Por Luis Santillán/ El viaje de Ali es la historia de una niña de siete años que por una serie de eventos tiene estados emocionales que le hacen confrontarse con su entorno y, en un momento de crisis, aprende a canalizar su energía.
Esta propuesta dirigida al público infantil plantea explorar una forma de relajación para no perder el control cuando las cosas no salen cómo se tienen planeadas, en principio es muy atractivo la intensión, sin embargo, el texto creado por Verónica de Alba tiene algunos elementos que debilitan la pretensión. Ali es la niña que tiene un carácter peculiar, se enfrenta al mundo y cuando las cosas llegan a un estado álgido conoce a Barush, personaje que le ayudará a mantener el control.
Los momentos planteados por la autora permiten seguir el relato, sin embargo, sin embargo, la parte donde Ali debe confrontarse con su “fuerza interna” y “adquirir” el conocimiento sucede con premura, de tal manera que los bloques donde radica la particularidad de la propuesta ocurre de manera express debilitando al personaje de Barush y así, el motor del relato.
La dirección de MariCarmen Nuñez Utrilla crea un universo atractivo, donde los detalles construyen con claridad el mundo de Ali, las decisiones que tomó para unificar el espacio del exterior y aquel donde aparece Barush permiten que el relato fluya, al mismo tiempo el ritmo en el que el mundo interior de Ali se presenta apoya la creación de los estados de ánimo de la niña.
El viaje de Ali es una obra que juega con pocos elementos, pero estos tienen la contundencia para crear un universo atractivo, el trabajo de manipulación es limpio, alimenta constantemente a Ali, permitiendo que los momentos donde se relaciona con Barush se sientan totalmente orgánicos.
Es una puesta en escena grata para que los niños –y sus acompañantes- vayan adquiriendo el gusto por el teatro. Consulta precios y horarios, aquí.
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