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Por Rosario Tierno/ Lo que nos deja más impactados cuando vamos a ver una obra de teatro es la historia, las actuaciones, el humor, o una genial escenografía. Todo lo que nos haga saltar de alegría o nos haga caer unas lágrimas, va a tener nuestra aprobación.

Acá te damos algunos puntos que puedes observar en una obra y así te lleves una perspectiva más amplia del montaje, y puedas recomendarla a tus amigos o amigas desde varios enfoques.

1- ACTUACIÓN 

Una buena actuación, es fundamental para el éxito de una obra. Si no le creemos al personaje, pues toda la historia se cae. Es muy sencillo: ¿lloras con él? ¿te ríes? ¿te identificas? Entonces es mérito de la actuación. Pero atención: un buen actor o actriz trabaja para un todo, y la dinámica con sus compañeros de escena es fundamental.

El director argentino Daniel Veronese lo expresó muy bien en una entrevista: “No me gustan los actores que trabajan para sí mismos. Tienen que saber esperar su momento en la obra y no sentirse presionados si ese momento no aparece porque queda diluido en algo más colectivo. El teatro es una experiencia colectiva”.

2- ESCENOGRAFÍA E ILUMINACIÓN 

A veces una buena escenografía tiene pocos elementos, y otras veces es un mundo fantástico creado para la ocasión. Siempre que la escena nos haga sentir dentro de la historia, va a tener nuestra aprobación. Ojo, eso no significa que pase desapercibida, al contrario, sus elementos, herramientas, y sobre todo la luz, nos sumergen en la obra, nos hace sentir, ayuda y alude a la emoción que viven los personajes y crea el contexto propicio para abrazar la escena.

3- HISTORIA

“No importa cuán profunda sea una obra desde el punto de vista artístico o filosófico, si el público no comprende la historia básica, no puede ser considerada una obra”, dijo en alguna ocasión el director Peter Brook. Aunque este punto está teñido de la subjetividad del espectador, hay algo que define una buena historia: el hecho de que  resuene en algún lugar de nuestro corazón. Lo importante es que salgamos del teatro de una forma diferente a como entramos, ya sea con una pregunta, con el recuerdo de un buen momento, o con un aprendizaje interior.

4- RITMO

Hoy en día, con el boom de las series y las redes sociales, es sabido que nuestro ritmo cardíaco está acelerado. A la mayoría nos interesa vivir emociones fuertes, o al menos que tengan una dinámica que no nos deje dormidas en la butaca. Aunque debemos aprender a disfrutar del tiempo de una obra (que sin dudas es diferente al de cualquier otro arte), una historia sí debe tener cierto ritmo, constancia, que se sucedan los hechos de forma continua, y que lo que se quiere decir avance. Esto también es mérito de una buena dirección.

5- DIRECCIÓN

La capacidad de dirigir una obra de teatro, radica en poder obtener la mejor versión de cada uno de los elementos que la componen, y pensar en conjunto. Si todo lo que te dijimos anteriormente está en equilibrio, y aporta a la totalidad del montaje, entonces, estás ante una buena dirección de escena. Como escribió Yoshi Oida en Un actor a la deriva: “Esto es lo que caracteriza a un director que tiene buen ojo: la capacidad de hacer la elección adecuada”.

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