Por Ro Tierno/ La obra escrita y dirigida por Gilberto Guerrero, a partir del texto de Peter Handke, estará viernes y sábados hasta el 28 de julio en el Foro El Cubo.

Peter Handke es sin dudas uno de los escritores de teatro más polémicos. Desde su primera bala al lenguaje escénico, con su obra Publikumsbeschimpfung (Insultando a la audiencia), estrenada en 1966, Handke se ha posicionado como un artista que pretende desmantelar el acto teatral tradicional, para experimentar otras formas, por ende, otros resultados. Esta aptitud fue reconocida por la comunidad teatral cuando se le otorgó el Premio Internacional Ibsen de Teatro en el 2014.

Kaspar, escrita en 1968,  fue su primer texto teatral completo, basado en la historia de un adolescente alemán Kaspar Hauser, que fue un misterio para la sociedad por ser una persona que había crecido aislado, en condiciones ‘salvajes’, sin ningún tipo de educación lingüística. Handke, crea un personaje totalmente despojado de la lengua, en una obra que cuestiona la dominación y abre preguntas y paréntesis sobre la cultura y la identidad.

Kasparia, es una adaptación de esta obra por Gilberto Guerrero, donde retoma este concepto y lo aplica a otro tipo de personaje: una mujer, de una zona rural, y de una etnia originaria. “La experimentación básica de Peter Hanke es lingüística, pero a partir de la lengua nosotros nos damos cuenta lo que es el camino de la dominación. Shakespeare no se propone hacer de La Tempestad una obra procolonialista, cuando Calibán protesta y dice que le habían arrebatado las tierras, y Próspero contesta ‘pero te enseñé hablar’, claro, a hablar en inglés. El tema de la lengua es un tema de identidad, uno piensa de manera distinta cuando empieza hablar. Handke está pensando en un proceso de dominación a partir de la lengua”, explica el director mexicano.

La propuesta de Guerrero, está interpretada por Claudia Trejo, Ana Karen Peraza y Luis Eduardo Yee. Es importante en el contexto mexicano esta obra, ya que pone luz sobre varios temas que hoy afectan a la sociedad y de los que no se logra tener consciencia, no porque no esté a la vista, sino porque hay una confusión general, alentada por los discursos hegemónicos de poder. La identidad, la cultura, es una construcción que desde hace muchos años está quebrada, construyéndose sobre cimientos que han sido movidos, ideas que han sido inyectadas.

Como explica Gilberto “se trata de reflexionar sobre la identidad. Pienso en que una cultura no es un lugar cerrado. no es un destino inamovible, sino que es un camino, y si hay un destino poderoso es México. En esta crisis moral, de violencia, será la cultura la que teja los lazos, lo reconstruya, la ciencia, la educación, la cultura en general”.

Por otro lado, hay un planteamiento de género, a propósito de la lucha actual. “Una de las cosas que más tenemos que cambiar es el sexismo y el machismo, esa es la intención de que sea mujer, en algunas de las reflexiones ella dice ‘quisiera ser hombre’, para llegar a la conclusión de que no quiere ser hombre, quiere ser ella misma. En México hay un desprecio hacia lo femenino en términos sobre todo económicos, de poder”.

Para saber más de esta obra aquí. 

 

 

 

 

 

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