Fotos: Cortesía Pin Point
Por Mariana Mijares/Enamorarse, hacer un nuevo amigo, la ilusión de ir al cine para sumergirse en nuevos mundos y personajes; madurar… sentimientos con los que todos pueden identificarse y que están muy presentes en Cinema 35, obra escrita por Annie Baker (originalmente titulada The Flick) que ganó el Pulitzer como mejor Obra Dramática en 2014.
La historia tiene lugar en algún momento cercano a 2010; momento en que Avery (Pierre Louis) llega a trabajar a 35, uno de los últimos cines en el estado de Massachusetts -y del país- que todavía tiene un proyector de 35 mm.
Avery, un purista del celuloide y que sabe que éste nunca se verá igual en digital, tiene la ilusión de tener aún mayor cercanía con las películas y ser proyeccionista; puesto que en ese momento ocupa Rose (Ana González Bello/ Damayanti Quintanar) a quien su trabajo le da un poco igual y prefiere invertir el tiempo en fiestear, o dormir.
Entre ellos está otro empleado: Sam (Martín Altomaro), un hombre que está por cumplir 40 y aún vive con sus padres; y quien, a diferencia de Avery (que considera este un trabajo temporal), ha hecho de este empleo su sustento, y su principal forma de vida.
La obra que se estrenó Off-Broadway en Playwrights Horizons en marzo de 2013, tiene la enorme cualidad de poder transportarnos a un tiempo y un lugar específicos: Worcester County, para vivir sentimientos universales: la ilusión de querer ir a trabajar, de convertir a tus compañeros de rutina en compañeros de vida, enamorarse por primera vez o la nostalgia de que todo lo anterior tendrá una clara fecha de caducidad…
La obra en México está producida por Tercera Llamada (Ana Bracho y Paula Sánchez Navarro) y dirigida por Joe Rendón, quien tiene la cualidad de ser joven y de haber dirigido cine; y por tanto, entiende la obra con particular sensibilidad.
Originalmente, el texto era conocido por ser especialmente largo y lento, pero Rendón y su elenco lo dinamizan; lo llenan de sutilezas, de miradas, de silencios incómodos y de cambios de ritmo que mantienen la obra siempre ágil y divertida.
Otro aspecto que le da dinamismo es que Rendón decide utilizar la propia escenografía para dotarla de elementos cinematográficos: proyectar ahí pósters, promociones del cine y rostros de actores que, Sam y Avery, se divierten interconectando a través de sus filmografías.
El elenco de Cinema 35 es muy sólido y cada actor tiene la posibilidad de mostrar un rango y un aspecto diferente de la historia: Altomaro es ese amigo bonachón que te enseña de la vida y de cómo truquearla, además de lo fácil que es caer en depresión sin darse cuenta; Ana González Bello tiene un rol que reúne en uno solo algunos de sus más destacados trabajos: la chica fresa y divertida de Sucia y Chingona Historia de Amor; la desfachatez de la empleada doméstica de Sucedió en Polanco y la fuerza y honestidad -sin filtro- de la antagonista de Happy, logrando un personaje complejo y diferente. Y por supuesto Pierre Louis, quien alternó el personaje protagónico de El Rey León, conocido en televisión por telenovelas como De que te quiero, te quiero, La Gata, Enamorándome de Ramón y Caer en tentación y que entrega en Cinema 35 una de las mejores actuaciones que yo haya visto en los últimos meses en un escenario.
Louis tiene la enorme habilidad de convencernos que es un chico afroamericano de 20 años que batalla con el racismo y con sus propios prejuicios -se siente atraído por Sam pero no tiene el valor de confesarlo-. A la vez, emula a todos esos jóvenes para quienes el cine no sólo un pasatiempo sino una forma de vida… Y como gran clímax, tiene un fantástico monólogo (que recita completo y en inglés, de Pulp Fiction), que remata extraordinariamente la parte final de la obra.
A diferencia de otros montajes, éste nos permite ver a tres personajes crecer, vivir, equivocarse, levantarse y madurar… tres seres humanos muy distintos que han coincidido en ese tiempo, y espacio, en un recorrido sincero y entrañable.
Cinema 35 tiene en la ficción tres hileras de asientos que simulan una sala de cine; pero lo hermoso es que en el sitio real: el Foro Lucerna los miércoles y los jueves, estos actores, y esta poderosa historia, verdaderamente nos transportan a un cine; a ese lugar donde, frente a nuestros ojos, ocurre verdadera magia.
Pero como el cine es efímero (y el teatro también) hay que comparar un boleto para presenciarla… Son funciones limitadas, consulta precios y horarios de la obra, aquí.
