Por Mariana Mijares, Fotos: Francisco Bravo/A los 14 años nos hacemos muchas preguntas y encontramos pocas respuestas; suele haber distanciamiento de los padres, cercanía con los amigos y curiosidad por el amor. Con personajes de esta edad, Frank Wedekind escribió Despertar en Primavera en 1891, un tiempo donde ningún editor quiso publicarla por su contenido trasgresor, por lo que este autor la publicó con sus recursos.

La obra tiene como contexto una Alemania dominada por los adultos y como personajes principales a un grupo de jóvenes que, mientras se cuestionan todo, intentan encontrar su lugar en el mundo: Wendla, una adolescente huérfana de padre y a quien su conservadora madre trata como niña; Melchor, el joven culto que ha aprendido de sexualidad a través de los libros; Moritz, su amigo y quien se siente mal ante los sueños eróticos que acompañan sus noches y Martha una compañera de Wendla y quien le cuenta cómo es golpeada y abusada por su padre. Como consecuencia, Wendla, a quien nunca han lastimado físicamente, le suplica a Melchior que la golpeé.

La obra que también fue llevada a un musical en Broadway en 2006, aborda así diferentes matices de la pubertad: el desconocimiento, el miedo, la ingenuidad y sentir que no se encaja. Los actores: Ana Guzmán, Eugenio Rubio, Lourdes del Río, Sebastián Dante y Andrés Penella (músico y compositor original de las canciones) nos hablan sobre este trabajo dirigido por Diego del Río que se presenta los domingos hasta el 15 de diciembre en Galera.

¿Cuál era su relación con el expresionismo alemán? ¿Estaban familiarizados con esta corriente en la pintura o literatura?

Ana: Sí, el teatro de Bertolt Brecht y sobre todo el expresionismo en la pintura. Aunque no son alemanes, mis exponentes favoritos de esta corriente son Egon Schiele y Vasili Kandinski.

Eugenio: Había visto y leído teatro, pero fue hasta este montaje que, en medio de la búsqueda, descubrí un gusto particular.

Lourdes: La referencia que tenía era con la pintura, con el movimiento expresionista; no necesariamente alemán, pero pinturas como ‘El Grito’ de Munch. Sabía que en Alemania tuvo su más grande auge, y me siento feliz de conocer a profundidad la visión de Frank Wedekind después de esta obra.

Sebastián: La obra pictórica de Munch, Schiele y los inicios de Kandinski; fue referente importantísimo en mi adolescencia, ya que -en mi fantasía- retrataban muy bien mis estados anímicos. A pesar de que nunca tuve habilidad para pintar o esculpir, siempre tuve afición por la iconografía… Recuerdo a un Sebastián obsesionado con asistir a exposiciones plásticas.

Andrés: Habiendo estudiado composición de música para cine, principalmente estaba consciente del impacto que tuvo el expresionismo alemán en el cine. También estaba familiarizado con algunas pinturas, como el grito de Edward Munch –que fue la funda de mi celular varios años-. No estaba tan familiarizado con el expresionismo alemán en la literatura hasta que empecé la investigación para componer la música de Despertar de Primavera.

¿Cómo fue su proceso de casting para entrar a Despertar de Primavera?

Ana: Desde hace tiempo Diego y yo queríamos trabajar juntos. Finalmente nos decidimos por esta obra tan maravillosa y relevante. Desde el principio sabía que iba a interpretar el papel de Wendla. Además de actriz soy productora de la obra, junto con Milena Pezzi quién también actúa, es un proyecto que levantamos Diego, Milena y yo. De todas maneras, participé en los callbacks junto con los demás y fue un proceso muy emocionante. La energía que se generó fue muy eléctrica.

Eugenio: Hicieron audiciones y cuando tenían al reparto completo, ya para empezar ensayos, por cuestiones de trabajo y agenda el actor que interpretaría a ‘Melchior’ tuvo que salirse del montaje. Luego Diego me convocó y fui el más feliz.

