Los maestros Noemí Marín Reyes y Tizoc Fuentes Yaco serán recordados a través de un evento dancístico que llegará al Teatro de la Danza Guillermina Bravo, el 3 y 4 de octubre.

Dos de las figuras que más contribuyeron a impulsar el legado folcklórico de nuestro país serán homenajeados con un espectáculo que busca exaltar su entrega y pasión a la danza. Hablamos de los maestros Noemí Marín Reyes y Tizoc Fuentes Yaco, quienes hasta el último día de su vida se comprometieron plenamente con este arte.

Será el Instituto de Danza Mizoc -que fue fundado por ambos creadores-, el que les rinda tributo a través del Festival de Homenaje Mizoc, 51 aniversario, “Luz de vida, porque al cielo se entra bailando”, que se presentará el miércoles 3 y jueves 4 de octubre, a las 20:00 horas, en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo.

El actual director artístico del Instituto Zadoc Fuentes Marín (hijo de los maestros), explica que este espectáculo es una producción que muestra un suspiro de su formación como personas, su formación como artistas, la unión de su ser y la creación de su legado: “Durante 51 años nos fueron preparando en el folclor mexicano: zapateando los sones, el huapango, la polca, danzas, sones jarochos, jaranas; ahora baila, practica, zapatea, para que en la fiesta de la vida entres al cielo bailando, nos decían”.

Sobre los sentimientos y emociones que le genera la ausencia de estos dos artistas comenta: “Estos grandes maestros partieron este año, dejando en todos los que pertenecemos a la gran familia dancística una perdida irremplazable. Quienes conocimos a los profesores sabemos el gran legado dancístico y cultural que dejaron, la pasión y la dedicación por la danza que compartían con todos sus alumnos y profesores, y todas aquellas experiencias que marcaron a todos los que compartimos con ellos el amor por los bailes y las danzas tradicionales mexicanos”.

Zadoc Fuentes Marín y todos los integrantes del Instituto de Danza Mizoc buscan compartir con el espectador las grandes enseñanzas que estas dos grandes figuras dejaron en el ámbito dancístico y cultural de nuestro país. Están convencidos que llegarán al corazón del público porque se trata de un montaje lleno de emotividad y gran colorido en escena.

Finalmente dijo: “Este montaje es de suma importancia para la compañía ya que mueve los sentimientos de todos los que participamos al recordar las anécdotas, enseñanzas, cariño y amistad que los profesores Mimí y Tizoc nos brindaron por más de 50 años. Honrar a quienes crearon la gran familia Mizoc y mostrar su legado dancístico es esencial, emotivo y sentido para todos quienes formamos parte del Instituto Mizoc”.

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