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EL PAGLIACHO: Los riesgos de la creación



Fotos: INBAL

Por Luis Santillán/ Los Estrouberry Clowns han generado proyectos que unen el circo y el teatro, éstos les han colocado como una agrupación que puede enlazar el arte circense con elementos de narrativa y lenguaje teatral. En su tercera producción reducen los elementos de circo en aras de contar la historia del primer empresario de circo mexicano y llevan a escena El Pagliacho. El gracioso de la calle de Relox, de Fernando Hondall, dirección Raúl Zamora.

Para quienes han visto los trabajos previos de Los Estrouberry Clowns esta propuesta, en principio, es la oportunidad de adentrarse en la historia de lo que hacen muy bien: “Circo, maroma y teatro”, dado que desean que la puesta en escena sea un recorrido en la historia de esta manifestación en México.

Ese es el primer aspecto que naufraga en esta ocasión. La historia desarrollada tiene elementos referenciales, pero no genera un recorrido en el acontecimiento, más bien queda en una exposición de datos, las desventuras que debe tener un grupo de circo para poder conservar el espacio de trabajo queda en lo atemporal, solo hay guiños a una época fundacional.

La línea anecdótica estable, el contratiempo a vencer, en lugar de tener un desarrollo existe una repetición de la situación inicial con variantes, misma que permite visitar números circenses sin que se logre una acumulación o progreso de relato; es como si se hubiera elegido la estructura de viñetas, pero sin lograr la acumulación.

La puesta en escena no logra equilibrar los tonos de los personajes, algunos tienen una textura caricaturizada, pero otros quedan ajenos a esas desproporciones. Da la impresión de tomar como referentes códigos de actuación de lenguajes del pasado, solo que no todos los integrantes tienen esos matices. Esto produce la sensación de estar ante varias manifestaciones sin que se genere un universo compartido por todos.

La comedia física impera, tanto en “chistes” como en los números de circo. Quizá con el tiempo adquiera el ritmo para que se integre de manera armónica a la propuesta, porque en la función presenciada se sentía como momentos ajenos a la textura que se pretende lograr.

Hay elementos de escenografía que no logran volverse parte del relato, quedan como decorados que se desgastan al paso de los minutos. Algo ocurre, quizás el ritmo, quizá la iluminación, quizás el desequilibrio en los personajes, pero da la sensación de que el tiempo avanza lentamente, como si se estuviera en un mundo muy plano, unidireccional.

El Pagliacho. El gracioso de la calle de Relox es una apuesta que no tiene lo mejores resultados, en tanto que la creación siempre es azarosa, los elementos que no cuajan en la propuesta son parte del riesgo de querer evolucionar. Nada de esto es grave porque Los Estrouberry Clowns se caracterizan por su compromiso a lo que hacen, muy pronto, en las mismas funciones de la temporada, enmendaran los caminos errados y en cualquier momento esta producción alcanzará los altos vuelos que le caracterizan.

Las funciones son en el Teatro Julio Castillo hasta el 15 de diciembre, consulta precios y horarios, aquí.

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