Por Saúl Campos/Marta es una fan incondicional de Distroller, de todos sus personajes y de toda la magia que tiene, pero desgraciadamente también es víctima de bullying en su escuela, donde los niños la molestan por todo, desde su peinado, hasta sus lentes. Todos los días de esta niña parecían ser grises, hasta que una tarde, un Alushe la transporta directo a Distrópolis, un lugar mágico donde sus diferencias no son más que cosas que la hacen especial y que todo el mundo celebra.
Sin embargo, dentro de toda esta felicidad, Don Paco Procopio tiene un plan malévolo para ser el mejor heladero del universo, y parece ser que la directora del Colegio de La Vela Perpetua, Miss Cala, es su aliada en esta idea que involucra adueñarse de todos los Neonatos de la ciudad, quienes son responsables de la felicidad de sus habitantes y por lo tanto, de la vida misma de todos. Tarta (como ahora se llama Marta en Distrópolis) tendrá que unir fuerzas junto a Chamoy y Amiguis para salvar al universo de Distroller, y evitar que todo pierda su vida y su color.
Distroller es una de las marcas mexicanas con mayor éxito en el país, y que ha decidido hacer valía de los personajes que Amparín Serrano creó, para contar una historia sobre autoestima, respeto, amistad y sororidad, bajo una producción del más alto nivel y que, sin duda, abre un parteaguas para los musicales mexicanos: Distroller El Miusikul, que se presenta en el Foro Cultural Chapultepec.
Frente al espectador, hay una producción con un diseño impecable, desde la taquilla hasta el más mínimo detalle de la escenografía. El director visual y creativo del show, Pablo Garza Segovia se encarga de introducirnos en un universo escenotécnico donde la iluminación y escenografía de Sergio Écatl, en conjunto al diseño de audio de Miguel Jiménez y el vestuario de Marcela Valiente, guardan cada detalle que hace característicos a los diseños de Distroller, expuestos en una coordinación de color, texturas y diseño que crean todo un universo en escena verdaderamente inigualable.
Aquí hay una ambición, en la que ningún creativo se puso límites, y lo mismo nos podemos adentrar a una iluminación que rompe perfectamente diagramas de colorimetría y mezcla estilos, tonos y proyecciones que una escenografía que se transforma en varios planos sin restar espacio para que los actores puedan habitarla. Simplemente hay diseño en cada elemento, historia, sentido y se amalgama por completo.
Nada de esto sería posible sin un texto base. Amparín Serrano, junto a Andrea Rocha y Miguel Pérez, nos enfrentan a una dramaturgia que, si bien de entrada podría tacharse de simple, va mucho más allá, al atreverse a tocar temas como la cortesía, la sororidad, la inclusión e incluso las relaciones tóxicas, todo dentro de un lenguaje que se apega la identidad de la marca y sobre todo, que trata a su audiencia meta con un respeto profundo y que da varios guiños a cuestiones adultas que se agradecen y aplauden.
Debemos resaltar el alma escondida en la partitura y letras de José Ignacio Martínez, Miguel Pérez Cuesta, Claudio González, Michelle Batres y Amparín Serrano, en un score original que repite la fórmula de apegarse al lenguaje de la marca, con palabras infantiles ingeniosas, juguetonas y que no por eso dejan de construir canciones fuertes y resonantes que obtienen bastantes momentos de auténtico showstopping.
Encontrar letras originales tan certeras como “Eres perfecta, la belleza está en las diferencias…no naciste para encajar”, son parte de los aciertos a comunicar que este show tiene para impactar en toda su audiencia y que se agradecen en medio de una sociedad a la cual le hace falta re-educar sobre respeto y aceptación desde la base.
Dejaremos al final, más no en lo menos importante al elenco. Comenzando por el ensamble que logra camuflar toda la magia necesaria para darnos un gran coro. Junto a ellos, Lisset y Naomy Romo simplemente se apoderan de dos personajes tan caricaturescos que se vuelven realistas. La malvada Miss Cala y la imprudente Shuga brillan en escena con comentarios ácidos, aunados al trasfondo que tienen cada una de co-dependencia para el villano de la historia, dos mujeres incapaces de dar un paso sin el hombre a pesar de ser suficientemente fuertes, ¿seguimos hablando de un musical infantil verdad? Verdaderamente fuertes y sorprendentes.
Luego, un ejército de niños, liderado por Farah Justiniani como la noble Tarta, Sofi Cordero como Chamoy, Ximena Glz como Mole, Saribeth como Birria, Paola Real como Chimichanga, Nat Quiroz como Tinga, Victoria Viera como Berinaiz, Maximiliano Hernández como Chico Zapote y André Real como Mango Mamila. Voces tan grandes como su capacidad de actuación y baile. Este conjunto de Triple Threats conquistan con personajes bien logrados, con carisma, con identidades finamente marcadas y sorpresivamente honestas.
Hasta este punto, este escrito ya es demasiado largo, pero vamos a cerrar con una de las piezas centrales: Lenny Zundel. El actor que da vida al malvado Paco y a la vez se dio el tiempo de dirigir todo este monstruo. Zundel deja claro con este montaje que es uno de los mejores actores que México tiene, y que su visión como director es algo que necesitábamos apreciar. Si bien hay cuestiones de timming que podrían corregirse para dar mayor agilidad y entrada a momentos cómicos, el resultado de Zundel en la silla es congruente, redondo y no pierde pauta.
Distroller, El Miusikul, es sin temor a decirlo, uno de los mejores musicales mexicanos que se han creado. Una auténtica muestra de lo que el talento mexicano puede lograr en todas sus áreas para entregar un producto de primer orden como lo es. Vivirlo como espectador es una experiencia que no se debería perder nadie, para empaparse de un poco de color y de esa buena vibra que solo una compañía con amor y pasión por su trabajo pueden lograr.
La obra tiene temporada indefinida en el Foro Cultural Chapultepec, consulta precios y horarios, aquí.
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