Por Luis Santillán/Foro Shakespeare Producciones, Once Once Producciones y Petit Comité se unen para llevar a escena Humedad de Bárbara Colio. La estructura del texto desarrolla dos líneas anecdóticas en forma paralela, en algún momento los personajes entran en contacto para fusionar las líneas en una sola. El espacio de acción es el soporte y razón de las líneas, esto permite que una tercera sea la que cierre el texto.
El elemento de mayor interés en la propuesta de Colio es un fenómeno natural. Cuando se recurre a detonantes de acción dramática o peripecia, la mayoría de las veces recae en un personaje o en una acción, en Humedad es la lluvia. Eso le da al texto una gran complejidad tanto de texturas como de posibilidades.
Dos parejas están en un mismo hotel; una de ellas porque el personaje masculino tiene el proyecto que restaurará el puente del poblado; la otra por un problema en su itinerario de viaje. A partir de ahí, la forma en que cada pareja vive su estancia va mostrando las características de los personajes, la alteración que sufren ante una lluvia con variantes pero constante. El confinamiento provoca que se encuentren, y eso les lleva al intercambio de mundos. Cuando la lluvia alcanza el punto crítico, la relación de las parejas también.
Parte de la provocación que existe en el texto es escenificarlo con solo una actriz y un actor. Los elegidos para que sea así son: Irene Azuela y Pedro de Tavira Egurrola. Ambos cuidan que la construcción de los personajes tenga detalles para poder visualizarlos en cada uno de los planos en los que están. De Tavira destaca, quizá porque sus personajes tienen la oportunidad de mostrar más variantes en tanto que su intereacción se da con más personajes, quizá porque los personajes masculinos son quienes conducen las líneas, en una de ellas el ingeniero pasa de la ilusión al agobio, el otro personaje va del fastidio a la apertura de experiencias.
Por su parte, Azuela tiene menor margen de acción, aún cuando los personajes femeninos tienen mayor relevancia en la detonación de situaciones, la distancia entre ambas es muy delgada.
Las escenas donde cada pareja se mantiene en su espacio fluyen bien, tanto en ritmo como en desarrollo, el trabajo actoral es limpio. Es muy grato todo ese segmento, sin embargo, algo ocurre cuando la obra entra en el bloque climático, y se hunde.
La construcción de personajes se vuelve frágil. La dinámica donde confluyen los relatos es fría, aun cuando la imagen y su propuesta es muy atractiva no desemboca, lo que ocurre en vivo se queda corto, -parafraseando el sentido del título- aguado, inconsistente. Durante el tiempo previo se hace énfasis en el santo del pueblo donde están, hay una burla de que ante la tentación carnal prefiere lanzarse a las espinas, hay una serie de preguntas no verbalizadas que van magullando la relación de los personajes. Cuando los personajes activan una de las premisas importantes de la obra, la resolución pretende ser tan “artística” que no rebasa la indiferencia”.
La fuerza de la lluvia, del caudal que provocó es una poderosa metáfora que ofrece la autora, pero la dirección escénica de Matías Gorlero parece no entenderla o no asumirla.
Humedad de Bárbara Colio, dirección de Matías Gorlero, es una propuesta que podría poner a pensar al público sobre qué hunde a una relación de pareja o qué la hace salir indemne de una tormenta.
Las funciones son en el Teatro Helénico, hasta el 7 de julio, consulta precios y horarios, aquí.
