Por Roberto Sosa/Abandono, soledad…aislamiento. Mía se deshizo de sus muebles, el apartamento quedó vacío como vida sentimental. Guarda tres pares de zapatos de hombre, detrás de cada par hay una historia de encuentros y desencuentros que Mía quiere compartir con el público. Toma de la mano al espectador para realizar un viaje introspectivo, donde habita el dolor, el miedo…la soledad. Donde guarda el odio y la tristeza.
La puesta en escena es un monólogo que se articula con fragmentos de textos de Angélica Lidell (Figueras, España 1966). Escritora, directora y actriz contemporánea surgida a partir de los años 80. Su teatro huye de toda dramaturgia convencional, su obra muestra los aspectos más oscuros de la realidad actual: sexo, muerte, violencia…locura, temas obsesivos de su escritura. Ausencia refleja el pensamiento de la autora.
La dramaturgia y dirección son de Marco Vieyra, creador que compagina sus ideas con las de Lidell, lo que vemos sobre el escenario es una proximidad de Vieyra con la obra de la dramaturga española. Ausencia es un texto que nace de la visión del director con los fragmentos que toma de la dramaturgia de Lidell. El resultado es un espectáculo que impacta emocionalmente con el espectador.
La actuación es de Magali Boysselle, su trabajo es loable. El inicio es flojo, sin profundizar, sin embargo durante el desarrollo de la pieza Magali -de poco a poco-, trasfiere a los asistentes el tono emocional de su personaje; su actuación se eleva hasta alcanzar un punto donde el espectador y ella se funden en una catarsis, una descarga emocional que provoca lágrimas en algunos de los asistentes. La empatía del espectador con el personaje, se logra con el trabajo espléndido de la intérprete.
La espacio escénico está semivacío –como la protagonista- pocos elementos para contar el relato. Tres sillas de madera es lo que necesita Mía para narrar su vida afectiva. Tres elementos por donde sube y baja, donde ríe, llora, y le habla al público. El diseño sonoro (Bernardo Hernández) acentúa el ánimo del personaje. La iluminación y vestuario no tienen relevancia en la obra.
Ausencia es un monólogo que retrata al autor, a la actriz y al público. Explora e indaga nuestras entrañas y de la intérprete que se conmueve de ella misma, en su soledad, con sus miedos y su vacío existencial. Elementos que nos exponen, que nos abren los sentimientos. La posición del personaje es desde una visión femenina, sin embargo el tema y cómo se aborda impacta al público masculino.
Hoy todo es virtual, un saludo o un abrazo es a través de las redes sociales, y la soledad crece día con día; hoy nos sentimos solos en medio de millones de seres humanos que habitan este planeta. En este estado Mía lanza un llamado, le habla y suplica a los asistentes, rompe las convenciones teatrales; actriz, personaje y público vibran al unísono.
La obra se presenta en La Teatrería los martes (a partir del 10 de mayo se mueve a los jueves a la misma hora y mismo escenario) a las 21:00 horas. Para mayor información, da clic aquí.