Lourdes: Desde los primeros acuerdos entre Diego y Ana para levantar la obra, Diego me ofreció el personaje de Martha y yo acepté inmediatamente, pues la idea de trabajar con mi hermano de nuevo, y con una persona que quiero tanto como Ana, me ilusionó muchísimo.

Sebastián: En la segunda etapa de audiciones la dinámica fue grupal en un espacio de trabajo: éramos varios y todos con energías muy potentes; sin embrago la dinámica fluyó, pues a pesar de tener mucha convicción por entrar a la obra de teatro, pudimos colaborar bien. Fue divertido y emocionante.

Andrés: Diego del Río me buscó para que musicalizara la obra. Me preguntó si seguía actuando y le dije que llevaba años sin hacerlo, pero que nunca le había perdido el gusto. A él le interesaba que toda la música sucediera en escena y por eso me contempló para actuar en la obra. Además de haber sido parte del panel en el casting, para evaluar la musicalidad de los que audicionaron, también preparé uno de los monólogos de la obra.

¿Cómo describirían el proceso de ensayos? Y, ¿Qué descubriste de ti durante este proceso?

Ana: Fue intenso. Ensayamos casi todos los días durante 2 meses. Lo interesante es que esta puesta está diseñada específicamente para abarcar la arquitectura de Galera; por lo que fuimos muy afortunados de poder ensayar en este mismo espacio. Lo describiría como un proceso colaborativo, con mucho espacio para la exploración y lleno de retos en todos los sentidos. Es una obra que utiliza muchos lenguajes y convenciones teatrales y como la mayoría del elenco se encuentra todo el tiempo sobre el escenario, requiere un nivel de estamina y atención muy altos. Algo que redescubrí de mi durante este proceso fue la capacidad de volver a sentir como la primera vez en el cuerpo de una adolescente.

Eugenio: Ha sido el proceso más intenso de toda mi vida, la energía de cada ensayo y el compromiso de mis compañeros me inspiraba a dar más y más de mí todos los días. Por ejemplo, la actriz más joven del elenco me enseñó la puntualidad y el verdadero sentido del compromiso. En fin, todos y cada uno fueron compañeros y maestros para mí. Nunca dejamos de formarnos como actores y personas, siempre habrá cosas que aprender; en ensayos, en funciones y en la convivencia diaria.

Lourdes: Lo describiría como un espacio seguro y amoroso, riguroso también, pero de una manera que te hace sentir aún más cobijado. Fue hermoso cada ensayo. Desde el trabajo de mesa, ir conociendo nuestro texto, hasta las exploraciones que hicimos en diferentes lugares. Poco a poco, íbamos desmenuzando la obra y con toda la paciencia la íbamos haciendo nuestra. Sintiendo lenta, pero intensamente, cómo los personajes iban subiendo, entrando en nosotros. Probamos mucho: Diego, Claudia (la directora de movimiento), Andrés (el director musical) todos probaban sobre la marcha; escuchándonos. Teníamos mucho chance de opinar y poco a poco iban adoptando o desechando material, siempre en pro de la obra. Aprendí profundamente, cada ensayo. Con estos compañeros es imposible no aprender; de su entrega y compromiso, de su amor profundo por el arte, su certeza. El verlos, ver su arte y lo que pueden hacer, me inspiraba cada ensayo. Salir de esos ensayos era salir con más vida, con más pasión, certeza y ganas.

Sebastián: Fue un viaje en el que muchas cabezas y corazones convergieron para contar una historia. Descubrí que todavía se pueden crear equipos de trabajo donde la jerarquía no impere para que nuestro grupo pudiera construir una identidad.

Andrés: Lo que más me impactó sobre el proceso de montar la obra fue cuánto tiempo le dedicamos, entre todos, a analizar el texto durante el trabajo de mesa. Hubo días en los que sólo hablamos de un fragmento de una escena. A mí esto me inspiró para clavarme en la investigación de mi personaje, y para crear música que tuviera profundidad; que estuviera conectada con el texto y que no estuviera ahí para adornar o para rellenar transiciones. Durante el proceso de ensayos redescubrí que me encanta actuar, que me encanta la energía de una compañía teatral y que me encanta apasionarme por los proyectos en los que trabajo.

