Por Mariana Mijares, Fotos,  Alberto Hidalgo/Dan es un banquero de inversiones… A Dan le gusta la cerveza, los deportes, y su novia Elsa; pero también le gusta Andrés, a quien conoció en una app en línea…

Este es el dilema de los protagonistas de Straight, obra escrita por Scott Elmegreen y Drew Fornarola presentada Off Broadway y que llegará a México el 11 de mayo al Teatro Milán.

Para conocer más sobre el montaje dirigido y adaptado por Manolo Caro que cuestiona los convencionalismos sociales de la actualidad, y las etiquetas que les ponemos a los demás -y a nosotros mismos- platicamos con los tres protagonistas: Zuria Vega (Elsa), Erick Elias (Dan) y Alejandro Speitzer (Andrés).

Zuria, este proyecto representa una colaboración adicional con Manolo, con quien ya habías trabajado en más de una ocasión…

Este es mi cuarta obra de teatro con él, y llevo una película; o sea que es mi quinto proyecto… ¿o más?, ya no sé (risas), nos conocemos hace mucho…

Justo mencionabas hace poco que te sientes afortunada de haberlo visto crecer como director…

Zuria: Evidentemente es de mis mejores amigos, pero más allá de eso -porque lo hemos platicado tanto Manolo como yo-, con los años uno elige con quién trabajar ¡te lo juro! porque pasas tanto tiempo con un equipo… es un cruce de energías, y yo soy muy intensa y muy entregada y él igual.

Entonces más allá de la empatía que tenemos como amigos, tenemos una manera de trabajar muy similar, nos entendemos muy bien laboralmente, tenemos un sentido del humor parecido. Y claro, he visto su avance y crecimiento en la profesión. Me encantan los proyectos que hace y los temas que elige, porque son actuales, empáticos, controversiales… No sólo sales y dices ‘¡Ay que padre estuvo la obra!’, siempre coloca un tema sobre la mesa; siempre, eso me parece padrísimo.

Para ti, Erick ¿cómo ha sido volver a trabajar con Manolo y cómo fue su proceso de ensayos?

Estoy muy contento, desde que me contó de esta historia que tenía en las manos, aunque no es de él, se me hizo muy interesante que decidiera contarla. Coincido completamente en su gusto personal y estamos en un proceso creativo bien padre; que es de lo que más disfruto: rascar al texto y encontrar opiniones de cada uno de los personajes, obviamente bajo la visión del director. Es un proceso padrísimo.

Alex, contaba Manolo que tenía muchas ganas de trabajar contigo por los trabajos en los que te había visto. Para ti, ¿cómo ha sido trabajar con él?

La verdad yo tenía las mismas ganas, o más, de trabajar con Manolo. Me gusta mucho lo que hace; lo admiro, lo respeto y ahora tener la oportunidad de trabajar con él me parece increíble. Todo se puso en forma para que esta obra se pudiera dar y pues me da mucho gusto que, en base al esfuerzo que he puesto durante tanto tiempo, él se haya fijado en mi trabajo y ahorita pueda estar en esta obra con Erick y Zuria, que no es porque estén aquí, pero me parecen talentosísimos. Entonces estoy disfrutando, aprendiendo y pasándola bien con este gran texto.

En ese sentido, ¿Qué les atrajo de Straight y de los temas que trata?

Zuria: Todo nos atrajo… A nosotros nos pasa; no hay ensayo que no hablemos primero 45 minutos de lo que cada quien piensa de cierta escena o del texto. Creo que va a haber muchas hipótesis; muchísimas, y nosotros no las tenemos completamente claras, porque no hay una respuesta única.

La obra toca un tema que no es la homosexualidad, sino las etiquetas. Constantemente nos estamos etiquetando a nosotros y a los demás: la fiestera, el neurótico, el religioso, el gay… Todo el tiempo, y eso delimita mucho a los seres humanos. Hay un texto que tiene Erick que dice ‘¿por qué una porción, una muy pequeña porción de tu vida, define todo lo demás?’; es como si de pronto lo demás ya no importara y todo se redujera a eso.

¿Les gustaría que el público salga con una reflexión sobre lo que vio? Quizá sobre las etiquetas, sobre aceptar al otro tal cual es; o con una nueva visión sobre el amor…

Zuria: Sí, porque no necesariamente aceptas otra forma de ser, o lo compartes, pero hay que respetarla. Es muy fácil decir: ‘¡Ay, amo a mi amigo gay!’ Pero ¿y si tienes un hijo gay? Es diferente cuando pasa afuera. Y siento que eso va a pasar mucho en esta obra, que va a atraer a un público que viene sintiendo que está normalizado con el tema desde que ven el póster, pero ya que están ahí, quién sabe…

Nosotros, como actores, tenemos una responsabilidad de elegir qué historias vamos a contar; ya sea en televisión, en teatro, o en el cine. Tenemos que dejar un granito de arena y creo que esta obra lo va a hacer porque todos creemos que estamos ‘muy modernos’ y no es cierto. No es cierto en la igualdad de género, en la homosexualidad. Hemos normalizado cosas, eso es diferente; eso no quiere decir que realmente no exista el juicio.

