Por Mariana Mijares, Fotos Cortesía PinPoint/Daniel Arenas quedó cautivado con el teatro desde niño, pues en su natal Colombia iba a ver cuantas obras llegaran a su ciudad. Ahora, el también actor de Mi Marido Tiene Familia -junto a su socia Gilda Gentile- produce por primera vez un montaje que busca incentivar la imaginación de los niños (al volverlos co-creadores de la historia) y que al final, se lleven a casa un importante mensaje de empoderamiento.
Platicamos con el también actor de Teresa, Corazón indomable y Despertar contigo, sobre su relación con el teatro y de lo que diferencia a Crea tu Cuento de otros proyectos infantiles. La obra se presentará los domingos de septiembre y hasta el 7 de octubre a las 12:30 y 16:00 horas en el Lunario.
Daniel, cuéntanos ¿cómo empezó tu relación con el teatro?, ¿Solían llevarte de pequeño?
¡Wow! Es una relación creo que de toda la vida. Particularmente mi papá siempre se preocupó porque yo estuviera involucrado, o que conociera la existencia de todo lo que tiene que ver con el arte. A mi ciudad (Bucaramanga, Colombia) siempre iba un festival de piano muy importante de Colombia y todos los años íbamos. También había un festival de cine muy cerca y fuimos en un par de ocasiones. A las pocas obras de teatro que venían a mi ciudad, -que no eran muchas porque es una ciudad pequeña-, me llevaban.
Desde que tengo uso de razón, tengo cercanía, contacto con todo eso: con el arte, las obras de teatro, los conciertos ¡me encantaba ir a ver la filarmónica!, desde muy niño…
En ese sentido, ¿cómo consideras que ver teatro desde pequeños, contribuye a que una persona se acerque a las artes; a la cultura y que además pueda desarrollar un gusto por el teatro…?
Muy buena pregunta. Para mí existe una magia, una atmosfera única al momento de ir al teatro; ya sea para ver una obra, una película, un concierto. Creo que el solo hecho de estar en el lugar, entrar al recinto, de oler, ¿no? como huele el lugar, por ejemplo…
Hoy en día ya no pasa; pero tengo perfectamente clavado en mi memoria el olor de la cinta quemarse al estarse proyectando una película. Tengo también perfecto en mi oído, en mi cerebro, cuando de niño entraba a un concierto y veía cómo estaban afinando los instrumentos; cómo la orquesta salía -desde antes de que empezara el concierto- y el director revisaba cómo estaban preparándose. Igual al estar en un lobby de teatro escuchar la primera llamada, la segunda… Ver todos estos posters de las obras…
Creo que esta expresión del arte en particular tiene una magia única: que tú tienes que ir; implica desplazarse a un lugar específico que es un recinto de mucho respeto.
A mí me parece magia pura; tiene algo muy muy especial que gracias a Dios con los años no se ha perdido y que seguimos manteniendo vivo -y que espero así siga siendo-.
¿Recuerdas la primera obra que viste en un teatro?
¿Te soy sincero? No. La primera obra no me acordaría, pensaría que fue una obra infantil, me imagino algo muy colombiano, no sé: Rin, rin, renacuajo; alguna de esas cosas como muy de niños que se hacían en Colombia. Creería que fue de lo primero que vi…
¿Hay alguna obra en el presente que te haya marcado, ya sea en México o en el extranjero?
¡Muchas! Del presente, de las obras que últimamente me han impactado más es La Sociedad de los Poetas Muertos, que acabo de ver por tercera vez.
Francisco Franco (director de la obra) es ahorita mi director en la telenovela; entonces es alguien que admiro, respeto y hoy en día le tengo muchísimo aprecio. Cada día entiendo más su arte, lo que nos trata de enseñar todos los días…. Me encantó la obra, es maravillosa. Yo amo la película y a Robin Williams. Amo mucho este tipo de historias de empoderamiento.
Otra es Jesucristo Superestrella, fue una obra que yo hice en Colombia y que también pude ver en algún momento fuera. Me parece impactante; tanto en puesta en escena como en la propia historia, y la música. Me encanta el teatro musical; tengo muchas preferidas. Siempre me ha encantado ver teatro musical.