 

¿Cómo ha sido su colaboración con Diego del Río? Y, si las hubo, ¿Qué fue distinto a colaboraciones previas que tuvieran con él?

Ana: Algo que me fascina de colaborar con Diego es la enorme capacidad que tiene para crear equipo y comunidad. Tiene una visión muy clara, pero siempre está abierto a escuchar las opiniones de los demás. Es sumamente apasionado y meticuloso. Yo lo conocí como maestro, hace varios años, y a pesar de ser una persona sumamente rigurosa y comprometida con su trabajo, nunca pierde la capacidad de crear camaradería en el equipo. Eso propicia que la compañía se sienta como familia.

Eugenio: Diego es una locura apasionante como creador, su pasión tan real y urgente de compartir esta obra con el espectador lo hace ser implacable en su dirección, pero todo desde una profunda sencillez y humildad. Agradezco profundamente haber compartido el teatro a su lado en este proyecto.

Lourdes: ¡Hermosa! No hay más. Me fascina ser dirigida por él, verdaderamente siento que saca lo mejor de mí. Siempre me siento muy segura, en calma, es un ambiente que te permite abrir tu corazón sin miedo y explorar sin presiones. No se trata de llegar a un lugar; se trata de buscarlo juntos. Es poner sobre la mesa todo lo puedes hacer como actriz y luego dejarte moldear por su mano detallista y atinada. Me fascina ser dirigida por él, siempre impulsa a sus elencos a convertirse en familia. Había sido dirigida por él en Mi hijo solo camina un poco más lento, pero esta vez pudimos explorar un personaje juntos -cosa que nunca habíamos hecho-. En aquella era la narradora, así que el trabajo fue distinto, ahora fue encontrar juntos la complejidad y el dolor de Martha.

Sebastián: Diego es un gran director porque aborda el trabajo desde el diálogo con sus actores y creativos. En ese sentido pienso que es un colaborador con el que puedes establecer todas las acciones dramáticas en equipo; él no te plantea un trazo o movimiento fijo, sino que puedes ir construyendo con diálogo en función de la escena. Por otra parte es un director que busca escarbar en nuestras entrañas para encontrar la verdad en escena. Pocos directores se detienen a trabajar de manera tan prolija con el actor. Sin duda es un placer coincidir con él.

Andrés: Mi colaboración con Diego fue muy cercana. Intercambiamos notas de voz muy largas (aprecio mucho ese método de comunicación) en las que expresamos nuestra visión de la obra y de la música. Esa apertura de su parte hacia la profundización me gusta y me sirve mucho porque inspira a darle a las cosas el peso que se merecen. Antes de esta obra Diego sólo me había propuesto musicalizar otro trabajo, que aún no se lleva a cabo. Este es el primer proyecto que completo con él. Pero el proceso creativo inicial de aquella obra fue similar al de Despertar de Primavera, en cuanto a que a los dos nos gusta tener bien definido lo conceptual antes de empezar a crear. Él usa su interpretación del subtexto para definir el tono y las intenciones de las actuaciones, y yo para definir el tono y la intención de la música.

¿Cómo ha sido interpretar esta obra no sobre un escenario convencional, sino en un espacio como Galera?

Ana: Ha sido un reto enorme, en el sentido que tenemos que tener un nivel altísimo de alerta y control sobre nuestros cuerpos y el espacio a nuestro alrededor. Sobre todo en el primer acto, ya que tenemos al público muy cerca. El segundo acto es muy diferente pues se lleva a cabo en otro espacio del Galera: un foro con una atmósfera completamente distinta y con disposición a la italiana. Por lo que nos han platicado, para el público la experiencia de ver la obra en Galera es muy especial. El mismo espacio te hace sentir que el primer acto es una primavera en pleno y el segundo acto un oscuro invierno.

