Por Mariana Mijares, Fotos Kerim Martínez/¿Qué pasaría si se reunieran en una casa un grupo de ex estrellas infantiles que tuvieron mucha fama, pero que no supieron manejar el descenso de la cima? Esa es la premisa de Quiero volverme supernova, obra original de Joserra Zuñiga -conocido por Bule Bule el Show y recientemente Las Noches con Monina Mistral– que se presenta los miércoles y jueves en el Foro Lucerna.

Platicamos con el director: Alonso Íñiguez y con los actores Pablo Perroni, Adriana Montes de Oca y Mariana Gajá sobre esta melancólica y divertida propuesta.

Pablo, ¿Cómo volvieron a reunirse Joserra y tú para este proyecto? (trabajaron previamente en Monina)

Pablo Perroni: Yo lo invité. Este proyecto nació de las ganas de un grupo de amigos para trabajar. Le pedimos a Joserra que nos escribiera algo, casi a la medida, y aunque de ese elenco ya sólo quedé yo, la obra se siguió tallereando dos años. En esencia es la misma anécdota, pero la historia ha crecido infinitamente…

Esa casa es entonces una especie de refugio…

Pablo: Sí, es como una casa de retiro donde los personajes se escuchan, y sí, hablan de esos tiempos, pero en un ambiente protegido, cuidado.

Alonso, ¿qué pasa con este grupo de personas que está metido en una misma casa?

Alonso: En la casa no están por obligación sino por gusto; a manera de terapia, para sanar porque nosotros, los espectadores, les hicimos mucho daño. Y un día llega a la casa el ‘Justin Bieber’ mexicano: Jimmy, una estrella del momento que está teniendo una crisis existencial.

Para reunir a tu elenco invitaste a varios actores que conocías bien, como Adriana Montes de Oca…

Alonso: Con Adriana es con la que más he trabajado. Por un lado me enorgullece que Adriana y yo somos de la misma generación; entonces no sólo nos conocemos por trabajo, sino por la carrera, somos de la misma generación de CasAzul. Ella tiene un arrojo y un fuego muy importante en escena, además de que tiene una luz muy especial y una disposición absoluta de jugar -porque mi teatro se recarga mucho en eso-.

Adriana: En cada proyecto me da miedo hacerlo mal y que Alonso ya no me invite. Pero en este le dije que si él estaba, yo estaba lista para firmar.
Es un proyecto que habla de temas que -como actores- nos tocan mucho: el éxito, la fama. En esta carrera pasa mucho que cuando ya sientes que tienes trabajo, y una buena racha, ya luego nadie te llama…

¿Cómo fue su proceso de creación?

Pablo: Un proceso muy padre, muy enriquecedor, muy divertido; a pesar de que la historia se está alejando de la comedia que originalmente era, está siendo muy divertido y muy catártico. La ventaja de tener cerca al dramaturgo es que puedes seguir modificando; encontrando cosas nuevas.

Alonso: A pesar de ser un proceso muy juguetón, también hubo mucho trabajo de mesa de sentarnos a analizar el texto; de entender a esta familia tan extraña. Hemos querido replicar justo la dinámica de una familia: cómo vivirían el día al día.

¿Qué nos podrían contar sobre sus personajes, estas ‘supernovas’?

Pablo: Soy un mago. De niño su mamá lo lleva a un concurso de magia, al programa de Popotitos -el payaso- y gana. Entonces desde los seis años hizo magia, pero vino un momento de una gran humillación. No hay manera de describir lo que le pasa, y por eso se aleja del medio y se aleja de la vida. Ahora es como el ‘papá’ de la casa, quien los contiene a todos; pero también tiene muchos fantasmas…

Adriana: Hago a unas gemelas (Yarely y Arely), interpretadas por una misma actriz. Eso me encantó porque son diferentes y había que marcar la personalidad de cada una. Una es mucho más luminosa, le encanta cantar, bailar, y la otra es mucho más obscura y amargada. Ellas fueron muy famosas, pero ahora ya nadie sabe quiénes son.

Mariana: Hago a Nina, una actriz infantil como de mis épocas que ya no es famosa; dejó de serlo luego de que se casó con un productor y se deprime porque ya nadie la reconoce. Entonces se va a esta casa de refugiados.

