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LOS ÚLTIMOS 5 AÑOS: De las segundas vueltas a los grandes



Fotos: Cortesía Producción

Por Saúl Campos/ Jamie ha dejado a Cathy tras 5 años de relación en los cuales al final el amor que el uno siente por el otro no fue suficiente para salvar una historia en la que el miedo y las inseguridades los llenaron. Sin embargo, en cada historia existen dos aristas y la parte que las une, a través de una línea de tiempo en la que ella contará la historia de fin a principio y él en viceversa. Jason Robert Brown nos invita a explorar un ejemplo de relación sentimental para definir ¿Cómo el amor puede existir a pesar de la vida misma?

Es mi deber indicar antes que nada que esta es una segunda vuelta de mi parte a una obra que vi previamente. ¿Por qué? Por que así como es necesario señalar mediante el ejercicio crítico (No confundir con criticón) cuando un montaje tiene más áreas de oportunidad que virtudes, es imperativo hacer lo justo si la misma producción decide aprender de sus coyunturas y darle al público la mejor versión de sí mismos. Sí, esto pasa con Los últimos 5 años.

No vale la pena entrar en detalles sobre la primer temporada de esta obra en el Teatro Xola, con el elenco original. Pero es necesario tocar el tema, ya que la gran valía de esta nueva temporada en el Foro Lucerna es justo que la producción y la dirección nos dejan al público de nuevo con la pieza clave: Aitza Terán, pero ese tema lo tocaremos después.

Debemos entender que Los últimos 5 años es quizás uno de los títulos más difíciles en el mundo del musical por motivos muy específicos: El director necesita entender de lleno la historia, los actores deben ser en verdad excelentes actores para entender la ruta emocional a la que se adentrarán; y finalmente, las voces de los actores deben tener el rango correcto para poder llevar tan complicadas canciones. Bueno, misión cumplida en esta segunda vuelta.

No sólo el director, José Sampedro, nos permite entender por fin la historia que tenemos enfrente, quitándonos artificios innecesarios como la escenografía de fondo, sino que aprovecha el lugar correcto en el que se presenta (Esta es una obra diseñada originalmente para presentarse o en foros o teatros pequeños) y nos lleva delicadamente por el viaje de una pareja enfrentando el amor que los unió ante la realidad, una que conlleva decepciones, envidia y celos que quizás no dependen solo de una de las partes para existir, más bien lo contrario.

Sampedro toma decisiones acertadas para presentar a dos personajes con guías de narrativa tan precisas que sólo conectan una vez en toda la trama. El director lleva a sus actores a un punto de construcción en el que estamos viendo una master class auténtica. No sólo podemos entender que estos dos actores están en tiempos distintos, sino que el viaje que nos permiten llevar a través de cada uno es casi palpable, está frente al espectador, es bello, pero necesariamente doloroso.

¿Se acuerdan que quedamos que esta historia se cuenta de inicio a fin y al mismo tiempo de fin a inicio? Pues además de culpar al director de que esto pueda suceder al cien, la magia reside en Diego Medel y Aitza Terán. Por un lado, Diego es el “Jamie” que necesitábamos ver, un actor con matices correctos y una voz privilegiada que simplemente domina cada nota para contar la historia (Él de principio a fin) con una evolución paulatina que comprende a cada palmo el dolor de dejar ir algo por lo que se ha luchado, pero que conlleva un egoísmo en si. Medel no sólo es un acierto, es el pilar de que la puesta pueda resurgir de sí misma para estar en el punto que siempre necesitó habitar la contraparte masculina.

Y en el otro lado de la mesa (literalmente) Aitza Terán simplemente deja en claro que el puesto de la mejor actriz joven de teatro musical en México en estos momentos lo está ocupando ella. No sólo por que su voz tiene la fuerza para hacer vibrar a toda la sala canción a canción al punto de erizar la piel y tener a la audiencia reaccionando en su butaca en un sube y baja de emociones, sino por que actoralmente, Aitza lleva una carga absoluta: hacer su viaje emocional de la profunda crueldad y tristeza del abandono hasta la ilusión de haber encontrado el amor verdadero, imágenes que logra con una delicadeza tan potente que simplemente hace magia auténtica en escena.

Los últimos 5 años en el Foro Lucerna es simplemente todo lo que esta obra necesitaba ser y más. Una producción que sin duda es el musical a ver y que conserva la magia de hacernos entender que el amor necesita comunicación y confianza para resistir. Así la historia esté destinada a durar un día, o más de cinco años.

Consulta precios y horarios de la obra, aquí.

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