Eugenio: Una verdadera delicia, tener al espectador tan cerca y tan pendiente de todo nos obliga a simplemente estar, a abandonar cualquier expectativa y solo ponernos ahí para compartir, con el espectador y el espacio, la vida de estos personajes hasta las últimas consecuencias. Es un espectáculo que por su dificultad tiene un poder único.

Lourdes: Ha sido interesante y muy gratificante. Los estímulos que el espacio te dan son infinitos y el público se vuelve parte del espacio, pues está por todas partes igual que nosotros. Es gozoso tenerlos tan cerca; nos envolvemos juntos en la historia, la vamos tejiendo de la mano. Ha sido gozoso, llenador y refrescante.

Sebastián: En realidad ha sido un reto, puesto que no es un espacio teatral y eso implica concebirlo para que un espectador pueda mirarlo de la manera más orgánica posible. Galera tiene la ventaja de ser un espacio atípico en el que todo cabe: un restaurante, un bar, una biblioteca, una obra de teatro, conciertos… tiene muchas posibilidades y es perfecto para nuestra obra.

Andrés: Ha sido algo muy natural. Exceptuando tal vez el día del estreno, en el que se siente por primera vez la cercanía con el público y es un tanto impactante, el resto de las funciones se llevan a cabo con la misma energía y comunicación con el público que cualquier otra obra. Para los espectadores es muy distinto, pero para mí es muy parecido. En cada escena estoy inmerso en el momento. Lo distinto no ha sido la representación, sino el montaje: aprender a medir las distancias, familiarizarse con la acústica y desarrollar una sensibilidad hacia la capacidad expresiva del espacio, de modo que lo pudiéramos incorporar a la obra.

Además del lugar donde se representa; ¿Qué consideran que hace distinta a esta versión de Despertar de primavera de otros montajes del texto?

Ana: La cantidad de lenguajes y convenciones teatrales que exploramos. El toque de Diego del Río. La genial música original de Andrés Penella (que toca en vivo). El maravilloso movimiento escénico de Claudia Menchaca. La brillante iluminación de Sebastián Solórzano y la bola de fuego que es este ensamble de actores. Andrés y Claudia, además de creativos, también actúan.

Eugenio: Todos los involucrados en este proyecto somos creadores con hambre de vivir y de hacer teatro, con la responsabilidad que eso implique. Me siento orgulloso de cada compañero y motivado a dar la vida en cada función. A la persona que esté leyendo estas palabras la invito desde mi corazón a Galera para compartir Despertar de Primavera; aseguro que serás otro ser humano al salir de la sala. Confía en mí y ven un domingo.

Lourdes: No he tenido la oportunidad de ver otros montajes, pero diría que el movimiento y la música. La música es parte de la obra; está presente todo el tiempo: acompañando, complementando, embelleciendo. Es un trabajo hermoso de Andrés. El movimiento es ingenioso, contundente, creativo y significativo. No se montaba nada que no fuera estrictamente necesario para contar la historia, todo partía de un principio y fue creado y montado por la talentosa Claudia Menchaca. Y me atrevo a decir que también ¡los actores! La pasión y entrega maravillosa de mis compañeros, bajo la dirección de Diego, es algo que no siempre se ve en el teatro.

Sebastián: Sin duda la adaptación hace un Despertar de Primavera mucho más actual y cercano a nuestra generación; esto me parece fundamental para que nuestra obra tenga un objetivo concreto en nuestro contexto actual. La adaptación vuelve la obra universal.

Andrés: Para mí lo más notable es la cantidad de música que tiene la obra sin ser un musical, y lo involucrada que está la música en las escenas. No sólo hay música de transición, sino que hay música que acompaña escenas completas, y que va reaccionando en vivo a la intensidad de las interpretaciones de los actores. Esa sincronización es algo a lo que estamos más acostumbrados a ver en el cine, con la diferencia de que en Despertar de Primavera cada función es distinta. Y no es lo mismo la sincronización que hay en un musical -donde las canciones tienen el mismo tempo y las mismas dinámicas-; aquí, en cada función hay inflexiones nuevas en la ejecución del texto, que se ven reflejadas en la ejecución de la música.

