es que no pueda usar los ojos?
Ahora en el Teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural Del Bosque, llega por una tercera temporada Los Ojos, de Pablo Messiez, bajo la dirección de Christian Magaloni, un montaje lo más cercano al dramedy, acerca de la inevitable sensación sentirse acorralado en medio de las inseguridades y los resultados que esto conlleva dentro de una relación en la cual la confianza es especialmente importante.
A través de este cuento sobre la inseguridad y sus estragos, Messiez va soltando agudas críticas a las creencias religiosas católicas, a las ideas del amor, a la tolerancia social, todo mediante un tono de comedia tan hilarante y finamente sarcástico que se siente auténtico de principio a fin.
Messiez encuentra el punto de naturalidad exacta para permitirle a sus personajes hablar desde la época contemporánea con un aire quizás de 1800. El autor sitúa su escritura en un punto donde bien podríamos estar leyendo a Alejandro Ricaño y en la siguiente página a Benito Pérez Galdós. Pero ese es justo el ingenio de Messiez, es la esencia que nos está presentando y nos logra enganchar desde las primeras líneas con las que sus personajes se presentan en escena.
Cristian Magaloni comprende a su autor, y abraza este estilo de humor llevándolo por la vía más humana hacia su dirección de actores, logrando que Sara Nieto, Assira Abbate*, Ana Kupfer y Gonzalo Guzmán* (Alternando con Roberto Beck y Montserrat Monzón) entreguen una ronda de actuaciones corales, francas y 100% al servicio de la historia, de manera que de principio a fin la experiencia teatral sucede en un ambiente perfecto, donde la ficción adquiere una verdad escénica casi palpable.
Magaloni construye con Assira Abbate a un pequeño ser lleno de emociones tóxicas no procesadas. Nela es un personaje complejo, víctima de su incapacidad de amarse a su misma, devota de una fe que quizá la ha cegado más que iluminado y está de frente a la mismísima oportunidad de ser completamente feliz y aprender el verdadero significado de amar, pero su propia monstruosidad no la permite desapegarse.
Con la construcción anterior queda claro que el trabajo del director logra un universo sumamente complejo con cada uno de sus actores en juego. Aprovechando su espacio escénico con una poética tan inventiva y llena de planos y matices que impacta cuadro a cuadro y absorbe con tan solo breves movimientos y desplazamientos.
Los Ojos, es una oportunidad única para presenciar magia teatral. Un relato sobre la identidad, la verdad y el amor. Pero sobre todo, sobre reconocer a los otros y sus necesidades antes que las propias, pues eso quizás es el amor, al menos el ideal.
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