CONSÍGUEME UNA VIDA: La invención de las historias personales

Fotos: Cortesía Producción

Por Saúl Campos/Al borde del suicidio, literalmente, Eva Lilian, falla su escueto intento por quitarse la vida, y en un acto quizás demasiado necesario para considerarse estúpido, dispara al techo de su departamento, provocando un boquete del cual comienzan a emanar hojas de papel escritas a máquina con algo escrito que parece ser demasiado parecido a su vida. Cuando el autor (y vecino del piso superior) venga a reclamar sus escritos, Eva se empoderará del arma con la cual planeaba dar fin a su sinsentido de vida, para  exigirle al escritor que le consiga una nueva.

El Foro Shakespeare nos presenta una de las últimas joyas que tendrá en su Sala Principal antes de su cierre. Original de Adela Jalife, bajo la dirección de Ana Francis Mor e interpretada por Gabriela de La Garza, Pedro Kóminik, Muriel Ricard, Laura de Ita y Daniela Schmidt,  Consígueme una vida, se apodera de la cartelera teatral del fin de semana en la Condesa.

Esta historia sobre la aceptación y la importancia de conocerse a uno mismo, tiene una visión más que acertada para ser realizada sin caer en el cliché: ¡Es un musical! Ok, quizás esto lo vuelve aún más cliché, pero verdaderamente ¡Es un musical sin ningún tipo de concesión! En gran parte, culpa de la música original de Tareke Ortiz, que simplemente logra llevar al espectador de momentos francamente oligofrénicos a pasajes sumamente dolorosos con giros de estilos concretos y potentes.

Todo esto sin duda no sería posible sin la visión de Mor. La directora atrapa la atención del público e imprime su estilo personal de manera notoria, logrando una parafernalia escénica que simplemente desborda energía y risas de la audiencia al por mayor, sin separarnos de los mensajes clave de la obra y dosificando las intervenciones de su elenco a detalle para lograr que cada cuadro se vuelva simplemente alucinante y haga brillar a sus intérpretes.

Sin duda, esta obra coral logra despertar la versatilidad escénica de Gabriela de La Garza, relucir la capacidad histriónica sobre su potencia vocal en el caso de Muriel Ricard, potenciar la vis cómica y entrañable de Laura de Ita y la fuerza interpretativa de Daniela Schmidt. Sin duda un reparto femenino que complementa perfectamente cada faceta de la vida del personaje central sobre el que juegan y entregan un diagrama escénico complejo en rutas emocionales, a pesar de los lugares comunes sobre los que se construyen.

Por su parte, Pedro Kóminik sin duda vuelve a entregar una actuación potente (cómo de grata costumbre con este gran actor) al entregarnos a un autor todopoderoso, capaz de transformar y llenar de elementos tan genuinos a su papel, que amalgama perfectamente todo lo que hay en escena. No sólo es un gozo presenciar la voz del también cantante, sino que verlo vivenciar desde la comedia es una clase de actuación que todos deberíamos tomar por lo menos una vez en la vida.

Consígueme una vida, es definitivamente una grata sorpresa musical, empática, cuidada y divertida de principio a fin que merece ser vista, aplaudida y coreada. Y por qué no, la oportunidad de pensar las probables vidas que nos encantaría tener de no poseer la actual.