Por Roberto Sosa/ Es la hazaña de quien reúne y vive de los desechos de los demás. El imperio es el inframundo habitado por los pepenadores, encima de ellos vive el monarca. En el tiradero se ha cometido un delito, una chica inocente fue violada, se debe llevar a juicio al culpable. Personajes shakesperianos habitan este nauseabundo universo pos apocalíptico; El rey Lear, Ofelia, Yago, Ricardo III, Romeo, Tito Andrónico y Enrique IV, atisban el mundo de basura y escorias que les fue heredado.
El autor de la obra es Antonio Zúñiga, un texto interesante que aborda la inmundicia desde la perspectiva de Shakespeare. De las obras más emblemáticas del bardo inglés, surgen sus protagonistas, con las pasiones, traiciones y culpas que los caracterizan; la decadencia, la mugre y la suciedad es la analogía con el pensamiento y comportamiento de quienes habitan los basureros de las grandes ciudades de Latinoamérica.
La dirección es del propio Zúñiga con la asesoría de Marco Viera. Su labor fue fusionar el trabajo de actores mexicanos y colombianos. Cabe señalar que se trata de un proyecto que gracias al apoyo de Iberescena, se logró conjuntar elencos de Carretera 45 y Prisma Teatro, de México y Colombia respectivamente. La propuesta estética de la obra es orgánica, por el tema que aborda y por el trabajo interior de los actores
De Prisma Teatro actúan: Daniela Ramírez, Sergio Andrés Maecha, Juan Camilo Suárez, María Fernanda Granados, Joel Sebastián Báez, Yuleicy Rozo y Andrés Serna de Prisma Teatro. De Carretera 45 participan Margarita Lozano, Christian Cortés, Abraham Jurado, Arturo Serrano, Zamira Franco y Antonio Zúñiga (alternan funciones). El reto para Zúñiga y Viera fue unificar el talento, y lograr cohesión desde la visión de artistas colombianos y mexicanos. Sin duda un buen resultado.
La obra es muy visual: el vestuario (Félix Arroyo) es congruente con el relato, nos remite a un mundo donde el apocalipsis es paralelo con la realidad. La escenografía (Patricia Gutiérrez) es un espacio reducido que recrea un tiradero donde los desechos son los personajes. El diseño de iluminación (Aurelio Palomino) acentúa las caracterizaciones los protagonistas y las texturas de sus vestimentas.
La Epopeya de los Recicladores nos habla del problema de la basura con la mirada puesta en Shakespeare. Los residuos que se congregan en los enormes tiraderos, representan el poder de quienes los controlan. El abuso sexual, las desapariciones y los crímenes es lo habitual en sus feudos. La obra nos recuerda a nuestro “Rey de la basura” Rafael Gutiérrez Moreno, quien durante 20 años fue líder de los pepenadores y diputado por el PRI en el sexenio de López Portillo. Fue asesinado por orden de su esposa después de 11 años de vejaciones.
El contexto de la obra es lo que nos depara el futuro: el mundo convertido en un enorme estercolero habitado por seres como surgidos de una pesadilla. El inframundo no estaría en las entrañas de la tierra, lo veríamos por encima de lo que fue nuestra civilización, y quizá encontremos una paloma blanca que impoluta vuele hacia otro universo sin contaminación, sin humanos.
La obra se presentó del 26 de febrero al 4 de marzo en Carretera 45, posteriormente tendrá funciones en el Umbral Teatro en la ciudad de Bogotá, Colombia del 19 al 24 de abril con el elenco binacional. Y en junio de forma simultánea se presentará en México con elenco mexicano en la Universidad Autónoma Metropolitana y en el Umbral Teatro con elenco colombiano.
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