ALASKA: Un texto que no pierde cualidades

Fotos: Cortesía La Capilla

Por Luis Santillán/Gibrán Portela incursionó en la dramaturgia con bombo y platillo, pues su obra Alaska fue merecedora del Premio Nacional de Dramaturgia Gerardo Mancebo del Castillo 2008. En este texto ya están presente los elementos que Portela ira desarrollando conforme su dramaturgia se vuelve prolifera. Dos son los elementos que pueden ubicarse como característica central: la creación de personajes y el desarrollo de situaciones.

En Alaska los personajes comparten al espectador el mínimo de información, algunos de los elementos que ofrecen pueden ser interpretados como peculiares, pero sirven para sentar las bases de una compleja dinámica de relación entre ellos. El pasado se hace presente a partir de los detalles, eso mismo vuelve entrañable a la pareja que piensa en la posibilidad de construir un futuro; sus -aparentes- defectos sirven para generar una personalidad entrañable.

Las situaciones de Alaska van desde la cotidianidad de una tienda donde se venden cajas de seguridad hasta alcanzar momentos donde la relación de los personajes pone a flor de piel lo más desagradable del ser humano.

La estructura que emplea Portela le permite crear espacio de salvación para el personaje guía, y eso acentúa la descomposición de su mundo; y otros donde el cotidiano se encadena para cimentar el desarrollo de relación que genera como motor de la obra.

En esta nueva producción Analeine Cal y Mayor está a cargo de la dirección. Su propuesta pone énfasis en el contraste que posee la obra; las singularidades de los personajes que en principio se trabajan como defectos adquieren fuerza gracias a la forma en que se manifiestan y desarrollan en escena. Los elementos que podrían tener una lectura de “absurdo” le sirven a Cal y Mayor para generar un universo cálido, mismo que se fragmenta por las acciones de los personajes y permite leer la propuesta emotiva que quería la directora.

Sofía Espinosa es quien logra una creación muy destacada de su personaje. Todo aquello que define su personaje tiene una colocación exacta, tanto de intensidad emotiva como de proporción el espacio donde ocurre la obra. Los matices que posee el texto se extienden en el manejo de voz que usa, pero donde hay mayor fuerza en el discurso de gestos que crea; las reacciones y atención que construye para el personaje le dan un gran peso y los momentos en que está en escena son los más sólidos.

El trabajo de los actores (Pablo Astiazaran y Emilio Carrera) tuvo varios momentos no tan asertivos, quizá lo que parecen menoscabos e imprecisiones de sus actuaciones fueron exclusivas de la función presenciada. Es claro que para Cal y Mayor el trabajo con los actores es importante, prueba de ello es la construcción del personaje femenino, por eso la falta de matices y el monótono en los personajes masculinos quizá no sea una característica que acompañe la temporada.

La propuesta de Alaska que se presenta en la Sala Novo es una gran oportunidad para comprobar, como plantea la directora, que los buenos textos no pierden vigencia, también es la oportunidad de ver el inicio de una carrera en la dirección de escena que puede revitalizar la lectura de la dramaturgia mexicana, y claro, ver el buen trabajo de Sofía Espinosa.

La obra se presenta hasta el 2 de abril, consulta precios y horarios, aquí.