Por Ro Tierno/ La pieza teatral, dirigida por Claudio Valdés Kuri, se da en el marco de la muestra Artaud 1936 que expone el Museo Tamayo y actúa como una especie de visita guiada por el propio poeta francés. Rodrigo Carrillo Tripp, intérprete y dramaturgo de la obra, nos platica sobre esta innovadora propuesta que se presentará hasta el 20 de mayo.
¿Cómo surgió la idea de realizar Artaud en mil pedazos?
Con motivo de la exposición Artaud 1936, la compañía Teatro de Ciertos Habitantes se dio a la tarea de montar esta pieza escénica para participar en esa exposición. La idea propuesta por nuestro director es ofrecer al público una visita guiada por el mismo Artaud a través de las salas del museo.
Las piezas que conformarían la expo nos fue dada a conocer con un par de meses de antelación, lo que nos dio tiempo de revisar distintos textos del autor homenajeado. La dramaturgia fue desarrollada seleccionando diferentes fragmentos de ensayos y poemas de diferentes etapas de su vida que nos parecieron adecuados para generar un diálogo con las distintas obras, o una relación por la temática. Por supuesto, algunos pasajes que fueron elegidos provienen de sus libros más conocidos como El Teatro y su Doble o Para acabar con el Juicio de Dios; pero también echamos mano de algunos de sus poemas no tan conocidos como El Enfermo y Quién Soy Yo.
¿Qué aporta a la muestra sobre Artaud?
Creemos que una de las razones que dieron origen a la exposición es tratar de acercar al público a la obra de Antonin Artaud. Nuestra intervención escénica sin duda complementa la exposición de modo que la gente se lleva una experiencia que enseña un poco más del mundo del artista en cuestión
Por otra parte, tomamos a un genio cuyas ideas renovaron el arte del siglo XX y que sufrió enfermedades mentales a lo largo de su vida, combinación que permite que el personaje tenga múltiples matices en cada escena. Un aspecto fundamental de la puesta en escena es cómo el personaje se relaciona de diferentes formas con el público, pues en cada una de las salas por donde pasa el recorrido algunos asistentes son integrados a la narrativa.
¿Con qué obras interactúan y qué ideas o mensajes quedan reflejados?
En la exposición hay piezas muy diversas, esto permitió que los fragmentos que compusieron el montaje hayan generado también diferentes tipos de escenas; por ejemplo, para relacionar al personaje con las piezas tarahumaras realizamos El Rito del Sol Negro. Utilizamos un cuadro de José Clemente Orozco con un texto titulado La Conquista de México. Usamos también una crítica que Artaud hizo sobre la pintura de María Izquierdo, ya que uno de sus cuadros está presente en la exposición. Para compartir con el público sus reflexiones sobre El Teatro y la Peste nos acercamos a la pieza de Abraham Cruzvillegas. Para hablar de la locura danzamos con una pieza de Javier Téllez, además de otros fragmentos que el público encontrará en el recorrido.
Respecto a la encarnación del personaje, te puedo comentar que uno de los aspectos más interesantes es que al ser un pensador del teatro, Artaud propone diferentes preceptos para el actor que he tratado de seguir. Nos habla de la metafísica del gesto y de cómo ha de aparecer en cada aspecto de la expresión el espíritu como un “exorcismo renovado”, y esto ha exigido para mí el uso de enorme energía física y emocional.
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