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Fotos: Cortesía INBAL/ La Compañía Teatro Línea de Sombra (TLS) ha desarrollado durante los últimos diez años, un trabajo escénico basado en procesos de investigación en el que participa un equipo multidisciplinar. Este proceso de creación dio inicio con su pieza Amarillo (2009) y dio como resultado una pieza escénica que formulada desde una cierta perspectiva etnográfica y en formatos próximos a las artes visuales con el fin de “poner en escena” una discusión de orden tanto social como política.

Baños Roma (2012), es una pieza creada en Ciudad Juárez y en tanto continuación de aquel proceso de trabajo que permitió a la compañía incorporar tanto los objetos como las vivencias de la indagación y organizar una obra que se presenta como una sucesión de cuadros visuales y al mismo tiempo, como una suerte de archivo vivo que, por naturaleza, se encuentra en continuo riesgo de desaparición.

Filo de Caballos (2018), es probablemente el punto más acabado realizado en esta última década por TLS, en la medida que además de ser una pieza en la que se ha acumulado toda su experiencia y se han decantado sus intereses, fue pensada como un espejo/frontera entre las ciudades de Iguala y Chicago.

Esta pieza tal vez aclara que el trabajo reciente de la compañía no es propiamente documental, en todo caso podría decirse que es el delirio de un documento.

En este programa se incluyen los trabajos de otras compañías cercanas en intereses y procesos. Lagartijas Tiradas al Sol presentan Tijuana, que es una pieza que muestra la experiencia de Gabino Rodríguez, convertido durante seis meses en el tijuanense Santiago Ramírez, en condiciones que lo alejaron de su mundo habitual y lo mantuvieron incomunicado mientras trabajaba con un salario mínimo en una fábrica de la zona.

La actriz sonora Bárbara Lázara ofrece el espectáculo Coro Luditta con un ensamble vocal en el que la voz y el cuerpo vivos se presentan como una subversión frente al trabajo, la tecnología digital y los dispositivos de “ventriloquización”.

Pendiente Teatro  y Eduardo Bernal, proponen Sin Ítaca como una instalación escénica en la que se cuentan tres historias distintas que se repiten tres veces mientras los escenarios se transforman.

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