Fotos: Roberto Sosa
Por Roberto Sosa/Está servida, en la mesa están los alimentos y el vino; seis personas del público son convidados a compartir el festín con siete actores, es decir, asistentes y elenco forman y representan un micro universo dentro de un macro escenario. El inicio es trabajo físico, trotan –los actores- alrededor de la mesa y después suben a los palcos –que son como un departamento de cada uno- a cambiarse y alistarse para participar en La cena.
En grupo todos comen, beben y charlan todo con aparente normalidad, de pronto una pareja se despoja de su vestimenta, desnudos se meten bajo la mesa, arriba siguen departiendo como si nada; después de un “rapidín”, la pareja emerge pero con otra apariencia, él con el vestido de ella y viceversa. En otro momento una de ellas baila con la música de un violinista, otra nos habla de su abuela. Otro propone un brindis y todos bailan con sábanas encima, como fantasmas.
La cena es una obra llena de simbolismos, un espectáculo que personifica durante un convivio a una sociedad como la de hoy, donde predominan los jóvenes. Los actores se constituyen a si mismos dentro de un espacio donde todos cabemos y en el cual de pronto, nos vemos reflejados. El cumpleaños de una de ellas, trae un pastel a la mesa, como regalo recibe un globo terráqueo que ella literalmente desea comérselo. ¿Quiénes desean comerse al mundo de una mordida…?
La obra tiene un trazo escénico muy interesante: es arriba del escenario con los asistentes de frente al aforo del teatro, los protagonistas quedan anversos al telón principal, que al momento de abrirse, el público desde atrás tiene como nunca una visión espectacular del teatro, en este caso del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Sin duda es un acierto que dimensiona el espectáculo.
La cena es creación del colectivo El Tambor Noteatro, la dirección es de Natalia Gómez, directora y fundadora de la compañía. Se trata de un ensamble escénico que comparte experiencias a través de los alimentos y el vino. Después de comer y beber la vida se ve distinta, se piensa mejor y el buen humor prevalece. Los actores comparten la cena con el público y lo hacen partícipe de la obra.
Natalia Gómez –datos del boletín de prensa- es directora y fundadora de El Tambor Noteatro –provenientes de Aguascalientes-, licenciada de The School of Visual Teather en Jerusalén. En 2016 La cena fue invitada a participar en el XXXVII Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
En la obra convergen la danza y el teatro, confluye el vino y la comida; concurren las emociones, los deseos y recuerdos. Y sobre todo es una experiencia con olores y sabores. Un espectáculo gourmet donde las apariencias no existen, sin filtros cada uno se muestra en total transparencia. Los jóvenes de hoy hablan y se comportan de otra forma, sin embargo el orden social de las generaciones que los preceden sigue con los mismos atavismos. Y La cena lo demuestra.
Las actuaciones son de Leticia Alcántara, Roberto Belmont, Victoria Franco Bell, Omar Gorospe, Juan Daniel Mosqueda Esparza y Tania Reza. Las funciones son en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, hasta el 25 de abril.
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