¿Qué ha sido lo más complejo y qué lo más satisfactorio de ser parte de este proyecto?

Ana: Yo creo que lo más complejo es transitar el viaje de la obra en sí. Y lo más satisfactorio los comentarios del público que sale conmovido de una u otra forma.

Eugenio: La humildad del ser humano es frágil, se nos olvidan constantemente cosas simples y sencillas, este proyecto me invita a lo real, a volver al origen y ser lo más honesto que puedo ser. Duele aceptar que a veces puedo ser arrogante y soberbio frente al trabajo, pero con el poder de estos compañeros eso me desconecta de toda estupidez y me acerca al verdadero contacto con el otro; y desde ahí, es que compartimos el montaje con el espectador.

Lourdes: Para mí lo más complejo (complejo de una forma hermosa) fue todo el trabajo para encontrar a mi Martha: su dolor, su historia, su cuerpo, su vida. Costó trabajo y llevó tiempo siendo gratificante cada paso del camino. Lo más satisfactorio fue conocer a mis compañeros y reencontrarme con algunas que ya conocía. Son personas hermosas y agradezco infinitamente poder compartir con ellos.

Sebastián: Lo más complejo para mí fue coincidir con tantas formaciones actorales, ya que muchos de los que conformamos el equipo venimos de escuelas y tablas completamente diferentes; el hecho de que pudiéramos colaborar tan bien me parece muy satisfactorio.

Andrés: El montaje musical. Hay piezas musicales en esta obra que son difíciles de interpretar. Hay una en francés, para la cual el elenco tuvo que estudiar la pronunciación correcta de cada palabra. En mi caso, me aprendí un fragmento de la biblia en alemán, sin hablar alemán. La pieza para flauta soprano y ukelele tiene acordes poco convencionales y lo mismo en el quinteto “Luz de Luna”. Las piezas en las que se usa el cuerpo como instrumento de percusión tienen métricas inusuales y ritmos sincopados que requieren mucha práctica; por ejemplo, “Labor Omnia Vincit” (que además está en latín) está en 6/4. La pieza de transición antes de la escena del reformatorio está en 7/4 e implica dar pisotones, aplaudir y gemir, como si se tratara de una batería humana. Hay nueve instrumentos distintos en la obra y todos se tocan en vivo. También canta todo el elenco. Llevar a cabo el montaje de toda la música fue un proceso complicado porque no es música fácil, pero ha sido muy, muy satisfactorio ver al elenco entregarse completamente a la tarea de aprendérsela; verlos y escucharlos ejecutar la música apasionadamente.

¿Cómo consideran que ha cambiado la obra desde las primeras representaciones que tuvieron a este momento?

Ana: En realidad tuvimos pequeños ajustes desde que estrenamos hasta ahora. Pero lo que sí es que cada función es muy distinta, porque el público es distinto.

Eugenio: Actuar es una decisión de todos los días, cada función tendrá la peculiaridad de ese día y de ese instante. Mientras la compañía esté viva y exista una función de Despertar…, nuestro corazón, nuestros cuerpos y almas estarán con la disposición absoluta de entregarlo todo. En ese sentido puedo decir que en el estreno zarpamos como tripulación en un barco hermoso y hoy ese barco en alta mar sigue su ruta enfrentándose a las corrientes, tormentas y atardeceres espectaculares que tiene el mar. Confío que llegaremos al final de la temporada a buen puerto, de eso estoy seguro.

Lourdes: Creo que poco a poco la hacemos más nuestra, la entendemos y transitamos con mucho más aceite. Escuchamos siempre las notas de nuestro director y tratamos de cada domingo amárrala mejor; y en equipo, siempre en equipo.

Sebastián: La obra ha evolucionado bastante, cada repetición nos hace más precisos y contundentes. A pesar de que en el estreno nos fue muy bien, la obra está mucho mejor ahora.

