Por Luis Santillán/David Mamet es un dramaturgo norteamericano cuya obra se ha vuelto referente, sobre todo por el tratamiento que les da a sus personajes, la forma en que logra capturar los vicios y debilidades permite que sus textos sean un muestrario de quienes se desenvuelven en sociedades capitalistas.
En 1988 escribe Speed-the-Plow, ahí exhibe los intereses de un nuevo jefe de producción, mismos que entran en crisis por los códigos morales que descubre a partir de la lectura que una asistente le da a un libro, eso repercute en un guionista, que ha sido su aliado y sostén durante mucho tiempo, porque pone en riesgo el éxito de un nuevo proyecto que catapultará a ambos. En esta exposición no hay villanos, tan solo entidades que siguen un propósito, una aspiración, y cuando se pone en riesgo no dudan en recurrir a todo tipo de estrategias. La crudeza que puede surgir en la disputa entre lo que la industria pide y lo que se desea hacer pone en relieve la fragilidad de los conceptos, la lealtad ante el otro y ante uno mismo.
La versión en español titulada Codicia es producida por La Rama de Teatro y En Llamas Producciones, para realizar la puesta en escena tuvieron el buen tino de tener a Daniel Veronese en la dirección. Veronese aprovecha tanto la construcción de personaje como el ritmo propuesto por Mamet para generar escenas dinámicas, muchos de los mecanismos que ha empleado el director en montajes previos sirven para crear el universo donde el relato necesita del vorágine para cimentar las situaciones, palabras que se enciman en el discurso, estados emotivos convulsos, contenciones y distenciones en cascada hacen que la escena tenga una organicidad satisfactoria.
Mucho de la propuesta de dirección puede desarrollarse a partir de las cualidades individuales del reparto. Arturo Barba y Adrián Vázquez establecen personajes que se complementan, que se contradicen, pero sobre todo que se retroalimentan; tanto los matices de voz, de intención, de variación rítmica logran que las escenas en conjunto tengan una textura de cotidiano que estimula las situaciones por las que atraviesa.
Cada uno, según lo pide el relato, tiene momentos de fragilidad, Vázquez la trabaja para manifestar la violencia del personaje, pero la matiza para emplear las estrategias que necesita en aras de su propósito. Barba logra que el personaje exponga la introspección donde se despliega la batalla moral que puede modificar el resto de su carrera. La confrontación entre ellos, aun cuando es desgarradora, adquiere cierta belleza porque el lazo de amistad prevalece y eso la da una textura bastante grata.
Ximena Romo no hace un trabajo deficiente, sin embargo, ante los otros actores se siente pequeña tanto en la construcción del personaje como en las afectaciones que tiene. Si bien todos los personajes parten de estereotipos, los masculinos logran adquirir particularidad; Romo solo alcanza un momento así cuando ejecuta la estrategia para convencer al nuevo jefe de producción, pero en la confrontación definitoria no logra rebasar el estereotipo.
Codicia de David Mamet es un texto que permite ver la eficacia de Daniel Veronese, lo mejor de todo eso es que el público puede disfrutar de una puesta en escena de alta calidad, finalmente Mamet siempre será una buena razón para ir al teatro, y en esta ocasión la razón se enriquece al sumar el trabajo de Barba, Vázquez y Romo.
Las funciones son el Telón de Asfalto hasta el 20 de octubre, consulta precios y horarios, aquí.
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