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CASI NORMALES: De lo usual en perder la cordura



Fotos: Jorge Estorga

Por Saúl Campos/ Podríamos decir que la vida de Diana Bueno es casi perfecta. Con un marido ejemplar que la ama, una hija dedicada completamente a un futuro brillante y un hijo perfecto, de hecho, el hijo que cualquier padre podría querer. ¿Entonces por qué el dolor dentro de su mente y su alma es tan grande que ninguno de los medicamentos que le recetan logran quitárselo? Cuando esta madre de familia decida arrojar los fármacos al retrete, la historia comenzará a dar un giro totalmente distinto, uno que quizás pueda acercarlos a todos a la estabilidad, o quizás al borde de algo más complejo

Luego de un anunciado primer intento que no se concretó, finalmente llega a México, Casi Normales (Next To Normal) música de Tom Kitt & letras y libreto de Brian Yorkey. Bajo la dirección de Diego del Río y la traducción y adaptación del mismo, junto a Iker Madrid. Este premiado musical sobre la importancia de la salud mental se presenta en el Teatro Aldama para devolverle al recinto una temporada con una gran calidad escénica.

Esta es la historia de un duelo no afrontado, una mente suspendida, una cabeza de familia ausente y un núcleo familiar tan inestable que el tratar de crecer en un hogar podría ser similar a jugar ajedrez en medio de un tornado. Lo que el autor pone en escena es una historia tan común y tan cercana que con una facilidad tan grande podría ser la historia de cualquier familia.

La madre atrapada en un vals de fármacos, la hija luchando por ser vista a la sombra de su hermano perfecto, el padre que no sabe que más hacer por ayudar a su mujer y al resto de su familia sin perderse en el intento, son tan solo muestra de un universo tan complejo del apego y el amor sucediendo con el dolor de una pérdida de por medio y lo que eso logra dejar en el subconsciente. Es ahí donde Kitt & Yorkey toman todo sentimiento, y lo analizan en medio de rock-pop y lo arrojan a la audiencia de una forma tan cruda que la música se vuelve la respuesta absoluta a la historia.

Diego Del Río logra tomar esta historia bajo su visión para regresar a esa sencillez poética con la que el director nos convenció en sus primeros trabajos. Lejos de cualquier otra pose, Del Río nos está entregando uno de sus trabajos más auténticos con un musical que guarda su esencia en el trabajo detallado con sus actores, construyendo trazos orgánicos y cuadros con escenas tan potentes, donde elementos como ver a nuestra protagonista preparar sándwiches en el suelo, ante la mirada desencajada del resto del elenco, lleva al espectador a una angustia que solo podemos calificar como: exquisita.

Sin duda, el trabajo que el director logra es reflejado gracias a la enorme labor de su elenco, uno de los mejores casts de musicales que podemos presumir en México hoy por hoy. Comenzando por Susana Zabaleta en el rol titular, quien adentrándose en la piel de Diana Bueno logra exponernos a este personaje inmerso en un trastorno de depresión y bipolaridad, con una delicadeza tan precisa en cada matiz y en cada nota que es tan perceptible ver en ella la evolución de la patología del personaje de una manera tan avasalladora que es imposible no comprender la ruta emocional que está llevando, hasta tener a su audiencia en el más honesto llanto. Sin lugar a duda, la actriz logra un verdadero tour de forcé que se agradece y coloca a este personaje como uno de sus logros más importantes en su carrera.

Le sigue por supuesto María Penella, la joven actriz, quien desde el primer momento que toma el escenario nos deja en claro que el papel que viene a desempeñar como la hija en búsqueda de la perfección es para ella. Penella encuentra en cada una de sus canciones y en la réplica a sus compañeros el factor exacto para hacernos sentir que tiene el control total del escenario y la obra entera, que ella es la obra entera misma. Una energía desbordante que sin duda convence y conquista al público entero.

Federico Di Lorenzo en el papel del padre Daniel Bueno, es una de las mejores combinaciones que se pueden encontrar para la voz y tono actoral de Zabaleta, convirtiendo al actor en un acierto total que vibra en escena. Otro acierto más es la elección de Rodolfo Zarco como Henry y Jerry Velázquez como Gabriel, los actores simplemente cumplen uno con el carisma y el otro con la frivolidad, pero ambos con la respectiva voz necesarias para poder llevar ambos personajes con la precisión exactas como son ejecutados.

Casi Normales no es para nada una historia sencilla de digerir, vaya, no por que sea musical es una obra fácil de presenciar y ver, sin embargo, es arte necesario y sanador. Es un espacio de convergencia para lograr entender a través de la escena que el dolor es más normal de lo que podemos negar y que quizás aceptarlo es el comienzo de ser un poco más felices.

Consulta precios y horarios de la obra, aquí.

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