Andrés: La puesta se ha ido agilizando constantemente. Es una obra larga, entonces ha habido escenas en las que los intercambios de diálogos se han vuelto más rápidos. También ha habido fragmentos del texto que se han ido quitando.

¿Cuál es su momento favorito del montaje y por qué?

Ana: ¡Tengo muchos! Mis momentos favoritos son las intervenciones grupales o corales.

Eugenio: Tengo muchos, pero diré dos: la historia de Marta me modifica para siempre en cada función, y la escena de Ernst y Hansy me llena de esperanza.

Lourdes: Mi momento favorito, aunque puede parecer simple, es el final. El momento en que nos sentamos todos a cantar la canción que cantamos al principio, como una especie de recapitulación y asimilación de lo que vivimos. Entendiendo los matices de la vida, pero quedándonos con la esperanza. Escuchar la frase ‘La vida es un albur’ que dice Moritz y reírnos de ello. Me reconforta. Me fascina vivir esa parte y que sea un cierre tan lindo después de haber recorrido tanta turbulencia.

Sebastián: Mi momento favorito es cuando Moritz pierde la cabeza, no quisiera spoilear a nadie, pero trabajar con objetos en escena es una de mis aficiones teatrales… construir la dinámica de utilizar la cabeza de un actor como objeto me pareció muy rico de investigar.

Andrés: Es imposible pensar en sólo uno. Hay algunos momentos que siempre me emocionan mucho, como la escena inicial con el acordeón y el canto en alemán porque implica sacar mucha energía desde el principio de la obra. También me encanta el momento en el que todos cantamos en francés, y cuando cantamos el quinteto; es decir, los momentos en los que tenemos que interpretar las piezas musicales más complejas siempre me emocionan. Al mismo tiempo, actoralmente, la escena de las máscaras me fascina, los momentos en los que molesto a Moritz me parecen divertidísimos, y observar desde el coro siempre es entretenido, siempre mueve mucho las emociones. No tengo un momento favorito, toda la obra me parece increíble.

¿Por qué les gustaría que el público vaya a Despertar de Primavera?

Ana: Me gustaría que el público se adentrara en este viaje con nosotros. Despertar… es sin duda una experiencia en muchos sentidos. Sobre todo porque es una historia que, a pesar de haber sido escrita hace más de 100 años, cuestiona temáticas que son increíblemente vigentes y relevantes hoy en día.

Eugenio: Porque queremos recibirte como espectador, hemos construido algo que morimos de ganas de que lo pruebes, lo sientas y lo vivas. Solo vente a Galera un domingo y luego nos cuentas.

Lourdes: Porque se muestran temas importantes y pertinentes: la culpa, arraigada por la educación; los tabúes y lo que provocan; la ignorancia y lo que provoca. La vida, la vida misma y una reflexión ante los ojos de seres humanos de apenas 14 años. A mí me cambió como adolescente de 19; me hizo entender cosas, abrir los ojos ante otras, darme cuenta cuál es mi opinión verdadera sobre distintos temas y qué juicios tengo; cuáles son realmente míos y cuáles provienen de la sociedad o mi educación. Te abre los ojos, te conmueve. ¡Todos deberían verla!

Sebastián: Porque es una obra vigente que puede -como todas las tragedias- prevenirnos de claudicar en aquellos errores trágicos tan humanos y presentes en nuestra vida mexicana.

Andrés: Por la originalidad del montaje. Nunca había visto una obra de teatro que tuviera la misma magia que tiene esta obra. Es una travesía que vale la pena vivir; tanto por lo impactante que es visual y auditivamente, como por lo intenso que es sentir la cercanía del texto, que se escribió a finales del siglo XIX y sigue siendo vigente. Da mucho para reflexionar y lo hace de una forma entretenida, impactante y original.

La obra se presenta los domingos hasta el 15 de diciembre en Galera, consulta precios y horarios, aquí.

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