Fotos: Sergio Carreón Ireta
Por Roberto Sosa/Mientras sus ejércitos combatían juntos contra los nazis en Normandía, Gran Bretaña y Estados Unidos contendían de forma desigual en Bretton Woods por establecer el orden económico mundial de la posguerra. El inglés John Maynard Keynes sabía que libraba un combate perdido; la lucha contra Hitler había arruinado a Gran Bretaña. El defensor estadounidense Harry Dexter White, sacó el máximo partido de la debilidad de su oponente.
El sistema monetario, económico y financiero como hoy lo conocemos, inició en la Conferencia de Bretton Woods (entre 1 y 22 de julio de 1944, en el complejo hotelero de Breton Woods, Nueva Hampshire, Estados Unidos). Allí nacieron los dos organismos mundiales que dirigen la economía mundial: El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, usando el dólar estadounidense como moneda de referencia internacional.
El origen del mundo, de Jorge Volpi, plantea una hipotética reunión de ambos personajes en la residencia de Harry Dexter White en 1948, el encuentro ocurre después que ambos han muerto. El texto propone tres posibilidades con tres escenas; en cada una cuenta con un coro que a si mismo es jurado (en la realidad White fue acusado de espionaje por el Comité de Actividades Antiamericanas, fue señalado de pasar información clave a la Unión Soviética). Tres visitas de Keynes a la misma casa…sin tiempo.
La dirección es de Mario Espinosa, aborda el texto desde la comedia y guiños de farsa, lo cual es un acierto, de otra forma resultaría aburrido para los asistentes presenciar el encuentro de dos personajes desconocidos para la mayoría del público mexicano. Es así que Espinosa como si fuera buen titiritero, mueve los hilos de sus muñecos (elenco); los hace pelear con guantes de box; a la esposa de White le cambia voz y rostro en tres ocasiones (tres actrices intercambian el papel) y al arrogante británico lo hace ver como un panfleto. La música en vivo de un piano acompaña el relato.
Sobre un pequeño escenario se comprimen la dramaturgia y las actuaciones; la atención está puesta al centro del escenario con los tres protagonistas y alrededor se mueven los demás participantes, es decir en medio se confrontan dos personajes históricos, y detrás de ellos la comedia y la farsa complementan el espectáculo, el corolario es muy teatral.
La conclusión va de la mano del buen trabajo de sus actores: Axel García (Boxeador White y coro), David Hevia (John Maynard Keynes), Érika de la Llave (Señora White 2 y coro), Carlos Oropeza (Boxeador Keynes y coro), Octavia Popesku (Señora White 1 y coro), Astrid Romo (Presentadora y coro), Amanda Schmelz (Señora White 3 y coro), Andrés Weiss (Harry Dexter White) y Sebastián Espinosa (Piano).
Por el toque personal y matiz a su actuación, destacaría el trabajo de David Hevia y Octavia Popesku. Hevia encarna a un personaje socarrón y ladino, lo hace perfecto. Popesku como la Señora White 1, le queda a la medida, su personalidad y forma de expresión destaca al personaje. Los dos transmiten al espectador la acción que se proponen. Por supuesto sin desfavorecer al resto del reparto que lo hacen correctamente, cabalmente profesionales.
Los protagonistas de la historia fueron dos históricos del mundo financiero que en su momento establecieron las reglas para las relaciones comerciales y de capital que rigen el sistema económico mundial. Al término de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se consolida como la potencia mundial que es. El conflicto bélico fue lejos de su territorio, y con Europa desangrada su moneda (dólar) lo eleva por encima de las demás naciones. Qué chingones… ¿no?
La escenografía es de Gloria Carrasco; iluminación de Ángel Ancona; vestuario, Adriana Olivera; música original, Cristóbal Mar Yán y Sebastián Espinosa. La producción es de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), las funciones son en la Sala Héctor Mendoza de la CNT.
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