Por Mariana Mijares, Fotos Cortesía/ ¿Qué pasaría si México llegara a la final del mundial de Rusia? Este es el planteamiento de Nosotros en la Final, obra basada en el trabajo del alemán Marc Becker y que Marco Vieyra adaptó extraordinariamente para México, con todo y ‘Chicharito’ (aunque aquí se llame ‘Garbancito’)
Antes del primer partido del Mundial -contra Alemania-, parecía imposible que México saliera victorioso, pero luego de un 1-0 la Selección Nacional siguió levantándose, y pese al reciente tropiezo del partido contra Suecia, seguimos dentro de la Copa del Mundo; por lo que llegar a la final sigue siendo una posibilidad…
Los jugadores de este partido dejan claro que antes de iniciar el Mundial en Rusia, nadie confiaba en ellos (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia) pero el montaje también refleja que para la mayoría de los mexicanos un Mundial representa determinado número de minutos; pero para los jugadores es su vida; y del resultado de este torneo, dependerá su futuro, y el de sus familias.
Esa es la enorme valía de Nosotros en la Final, que nos permite, por unos minutos, adentrarnos a las mentes los jugadores, y con ello, lograr algo que no ocurre con frecuencia: nos pone en su lugar. Porque sí, del otro lado de una pantalla es muy fácil criticar, gritar, enojarse y exclamar: ‘¡Métela!; pero uno de los jugadores nos replica: ‘A ver, métela tú. Desde allá se dice fácil…’
Por medio de breves diálogos, conocemos la realidad de estos jugadores: son de origen humilde, no terminaron la escuela o deben mucho a tarjetas de tiendas departamentales. Los cuatro actores que participan en el escenario: la cancha, van intercambiando papeles para no sólo dar vida a los jugadores mexicanos, sino también alemanes; nuestros rivales en la gran final.
Los apodos de los seleccionados resultan de lo más simpáticos pues hacen total referencia a los jugadores del TRI: la portería es resguardada por ‘Memo Ocho’, y junto a él, la ‘Garrapata’, ‘Tlacoyito’, ‘el Bebo’ o ‘el Garbancito Hernández’ dejarán todo sobre la cancha…
Los futbolistas están complementados por tres personajes: dos comentaristas (que al inicio de la obra interactúan con el público) y uno más que representa a la apasionada afición -con todos los insultos, y porras- que eso implica.
La escenografía está bien planteada y una serie de proyecciones nos sitúan a nivel de cancha y simulan la temida portería. Esta es resguardada por ‘Memo Ocho’, quien tiene momentos tan audaces, que hasta se le pide una repetición en cámara lenta (que resulta completamente hilarante).
Como en todo partido, la Selección Nacional tiene sus tropiezos; momentos en que son maldecidos y en los que los jugadores se desahogan al confesar que, al agredirlos a ellos, también están lastimando a sus familias… Sin duda tener empatía -adentro o afuera de una cancha- siempre nos hará mejores personas.
Los momentos más conmovedores de la obra (o partido) están bien ambientados con un emotivo soundtrack que incluye fragmentos de Gladiador, Armageddon y “A Sky Full Of Stars” de Coldplay.
Debo decir que pensé que Nosotros en la Final se trataba de fútbol; pero más bien, se trata de aquello que nos hace mexicanos: la garra, la pasión, la fe en que lo imposible puede hacerse realidad. En esta ficción, México tiene la oportunidad de jugar la final del Mundial; falta ver qué pasará en la realidad, pero se vale soñar y pensarlo posible; porque de eso se trata, ¿no? de imaginarnos cosas chingonas…
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