Erick, has participado películas como Amor de mis Amores, ¿Qué culpa tiene el niño? Y recientemente Inquilinos; del mismo modo, Alex, lograste un gran éxito con la cinta que protagonizaste y produjiste Me gusta, pero me asusta. No obstante, ambos están aquí, haciendo un esfuerzo por hacer teatro…

Erick: Yo siempre lo busco, acabando cualquier proyecto, o a lo mejor después de varios meses en televisión en un set, o en una película, siempre busco hacer algo de teatro. Poder estar ahora en el Teatro Milán me emociona mucho; me gusta mucho ese espacio, tiene muy buena vibra. Para mí recibir retroalimentación personal del público, resolver cosas en escena y hacer algo en vivo, me da mucha escuela, mucha seguridad y ese nervio constante en las funciones; todo eso es lo que más me llena como actor.

Alex: Yo venía de cuatro meses de mucho trabajo por la peli, de hacer una serie (Enemigo Íntimo) y también tenía muchas ganas de hacer teatro. Es increíble que todo se acomodó y justo era lo que quería hacer; lo que tenía en mente. Cuando sales de casa, o te vas mucho tiempo de viaje, de pronto sientes ganas de volver a casa; para mí el teatro es eso: regresar a las raíces. El teatro me parece la base de todo, hablando en este ámbito actoral.

Los tres tienen pareja desde hace tiempo; y quizá no experimentaron las apps de ligue, pero probablemente conozcan de ellas gracias a algún conocido… ¿Cuál es su opinión sobre estas nuevas maneras de conocer a alguien y que se verán en esta obra?

Erick: Sí, ese es el debate que hemos tenido últimamente, decir si son positivas o negativas. Tienen su lado bueno; la tecnología está avanzando y ahora puedes tener un filtro, en tu celular, de saber quién está ‘disponible’. El problema es comprobar si eso es cierto, o si realmente se trata de esa persona. Pero sin duda las cosas están avanzando y eso es lo interesante de este texto, que tenemos a dos generaciones viviendo un momento así, como lo vive mi personaje, que encuentra en una app a un chavito y lo admira por la manera en que él ve las cosas. Cómo está relajado; el que no es para tanto un beso, o que no es para tanto lo que él sentía como martirio… Esa diferencia de generaciones que se resume en un app, que no me tocó a mí pero a estos personajes sí, está cambiando el mundo.

Zuria: Siendo totalmente honesta a mí no me encantan esas apps; no me tocaron y no las viví, me cuesta un poco de trabajo entenderlas, pero sí conozco varios casos. Creo que lo que le funcione a cada quien está bien; lo que me preocuparía de esas apps es que muchas veces no se usan de la manera correcta; la puede tener un viejo que se quiere agarrar a chavitas y está pretendiendo ser alguien más… No hay demasiada seguridad, y en el país en el que vivimos, y teniendo una hija, me preocupa. Yo soy muy romántica, entonces me cuesta un poco creer que existe esa conexión detrás de un celular; pero bueno, esa soy yo y la realidad que vivimos es otra…

Tú, Alex, ¿conoces alguna historia de éxito en estas apps de ligue?

Alex: Conozco un par de historias de éxito, y está bien, la realidad es que siempre hay que usarlas con conciencia y quizá sí se pueda encontrar a la persona indicada. También conozco historias de no-éxito, son graciosas. Pero es increíble ¿no? como va cambiando todo, cómo ahora ya es otra la forma de conocerse. Erick dijo algo que, entre broma y broma, pero que es cierto, cómo en Tinder te brincas varios pasos; como ahí ya no vives el llegar a un lugar y conocer a una persona, preguntarle cómo se llama y qué hace… En la app ya sabes cómo se llama, a cuantos metros está de ti, cuántos años tiene, de dónde es, qué estudia, etc. Es increíble ¿no?

Erick: Es que ya todo es así, ya hasta para ver alguna peli ya no es de: ‘a ver qué va a salir en el cine’, ya desde antes sabes todo. O en tu casa, si quieres, le picas; sino le adelantas, o le cambias a otra película… ya tienes todo inmediato.

Erick mencionaba la diferencia generacional, y en ese sentido, los celulares tienen ahora una importancia que antes no tenían, ¿qué opinan de que se han vuelto excelentes herramientas de comunicación, pero también, que quizá nos han ‘alejado’ de gente cercana; como una mamá, o mejor amigo, a quien antes le llamábamos y ahora todo es por mensaje o WhatsApp?

