Por Mariana Mijares, Fotos: Cortesía OCESA/ A Maca Carriedo siempre le había interesado el teatro, y luego de ver distintas versiones de Los monólgos de la vagina, aspiraba poder hacer esa obra. Entonces, un día le mandó un tuit a Morris Gilbert.

Aunque en ese momento no recibió respuesta, tiempo después la contactaron para integrarse al nuevo elenco del montaje, que ahora incluye además a Luz María Aguilar y Natalia Téllez.

Justo el lunes pasado, el montaje homenajeó a Sor Juana Inés de la Cruz -al celebrarse el 370 aniversario de su natalicio-, con Edith González como invitada.

“Sor Juana tenía razón. Por eso es que en este mes de noviembre, que se cumplen 370 años del natalicio de la llamada Décima Musa, y 4 décadas de que sus restos fueron encontrados en el convento de San Jerónimo en el centro de nuestra ciudad, es que su reclamo, sus palabras, su protesta, su lucha, su búsqueda siguen vivos”, declaró el director, Jaime Matarredona.

Platicamos con Maca sobre lo que ha significado para ella ser parte del montaje que se presenta los lunes en el Nuevo Teatro Libanés y que, rumbo a sus 7 mil 400 funciones, se ubica como una de las obras más exitosas en la historia del teatro en México.

¿Cuál fue tu primer acercamiento a Los monólogos de la vagina?

Vi la obra hace muchos años, en México, y también en Nueva York, donde estudié, y desde entonces quise hacerla. En Nueva York estudié stand up y conducción, pero no había tenido oportunidad de hacer teatro.

¿Siempre te gustó el teatro?

Soy una gran espectadora de teatro, me encantan los musicales y cuando viví en Nueva York iba a ver muchos, cada que podía.

¿Cómo se dio el que pudieras, por primera vez, ser parte de un montaje teatral?

Entré a Monólogos porque hace tiempo le mandé un tuit a Morris Gilbert de que quería formar parte de la nueva temporada de la obra. Tiempo después, me invitaron a ser madrina de Mentiras y ahí su equipo me hizo la invitación formal; aunque a él lo conocí hasta el estreno.

¿Cómo fue su proceso de ensayos?

Con quien trabajamos mucho fue con Jaime Matarredona, el director. El proceso de ensayos fue más complejo de lo que creía, porque Jaime nos ayudaba a desmenuzar cada parte del texto y darnos el contexto; por ejemplo, si se trataba de una mujer que era de las Lomas y nunca había estado en la Condesa. Nos ayudó a entender mejor a cada mujer. Al principio los ensayos con Jaime nos costaron trabajo. Natalia y yo no habíamos imaginado que iba a ser tan difícil hablar con él de vaginas (ríe), pero luego ¡ya hasta nos divertimos! por ejemplo, él nos indicaba si nos faltó intensidad en la escena del orgasmo, etc.

¿Por qué consideras que Los monólogos de la vagina ha prevalecido durante tantos años, y en distintos países?

Creo que Monólogos no deja de estar vigente porque es un texto que va atrapando a distintas generaciones, que aunque están cambiando, se enfrentan a un mundo que no ha cambiado del todo.

En los tiempos que vivimos, en donde la equidad de género es cada vez más un tema de conversación, y el empoderamiento femenino ha cobrado mayor importancia, ¿cómo esta obra se vuelve aún más relevante?

Porque eso no ha pasado completamente. Se habla más, se enfrenta el tema y se ponen altos, pero aún no se llega al objetivo. Es cada vez más relevante, pero no es cada vez más común…

¿Por qué te gustaría que el público viera Los monólogos de la vagina?

Porque desgraciadamente hay temas que en una casa no se tocan y si alguien lo ve desde afuera, puede permear y hacer la diferencia en una person, ¡o una familia completa!

¿Qué otra obra de teatro te gustaría hacer en un futuro?

Me encantaría hacer Amor, Dolor y lo que Traía Puesto de Nora Ephron, que es de mis escritoras favoritas.

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