Fotos: Cortesía Producción
Por Saúl Campos/Rafa e Iker han sido amigos desde el kínder, más que amigos, han sido compas. Han vivido todo juntos, se han visto crecer y se han distanciado también, entre la familia, el trabajo, la vida misma. Cuando la noticia de la inesperada muerte de un amigo en común de la secundaria, El Choncho, los sorprenda, ambos amigos se encontrarán para recapitular todo lo que han compartido, incluso lo que no sabían: a Lucía, la primer novia de Rafa y quizás el amor más grande de Iker. Puede que el compadrazgo logre dejar en el pasado un triángulo amoroso que sucedió hace mucho, pero quizá el problema es tan gordo como el difunto Choncho, al menos para que pase de largo tan rápido.
Cuando años atrás el equipo de la ahora clásica Sucia y Muy Chingona Historia de Amor, nos acercó a las comedias románticas con aire noventero pero con fundamento actual, no podemos negar que nos dejaron con ganas de más, de alguna historia por la misma línea que nos llegara por la vía sentimental, la risa efectiva e inteligente, y sobre todo con calidad, bueno, esa necesidad es la que viene a cubrir en cartelera Era Mi Compa, de Aída del Río y Manuel Calderón, en co-dirección de los mismos junto a Rafael Balderas.
Realmente generar comedia de calidad es un reto, más aún cuando la base pretende ser un cliché como lo es el argumento del triángulo amoroso, la amistad quebrantada por los malos entendidos… vaya, conocemos infinidad de historias con esta premisa, y sin embargo, Calderón y Del Río logran presentarnos un cuento de dos amigos que se sienten frescos, dinámicos y con la intención más honesta de plantear lo trascendental de la amistad frente a cualquier adversidad, sin terminar siendo un melodrama.
Lo que sucede con esta historia es que realmente: ya sabemos que va a suceder, sí, de verdad, conocemos de sobra el modus operandi, y entonces los autores nos llevan por caminos cercanos al contexto social mexicano para darle un acercamiento tan genuino a cada situación, que es inevitable sentir que la problemática del personaje principal acerca de la inexistencia del agua de grosella, a pesar de haber paletas heladas de esta fruta, sea un asunto que nos compete al cien, vaya, siempre lo ha sido y aquí nos lo están demostrando.
No, no es una puesta que va a cambiar la vida del espectador en cuanto a la lección aprendida, sin embargo, sí es una obra que marcará un recordatorio puntual sobre lo importante que es mantener cerca a quienes darían todo por ti y sería recíproco. La dirección nos deja esto bien planteado gracias a un tono naturalista que rompe la cuarta pared a la menor provocación para invitarnos a estar en cada parte del juego, la conexión existe, esto es comedia, sí, efectiva, hay comunión.
Sin embargo, del otro lado de la balanza, tenemos el factor en contra que la obra tiene y es que su escenotecnia se siente tan heterogénea que en grandes momentos impide la concentración del espectador. Si bien el discurso de iluminación podría funcionar con un escenario en caja negra, de igual forma que la metáfora de las cajas de mudanza que la escenografía propone, están a un paso de ser una resolución fenomenal para circunstanciar y ubicar temporal y espacialmente cada escena, simplemente ninguno de los elementos termina de ser efectivo en suma del otro.
Podemos señalar lo anterior como un descuido grande de la dirección, aunque fortalece las constantes y sólidas interpretaciones de Del Río, Calderón y Rodrigo Urquidi en escena, no vigila los detalles de dirección de arte, acabados de construcción o enfoque de luces que empobrecen el producto y lo hacen sentir de baja calidad visual.
A pesar de esto último, la propuesta escénica de Era Mi Compa es, sin duda, una de las mejores recomendaciones en cuanto a comedia en cartelera. Una franca narrativa pop con la capacidad de emocionar al espectador por completo y dejarlo con un gran sabor de boca, y con apetito para repetir, algo casi como una paleta de grosella.
Las funciones son en La Teatrería hasta el 30 de julio, consulta precios y horarios, aquí.