Zuria: Sí, y me choca. Yo intento no hacerlo, pero sí, por supuesto caes en ese sistema; es inevitable por la velocidad a la que vivimos. Por todo ese ajetreo, lo más fácil se vuelve mandar un WhatsApp …

Alex: A mí me encanta que me sigan haciendo una llamada y poder escuchar a la otra persona; o incluso quedar para verla. Me parece que así debería ser y que nos estamos limitando en muchas cosas. Tampoco hay que estar cerrados. Siempre he creído que la moneda tiene dos lados; y todo en exceso, todo, es malo. Entonces mientras encontremos la forma de encaminar todo ese rollo de tecnología no habrá ningún problema; pero al parecer, no lo estamos sabiendo manejar…

Erick: Yo no le veo el lado negativo, prefiero verle el lado positivo; ahora con mis hijas, por ejemplo, mis papás no viven aquí y el celular es una conexión directa con ellos: está el FaceTime, Skype, y todo el día están mandándose cosas, y no me importa, porque tiene una conexión sentimental y se están comunicando. Les cuentan qué hicieron en la escuela, mandan una foto de su dibujo, etc. Obviamente también hay que encaminar que no estén viendo pura tontería en el celular y sólo perdiendo el tiempo, pero si usamos esas tecnologías a nuestro favor, creo que son 100% positivas.

Una de las cosas positivas de Straight es que no se juzga ni se toma una postura sobre si algo está bien o mal, sólo muestran a personajes y maneras de ser; que en el mundo existen relaciones abiertas, heterosexuales, homosexuales, bisexuales, etc. Sin duda, la gente podrá llevarse algo de esta obra…

Alex: ¡Se van a llevar muchísimo! Mucha gente se va a identificar y curiosamente, más que con cualquiera de los tres personajes, se van a identificar con su problemática. Por supuesto que habrá quien se identifique con ellos, pero la obra va más allá de eso… se plantea el rechazo y no sólo en el tema de parejas gay; sino en todo, y el tema de las etiquetas. Incluso nosotros, cuando estamos leyendo, o en ensayos, vamos descubriendo muchas cosas en el libreto que a primera vista no habías visto… Ha sido brutal la cantidad de cosas que he encontrado, o aprendido; me voy a mi casa después de un ensayo y sigo pensando. A veces es muy difícil cambiar nuestra forma de pensar, pero no es imposible. Hay historias que pueden hacerte ver otros caminos, y esta es una muestra de que hay muchas formas de querer; muchas formas de tener conexiones…

Erick: Sí. Yo leí algo de que el escritor puso que el miedo de mi personaje de salir del closet, no era porque la gente supiera que era gay, sino porque lo iban a catalogar solamente como ‘gay’. Por ejemplo, cuando entre los adjetivos que califican a un amigo dices: ‘gay’; y eso no debería de ser sólo porque alguien acepta sus preferencias.

¿Por qué les gustaría que la gente fuera a ver Straight?

Zuria: Nuestro trabajo es entretener y creo que van a pasar un buen momento, se van a reír, pero no es una obra en la que sólo van a sentir que ‘pagué mi boleto estuvo bien’; es una obra que va a proponer un tema y cuya discusión alrededor de eso será interesante después. Es importante que la sociedad vea una obra como Straight; una que te pone in your face las cosas y te cuestiona mucho también a ti; ¿qué tan normalizado lo tienes tú?, ¿qué tanto lo aceptas? O más bien ¿qué tanto finges que lo aceptas…?

Erick: Porque a veces pensamos que ya estamos adelantados, que ya vemos normal un beso entre una pareja homosexual, pero porque le pasa al de al lado; pero si te pasa en casa, con tu hijo, dices: ‘¿estás seguro?’. Como que cuando pasa dentro de tu casa quieres que no te pase. En esta obra estamos tocado el tema de la sexualidad, pero se puede desviar a cualquier tema que implique etiquetar a una persona.

Alex: Me gustaría porque, como dice Erick, es momento, o quizá estamos tarde porque hay personas que ya nunca cambiarán su forma de pensar; pero creo que después de esta obra otras personas si se darán la oportunidad de ver las cosas desde otro punto de vista. Para cambiar, tienen que cambiar todos; si no nada cambia… Y a veces, de poquito en poquito se va cambiando todo. Puede ser que nosotros seamos sólo un granito de arena a todos estos movimientos que hay ahora. Ojalá que esto sirva para que la gente pueda darse la oportunidad de abrir su mente y de respetar que cada quien piensa diferente, que cada quien quiere diferente, que cada quien se viste diferente…

Consulta precios y horarios de la obra, aquí.

No dejes de recibir en tu correo, Facebook o Twitter toda la información y los estrenos de las obras de teatro de la Ciudad de México.