Por Saúl Campos / Hace unos años, Conchi León trabajó con un grupo de presas en una cárcel de su natal Yucatán. Estas mujeres, después de los efectos del encierro sobre ellas simplemente no podrían expresar en pleno las historias que las habían llevado ahí. Hasta que la confianza y el teatro les permitieron romper esa coraza, para poder contar lo que tenían en escena. Sin embargo, esa función nunca llegó. El sobrecupo para poder presenciar la obra que se había planeado obligó a las autoridades a cancelar la función. Hoy, a través de 6 actores, esa función finalmente se dará, y las historias que fueron condenadas a no ser contadas, tendrán un escenario para hacerlo.
Teatro La Capilla presenta la temporada de estreno de De Coraza, original de Conchi León, quien fiel a una de sus fortalezas, como lo es el documental, nos presenta las historias de un grupo de mujeres que purgan sus delitos en el encierro. No son historias de santas, encerradas sin merecerlo. Al contrario, la mayoría en efecto saben su culpabilidad y entienden su condición, sin embargo, no los abusos que esta implica.
Dentro del encierro, es como si también se prohibiera la felicidad, la auto compasión. La censura para todo aquello que pueda hacer sentir a una reclusa como una persona, es simplemente macabra. Al punto de desear mejor un encierro final en la muerte que un día más tras las rejas.
A través de estas historias, la dureza de entender el funcionamiento de los sistemas de tortura física, es directamente proporcional a la dureza de darse cuenta de con quién se cuenta en el mundo exterior, de quién estará pendiente de cuando la libertad pueda volver, de a quién le importará cuando se vuelva a formar parte de la sociedad activa, de cuando el sol brille por completo y las calles vuelvan a sentir los pasos. Esa soledad y esa tortura, son más intensas que los hierros.
Las simples cosas que se añoran tras las rejas se vuelven cómplices de la mirada de León, quien las dibuja con sutileza en cada trazo y las explora en pleno con sus actrices. Quienes, comprometidas a darle voz a cada mujer en el encierro, deciden entregar franqueza total en cada cuadro, permitiendo que los momentos de verdadera complicidad que entregan sean imponentes y estrujen al público en un duro abrazo.
Con ayuda de música en vivo y retomando mediante elementos comunes los simbolismos que conforman la vida antes y durante el encierro. Esta compañía originaria de Yucatán toma por completo el escenario y nos transporta a la necesidad de rebelarnos en contra de las injusticias de la cárcel. Sí, pero dejando en claro que antes de acceder mediante las autoridades oficiales, hay una autoridad mayor a la cual exigirle compasión: uno mismo.
De Coraza es un tratado abierto para aceptar la vida, sus consecuencias y buscar crecer a través, rechazando aquella opresión que encierre al espíritu, y permitiendo que cada lección justa sea aquella que construya una mejor sociedad.
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