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SÍ MI AMOR, LO QUE TÚ DIGAS: Una obra salvada por un director



Fotos: Cortesía PinPoint

Por Luis Santillán/Sebastián Sánchez Amunátegui explora posibilidades y juegos escénicos de diversas maneras, en las últimas obras que ha dirigido se reconoce un estilo en la composición visual, en el tratamiento de algunos personajes, en el manejo del ritmo, sin embargo, pareciera que cuida no repetir formulas. Da la impresión de que aprovecha lo que tiene a la mano para potenciarlo en escena.

Sí mi amor, lo que tú digas de Víctor Salinas es la obra que dirige para el Teatro Rafael Solana. La escenografía es realista, recrea un cómodo departamento, es un espacio muy pesado por el “realismo” que destila, es más como esos espacios que regularmente se crean para imitar un set. Quién sabe si la propuesta de Óscar Acosta (diseño de escenografía) es el producto de un diálogo entre escenógrafo y director, lo cierto es que aprovecha el espacio diseñado para generar el cotidiano de una pareja que vive distintas facetas de su relación.

En el trazo se ven ciertas referencias a composiciones de trazo clásicas del dramaturgo/director Daniel Veronese, esto enriquece el ritmo de la escena; la propuesta de Sánchez logra colocar estados emotivos que se suman por la réplica visual, genera pequeños momentos de imágenes corales, todo eso logra resignificar el diseño escénico y lo aleja de la inmediatez para convertirlo en un contenedor de ficción teatral.

La dirección crea la intimidad de la pareja, tanto en las situaciones más cotidianas, como aquellas que tienen golpes emotivos. Quizá con el tiempo y las funciones se equilibre el reparto, los actores trabajan más desde la apariencia mientras que las actrices aprovechan más los estímulos de las situaciones y permiten que las emociones tengan una manifestación más orgánica.

Víctor Salinas en su faceta de autor ofrece un texto sumamente pobre, lleno de momentos cliché, carentes de consecuencias, sin aportar una mirada particular sobre las relaciones de pareja, es arbitraria la construcción argumental. Quizá su versión para Teatro en corto era efectiva, pero al escribir para una duración mayor lo llena de las situaciones más gastadas de las historias de pareja sin aportar algo nuevo, polémico, divertido o memorable. El texto tiene todo para ser un producto endulzorado sin trascendencia, sin embargo, cae en las manos de un buen director que lo rescata. Lo que ocurre en la escena es lo menos relevante, la obra se sostiene por la forma en que ocurre.

Sí mi amor, lo que tú digas es un buen ejemplo de cómo una dirección capaz puede crear una obra divertida a pesar de las carencias del texto y las limitaciones de la mitad del reparto. Afortunadamente la propuesta no queda como una opción superflua, sino como un ejercicio de dirección escénica que apuesta por las posibilidades del teatro.

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3 comentarios sobre “SÍ MI AMOR, LO QUE TÚ DIGAS: Una obra salvada por un director

  1. Buenísima Obra!!! Súper recomendada, pase un tiempo increíble de muchas risas, además creo que todos nos identificamos! VÉANLA!!!

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