Por Redacción/ Algunas personas viven de manera automática, sin una idea o razón clara del por qué de la existencia. La vorágine en la cual vive hoy la humanidad ha provocado olvidar el sentido de vivir, y un síntoma de nuestra actualidad es ese cierto vacío existencial del que no alcanzamos a percatarnos.

Tal es la reflexión y la esencia que dieron vida a la obra Tr3s, escrita y dirigida por José Alberto Gallardo. La puesta en escena ofrecerá funciones a partir del 23 de marzo en el Teatro El Granero, Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque.

En entrevista, Gallardo explica qué situaciones cotidianas fueron las que lo llevaron a crear Tr3s, específicamente de los jóvenes, en quienes ha detectado cierto desapego a ellos mismos.

“Trabajé en una universidad privada y conocí su forma de vida. Pude reconocer cierto vacío distintivo en ellos. Parece que son individuos que aprenden a obedecer y a no pensar ni cuestionar; aprenden dogmas de la vida y nociones de una realidad que sólo les genera un vacío, porque no les queda algo por descubrir. Vi un vacío en su existencia, sin cuestionamientos sobre la razón por la cual viven. Parece que ya tienen todo resuelto y que la vida trascurre sin problemas”, mencionó.

Cuatro personajes que viven en la cotidianeidad más absoluta: tres mujeres estudiantes y un profesor, acuden a un bar y sucumben a sus instintos. Por un lado, están las chicas que se forman en una universidad privada, y por el otro, un docente que siempre se cuestiona la conformación de la realidad.

Para el dramaturgo es importante dejar en claro que, si bien Tr3s aborda un asunto complejo como el vacío existencial, quiso analizar el tema desde lo más diáfano. Se trata de una comedia que parte de la nimiedad de lo cotidiano para desvelar, quizá, el ridículo de la existencia.

“Al final me gustaría que los espectadores pusieran en duda algo de su propia existencia. No solo queremos inquietar en el momento del montaje, sino que también valdría la pena preguntarse constantemente por qué vivimos. Damos por hecho muchas cosas. Siempre he creído que, a menor cantidad de dudas, hay mayor posibilidad de manipulación.

“A lo largo de mi trayectoria he logrado desapegarme de una suerte de dogmas que no tienen sentido. Alguna vez alguien me dijo que tenía que definirme en un estilo de teatro, y yo respondí que no. Creo que, en todo caso, mi virtud puede ser indagar de distintas formas en lo escénico y encontrar una convicción plena en otras estéticas. Yo trabajo en distintos planos superpuestos. Así es la vida, y esta obra lo refleja”, finalizó.

La puesta en escena es protagonizada por Verónica Bravo, Andrea Guerrero, Sonia Franco y Harif Ovalle. El diseño de escenografía e iluminación es de Jesús Hernández, y la música original, de Rodrigo Castillo Filomarino.

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