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Lunas de octubre

(Fuera de Cartelera)
Drama

Finalizó el 27 de octubre de 2018.

Dramaturgia: Víctor Roldán
Dirección: Víctor Roldán
Elenco: Javier O Pluma, Rodrigo Franco, Alheed Astorga, Pedro Adame, Cocone Toledo, Sergio Hernández, Jana Jordá.

Leonardo y María Gallardo buscan a su hijo Héctor, apresado y desaparecido tras los hechos del dos de octubre de 1968. Entre escenas de recuerdo y presente, presenciaremos el proceso de Leonardo Gallardo hasta la toma de conciencia de su situación, como herencia de la lucha de su hijo y de los jóvenes que formaron parte del movimiento.

Horario de Lunas de octubre:
Duración aproximada:
Clasificación:
Boletos:

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3 comentarios sobre la obra de teatro Lunas de octubre

Si ya viste la obra, dinos qué te parecio.
  1. Cuando la obra terminó, bajé a felicitar mi amiga Alheed, pero casi no pude hablarle. Tenía miedo de abrir la boca porque el llanto estaba ahí, ya a punto de brotar. Ella me hizo la pregunta esperada: “¿Te gustó?”, pero en vez de responderle, yo elevé mi puño cerrado con fuerza, como símbolo de victoria. Estaba yo aún muy conmovido, y no podía hablar, y así permanecí en todo el trayecto hacia mi casa, con las lágrimas a punto de escurrir.
    Bueno, pues hacía mucho tiempo no veía una obra que lograra escaparse del escenario para abrir el pecho de los espectadores venciendo poco a poco la resistencia natural del que se expone a la verdad que acontece sobre la escena.
    Todo inicia con la inocente entrega de los actores, que sin sombra de pudor se arrojan al espacio abierto abrazando con tanta fuerza a su personaje que no es posible saber dónde termina la actriz y dónde comienza su creación, llevando la técnica teatral al paso siguiente: No importa si los actores de este montaje son formales o vivenciales, sino que el público se vuelve vivencial al recibir (sin su permiso) la vivencia dolorosa de los personajes: Hemos visto que un buen muchacho se une al movimiento estudiantil del 68 en legítima defensa de su futuro, que la pobreza le roba a puños. Hemos visto a los padres de este muchacho sometidos a la humillación de preguntar una y otra vez a las autoridades si han visto a su hijo, siendo que esas mismas autoridades lo desaparecieron. Y hemos visto como la fortaleza de esos mismos padres se va quebrando conforme se van dando cuenta de que no deben buscar más su hijo entre los vivos. Para este momento, los actores son dueños del público y sus sentimientos son plenamente compartidos por nosotros. Puedo decir que muy pocas veces he sentido esto.

    Sí, muchas veces se ha llevado a escena la matanza del dos de octubre –y de hecho con mucho más presupuesto y en teatros mucho más sofisticados–, pero nunca se nos había contado esta historia desde el punto de vista de los padres de uno de los desaparecidos, y eso me pareció un poderoso hallazgo.
    Confirmo que –como eficazmente ha ocurrido en Lunas de octubre– el teatro necesita más que nada de talento en los creadores, y todo lo demás es sólo un artificio para engañar al público. Quiero decir que si hay talento, no se necesitan efectos especiales, ni un costoso diseño de vestuarios, ni grandes escenografías, ni tantos cambios de luz que sólo una computadora pueda meterlos a tiempo. Uno, desde la butaca, agradece más que nada el talento del dramaturgo, la visión de un director valiente y la entrega de los actores; y si puede ser una entrega inocente, mejor, pues eso hará que la vivencia sea inolvidable.
    Lamento no haber visto antes “Lunas de octubre”, pues mi recomendación llega un poco tarde, aunque no demasiado. La última función de esta obra será el siguiente sábado 27 de octubre, así que tienen una última oportunidad de verla.

  2. Impresionante la actuación de Rodrigo Franco estremece el dolor de un padre al buscar a su hijo.
    Gracias al foro 37 por presentar esta obra por la valentía y por no dejar que estos hechos queden en el olvido.
    Una de las demandas en su pliego de peticiones de los estudiantes era libertad de expresión.
    Hoy estoy ejerciendo ese derecho al opinar de aquel suceso de 1968.
    Desaparecido el 2 de octubre a 50 años las familias seguimos extrañando con ese sentimiento de dolor, irá, enojo melancolía,frustracion.
    Hay que sanar porque siguen las generaciones con ese dolor heredado.
    Todavía me pregunto que enseñanza o que tengo que aprender de esos hechos.
    Honrar la memoria de aquellos jóvenes para que no se me olvide que yo tengo a mis hijos VIVOS!!!

    Mi madre cuenta que mi padre de 38 años regresaba de trabajar aquel día y al ver tal jaleo de gente y militares se esconde detrás de un saguan.
    Ya muy noche mi padre regresa a casa en Río Nilo 8 colonia Juarez con los pantalones mojados, así era el miedo que se respiraba esa tarde noche.

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