Pablo, de alguna manera esta es una situación no tan ficcional para ti al tener cerca a alguien que fue muy reconocida desde joven (Mariana Garza, de Timbiriche). ¿Por qué crees que la fama puede cambiar tanto a una persona?

Pablo: Es muy complejo cuando hay niños actores, los papás podemos ser horribles. Por eso es importante ‘plantarlos’; que aunque canten, o actúen, no dejen de hacer otras cosas. Si de niño no hay nada que te sostenga, dejas de ser niño; ya no eres tierno, no eres chistoso y eso cobra facturas caras. Pocos han podido hacer esa transición y Mariana me parece que la hizo de manera maravillosa; porque a ella nunca le interesó la fama, lo que le gustaba era cantar y bailar. Y ahora en su transición al teatro, sigue haciendo lo que realmente ama. Pero no hay muchos que puedan sostenerlo, porque esta industria demanda mucho.

A ustedes, ¿esta premisa les recordó a colegas que sufrieron por la fama?

Mariana: Nos ha hecho reflexionar a todos sobre qué es ser famoso, y más en esta de carrera de subidas y bajadas; donde de pronto te va super bien pero después no te alcanza ni para la renta. No hay que creérsela porque así es esto; es difícil mantenerse siempre arriba. Por eso hay que estar alertas, no perder el piso, saber ahorrar… Yo, en los años que llevo actuando, me he dado cuenta que lo importante no es la fama sino el reconocimiento con uno, la satisfacción con lo haces. Y la familia; pasar tiempo con ellos.

Adriana: Cuando tienes tanta fama es muy difícil manejarlo; si como adulto es complicado, ¡más como niño! porque generalmente no tienes otra cosa; quizá no estudiaste y ni siquiera por decisión, sino quizá por tener papás que querían que sus hijos fueran famosos.

Alonso: Esa es un poco la crítica que queremos hacer: mostrar cómo después de la fama, cuesta trabajo adaptarse a la realidad. Por un lado, si no construyes nada más que la fama y ésta se te va, es difícil arraigarte. Pero si la fama te llega y sí construiste otra cosa, seguirás en tu camino.
Ahora con las redes sociales hay demasiados comentarios de la gente a favor y en contra; como si todo mundo fuera especialista, juicios que se hacen como aventando una piedra y escondiendo la mano; porque nadie sabe quién eres y no tendrás consecuencias, y esa es justo una de las críticas que queríamos plantear: que ya no hay consecuencias.

Pablo, ¿a ti te ha costado manejar la fama?

Pablo: Mi fama siempre ha sido manejable. Sobre todo desde que empecé a hacer Puras Cosas Maravillosas la gente me recuerda por esa obra y eso me llena de orgullo. No hay nada como que alguien se acerque a decirte que, de alguna manera, tu trabajo los marcó, que conectó. Para eso hacemos esto: para que las historias que cuentas, alguien se las lleve….

¿Por qué les gustaría que el público vaya a ver Quiero volverme supernova?

Pablo: Va a ser un reflejo, duro, pero divertido, de lo que se está viviendo; son personajes encantadoramente defectuosos. Entrañables, pero disfuncionales, que están basados en gente real. Porque el público a veces critica que un actor o actriz dejó de hacer cosas; ¿pero por qué dejaron de hacerlas? ¿Por qué ya no regresaron? También es muy duro hacer y ya no ser reconocido. Por eso y porque este equipo es increíble; todos son divertidísimos y esperamos que la gente se venga a divertir con nosotros.

Adriana: Porque va a ser una locura; personas encerradas en una casa con muchas situaciones que van a divertir. Pero además de divertir, es una obra que esperemos que los toque tanto como a nosotros.

Alonso: Estamos develando un aspecto de la fama y la farándula que la gente no conoce tan bien. El espectador conoce a los famosos y quizá se preguntan dónde habrán quedado; y aquí, llevado al límite -aunque un límite no tan alejado de la realidad- mostramos justo eso… Pienso que la obra, aunque parezca farsa, es realismo.

Para boletos y más información de esta obra aquí.

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