Hablabas de tu gusto por las historias que empoderan, platícanos, ¿cómo te involucraste en Crea tu Cuento?; precisamente, una obra que busca empoderar…
Gilda, que es mi amiga y mi socia, es como el cerebro de todo esto; ella fue la quien inventó toda esta locura y la que me invitó al proyecto el año pasado. Es mi amiga hace 9 años y hoy en día mi socia. Venía trabajando con ella hace algunos años en sus proyectos; ella ha tenido contacto con los niños, con la juventud y lleva empoderándolos desde hace más de 20 años y ha hecho una serie de proyectos interesantísimos al punto de llegar hasta el Zócalo; de movilizar a miles de niños y de jóvenes (en ‘Niños creadores del mañana’, parte del “Gran festival del día de la niña y niño de la CDMX).
Crea tu Cuento llega a mí en 2017, después de que vi la obra cuando Gilda la presentó el año pasado… Tuve la oportunidad de pensar y decir: ‘oye, esta obra me encanta, hay que hacerla ‘viral’ -como dicen hoy en día-, hacerla más grande…’ Nos quedó el ruidito de eso…
En febrero de este año, nos juntamos e hicimos el pacto para hacerlo, para echarle todos los kilos y hacerlo como debe ser: en el mejor teatro y en donde pudiera haber interacción (es una obra muy interactiva). El lugar que más nos gustó fue El Lunario porque tiene un espacio que permite jugar; no tiene las butacas pegadas, permite mover las mesas. Es un espacio ni muy grande ni tan pequeño, y con el aforo perfecto para lo que queríamos hacer.
Partiendo del lugar, empezamos a concretar lo demás; ajustar el libreto, la historia, nos juntamos con un dramaturgo amigo muy querido que nos ayudó a repasar todo el libreto y de verdad potencializarlo.
¿Cómo eligieron a su elenco?
Queríamos que fuera gente que tuviera nombre; que tuviera empatía con los niños y le gustara trabajar con ellos; ése fue el factor más importante que tuvimos en cuenta para escoger a nuestros actores.
Dos de ellos ya habían participado el año pasado en las funciones que hizo Gilda, y dos son nuevos: Violeta Isfel y Leonardo Bono, Dios nos lo puso en el camino…
Probablemente te han puesto a Violeta varias veces en el camino; pues habías coincidido con ella en teatro y ahora comparten crédito nuevamente en Mi Marido Tiene Familia…
Sí, con Viole he trabajado varias veces, hemos trabajado en novela, hicimos teatro musical: Hércules -ella era mi ‘Mégara’-, así que tenemos esa relación de años super bonita. También, Omar, su hijo, trabajó conmigo en Amorcito Corazón en el 2012.
Cuando llegó el nombre de Viole a la mesa, no lo pensé dos veces. Ella es una amante empedernida del teatro, creo que ahora está en dos o tres obras al mismo tiempo; entonces qué mejor actriz que ella; porque ama el teatro, ama a los niños, y crea un rollo muy interesante de empoderamiento y de energías.
¿A qué retos te has enfrentado ahora ‘del otro lado’; como productor?
Somos nuevos en esto, esta es nuestra primera producción -tanto de Gilda como mía- a nivel profesional; entonces ha sido un proceso arduo, difícil, pero nos sentimos muy satisfechos con lo que estamos viendo.
Creo que tenemos un producto de alta calidad, un producto muy bonito que va a llegar a los corazones de quienes lo vayan a ver.
Crea tu Cuento es una obra totalmente nueva; no nos agarramos de ninguna historia antes escrita, o vista; es algo totalmente novedoso y que incluye muchas herramientas y muchos elementos que no solamente van a impactar a los niños, sino también a los adultos. Cualquier persona que vaya a ver esta obra, saldrá cambiado porque realmente mueve fibras y mueve cositas allá adentro; cosas que todos vamos olvidando del niño que llevamos por dentro.
Ese parecería ser otro de los objetivos de Crea tu cuento: hacer sentir. Ese es el propósito fundamental de la obra: rescatar los sueños y volvernos a sentir poderosos en nuestros sueños y en nuestros anhelos.
Hoy en día, a escasos días de estrenar, a parte de nerviosos nos sentimos muy emocionados y muy agradecidos porque ha habido mucha gente que se ha sumado, que ha colaborado de corazón y que ha hecho esto posible.
