Por Ro Tierno/ Luego de una exitosa temporada, regresa esta comedia londinense que ha dejado huella en la Ciudad de México y en Monterrey. Bajo la dirección de Mark Bell, esta nueva etapa llega con la incorporación de Claudia Álvarez en lugar de Irene Azuela, y estará todos los fines de semana en el Teatro Helénico.

Hablamos con parte del elenco, Claudia Álvarez, Luis ‘Guana’ Rodriguez, y Ari Albarrán.

¿Por qué creen que impactó tanto esta obra en la gente?

Luis ‘Guana’ Rodriguez: Va a sonar cliché, pero nunca se ha visto una comedia de este tipo. Las comedias que he podido ver en escena, son actores que salen a eso, a hacer reír a la gente, actores que tienen el chiste a flor de piel,  y una de las consignas que tenemos de Mark Bell es no salir en ningún momento a hacer reír a la gente, tienes que seguir contando la historia. Es una historia de teatro, dentro de una obra de teatro. una compañía amateur que está representando una obra del tipo de Agatha Christie, que se llama Asesinato en la mansión Haversham y todos los actores son súper intensos, pero pase lo que pase alrededor tienen que seguir contando la historia. Se trata de no hacer el chiste, de no decir una mala palabra para hacer reír a la gente. La situación cómica es todo lo que les pasa a los actores con la escenografía, porque desde el minuto uno la obra les empieza a salir caótica, un caos total, pero perfectamente organizado. Es una maravilla, ha sido un fenómeno padrísimo.

Se suele pensar que todo lo que viene de Broadway es bueno, pero no siempre es así… ¿Qué creen que tiene de original esta obra?

Ari Albarrán: Realmente esta obra viene de Londres, nació allá, y ellos tienen una concepción del teatro muy especial, única. Este tipo de clown en específico va hacia lo involuntario, a generar acciones involuntarias. Lo original de esta obra es que, para empezar, habla de una compañía en la que todos son unos individualistas y que hacen que las cosas salgan mal. Otra cosa esencial es la escenografía, hace que esta obra sea maravillosa, irrepetible, es como otro personaje, y la coreografía que nosotros tenemos con esa escenografía es lo que sorprende, el público se ríe de cómo se cae la escenografía, todo sale mal.

Claudia Álvarez: La comedia en México, no porque esté bien o mal, es diferente. Aquí en esta obra no hay una sola grosería. La gente se ríe no porque dijiste una vulgaridad, aquí la gente se ríe de las situaciones, y es para todo público, desde un niño de seis años, en adelante. Es muy blanca, tipo Chespirito, hasta la persona más dura se ríe a carcajadas.

¿Qué nos trae de nuevo esta temporada?

Luis ‘Guana’ Rodriguez: ¡A Claudia Álvarez! Estamos felices, el estreno de Claudia es el 18 de octubre. Estamos ensayando a toda máquina, creo que viene a ponerle un granito más de energía a la obra.

Claudia Álvarez: Yo vi la obra hace dos años, en Nueva York la vi tres veces, acá siete veces. Es una obra que me encanta, no dejo de sorprenderme, de reírme. Es una obra de la que me siento feliz de poder pertenecer, estar con este grupo de teatro, muy emocionada, con todas las ganas.

¿Esta temporada también tienen la oportunidad de trabajar con el director Mark Bell?

Ari Albarrán: No, Mark estuvo con nosotros en la primera etapa, que fue el montaje, donde nos introdujo al clown que él estaba manejando para esta obra, y que es muy especial. Luego se fue, fuimos la última compañía que dirigió de esta obra. Con nosotros terminó el ciclo de La obra que sale mal desde su dirección.

Luis ‘Guana’ Rodriguez: La verdad que quedamos en muy buenas manos, nos está dirigiendo Jerónimo Best, que es uno de los alumnos de Mark Bell, él estudió con Bell la técnica del clown en Londres, sabe perfectamente la visión que tiene, hacia donde va, qué hubiera hecho él. No estamos cambiando para nada el trazo ni la intención que puso Mark, pero estamos bajo el cuidado de Jerónimo.

¿Cómo fue la experiencia en Monterrey?

Ari Albarrán: En el Helénico caben algo de 500 personas, es algo más cercano, hay otra convivencia con el público. Ahora nos enfrentamos con un Auditorio de 1200 personas, con una acústica increíble, y montar ahí la obra después de estar un rato no de hacerla, porque nos tomamos vacaciones, fue todo un reto. El público la recibió muy bien, eran risas muy diferentes a las de la Ciudad de México. Enardecidos, compartiendo.

Luis ‘Guana’ Rodriguez: La gente se reía en lugares que antes no se habían reído. Tiene mucho que ver la cantidad de gente, cómo se contagia la risa, yo estaba en el camerino y escuchaba carcajadas como si ya estuviera arrancando la obra, y era el pre show, algo que nunca nos había pasado, a partir de ahí la gente se conectó desde el primer momento.

¿Qué significa esta obra para ustedes, desde lo personal y profesional?

Claudia Álvarez: A mi mucho aprendizaje, porque nunca había hecho nada de clown, me saca de mi zona de confort, entro a un lenguaje diferente. Trabajar con grandes actores, gente con mucha experiencia, que son maestros en clown, que han dirigido, escrito, actuado, una quiere trabajar con ese tipo de personas. Estoy en un momento de aprendizaje. Me encanta del clown que te ríes, la gente se ríe de cosas que tú no te das cuenta, amo la psicología de los personajes, todo lo que te pasó en la vida se refleja en tu clown, eso es maravilloso. En el escenario los personajes se vuelven vulnerables, y no hay nada más hermoso que eso.

Ari Albarrán: El entrenamiento actoral de refrescar la obra cada función para no hacerte el chistoso, para no coquetearle al público de más, eso es muy importante, porque esta obra hay que cuidarla mucho en ese aspecto. Tener eso como actor, hace que tu ego baje mucho, porque un actor que demuestra su ego es el que quiere que lo vean, lo reconozcan, y como esta obra es una obra de elenco, nosotros trabajamos para el otro, no para nosotros mismos, le damos al otro su momento, para que brille, y para que el personaje se cuente a sí mismo.

Luis ‘Guana’ Rodriguez: A mí en lo personal lo primero que puedo rescatar de la obra y de lo que siempre estaré agradecido es haber trabajado en el Teatro Helénico que tiene una calidad impresionante, es un tipo de graduación para los que hacemos teatro, estar en un lugar tan reconocido. Pero el reconocimiento te lo da el público, el hecho de que termines una función, que amigos, conocidos te den una palmada de que la obra está padrísima.

¿Tiene alguna reflexión la obra?

Ari Albarrán: pues sí, habla del compañerismo, de que si no existe una conexión entre las personas, las cosas salen mal definitivamente, y hay una onda de perseverancia que ves en los personajes, de llegar al final, juntos, con o sin dignidad. Como existe el teatro que pretende educar o dejar una lección, esta te cura el alma, por la risa.

 

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