Por Ro Tierno / La nueva apuesta del veracruzano Alan Blasco resalta elementos terapéuticos con un tono existencialista, por momentos caótico… por momentos esperanzadores. Psicomanía se estrena este 6 de febrero en la Sala Novo del Teatro La Capilla.

Se trata, según ha dicho su autor, de una “comedia muy terapéutica sobre fetiches, amores, soledades, religiones y apegos”. La trama gira alrededor de tres sujetos que se reúnen en una “inesperada y sospechosa terapia grupal”, en la que estos tres personajes deben decidir quién asumirá el papel de coach para llevar la sesión.

Los actores que dan vida a estos tres sujetos son César Azanza, como Andrea; Sofía Sojo en el papel de Marta; y Daniel Chávez Camacho, un sacerdote arrepentido (o reprimido). Blasco es autor y director del montaje. Para desarrollar el texto, realizó un taller con los tres actores, a partir del cual nace Psicomanía.

Es probable que muchos se sientan identificados al ver Psicomania, o quizá no, pero en definitiva lo que intenta decirnos es algo que todos alguna vez nos preguntamos: ¿Qué esperas para dejar el pasado y avanzar en la vida? Pues toda la “sesión terapéutica” está basada en las frustraciones y rencores de sus personajes.

El montaje rescata muchos temas comunes, con tono irónico, a veces sensible: el pasado, el suicidio, el amor, el sexo. También temas sociales delicados presentes en la lucha actual: el feminismo, la homosexualidad, la discriminación. Esto se vuelve caótico, se mezcla, se ironiza y dramatiza personalizado en la locura de cada uno de los personajes, que son maníacos y esquizofrénicos, pero no quieren estar tan locos.

Psicomania quizá sea una terapia grupal, no sólo en la escena, sino para la audiencia, algo parecido a un acto psicomágico teatral.

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