Hablabas de empoderamiento y ese creo que es uno de los valores principales de su obra: que ayuda a empoderar a los niños y a creer en ellos mismos; incluso, sé que les entregan letreros de ‘Cree en ti’
Yo pienso que es el ingrediente principal de esta historia. En la vida todos tenemos personas que nos empoderan o personas que nos apagan; entonces aquí lo mostramos muy específicamente con dos personajes: ‘Sao’, que hace Viole, un hada que empodera; y el personaje de Leo: ‘Drash’, que es como nuestro -no me gustaría llamarlo villano- pero como la víctima… Todos en algún momento somos víctimas de alguien que te dice: ‘no puedes’, ‘no debes’, ‘no lo vas a lograr’, ‘no es para ti’, ‘date la vuelta y no lo hagas’.
Si todos concientizáramos que cada quien, dentro de sí mismo tiene el poder; desde la persona que te abre la puerta en el edificio, hasta tu jefe o en donde sea que uno esté; hay que entender que todos tenemos el poder de darle fuerza a otras personas, o de quitárselas.
Sería maravilloso que todos nos diéramos fuerza, y es algo que la obra te da con ‘pincitas’: te muestra exactamente cómo todos podemos ser super héroes, una liga mágica; como todos podemos unirnos para empoderarnos, para impulsar las cosas buenas.
Y también nos muestra cómo, de forma negativa, podemos apagar a alguien. Cómo, sin darnos cuenta, podemos ir desmotivando, aplastando, y eso es un error que cometemos todos. Y no es por buenos o malos, pero por ignorancia, le decimos ‘no’ a alguien, o le damos una negativa que puede generar que esa persona deje de anhelar o deje de soñar algo que tenía en su corazón.
Podríamos decir entonces que la obra le otorga al público ‘armas’, herramientas…
Sí. En la obra tenemos muchos elementos y muchas herramientas para que los niños y los adultos entiendan qué es empoderar, qué es darle fuerza a otra persona, darle energía a algo o a alguien; a un proyecto, un plan, o a una persona. Ese es el principal mensaje del montaje y lo llevamos a través de muchas herramientas: música, canto, baile, humor. Y también con algunos otros elementos de los personajes: que uno pinte el otro, o cuente chistes para alegrar la vida, u otro lo empodere con magia.
Nuestra mayor intención es que la gente se vaya ese día entendiendo que vale mucho más la pena empoderar, que frenar, a los demás.
Finalmente, si no es que no los hemos convencido ya, ¿por qué te gustaría que el público vaya a ver Crea tu Cuento? Tanto chicos como grandes…
Porque lo merecen, porque en medio de tanta información, o yo diría, en medio de tanta sobreinformación que tenemos hoy en día con herramientas como internet, las redes sociales, o los medios de comunicación, a veces se nos olvida el verdadero mensaje que hay que transmitir.
Yo como parte del medio artístico, o de alguien que emplea sus redes sociales para transmitir información, me siento responsable. Tenemos una gran responsabilidad de que por lo menos, no todas, pero sí muchas de las cosas que publicamos, sean para aportar; para hacerle bien a la gente.
En esta obra de teatro tenemos una gran herramienta para que la gente entienda que no solamente se trata de informar, publicar, hablar de lo que pasa alrededor; sino hacerlo de manera positiva.
Hoy en día vivimos un mundo que va muy rápido; ya se está acabando el año, y creo que es momento de hacer una pausa, de mirarnos los unos a los otros, y entender que todos venimos de un punto igualito: de ser niños; de soñar, de tener sueños por cumplir, por concretar y que se nos va olvidando. Conforme la vida va pasando los vamos dejando atrás.
Esta obra vale mucho la pena, y también para los adultos, porque Crea tu Cuento nos recuerda por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo hoy, que soñábamos cosas que quizá ya olvidamos.
Y a los niños siento que les va a cambiar la vida porque les va a mostrar un camino que seguramente desconocen; un camino que es el correcto para seguir: el corazón. Escuchar lo que a uno le dice verdaderamente el instinto, esa voz interna que todos tenemos, que nos habla todo el tiempo pero que a veces ignoramos. Por eso vale la pena ir a Crea tu Cuento, y que a partir de ella, el público salga y empiece, o a reescribir su cuento, o a escribir un cuento nuevo… porque el cuento, finalmente, es la vida…
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